A veces uno siente como una molestia por dentro, pero uno no sabe lo qué es, ¿verdad?
Bueno, estaba viendo las noticias aquí en Aporrea sobre cómo nuestros descarados gobernantes se jactan públicamente, sin ni una sola gotita de vergüenza, de inaugurar programas de turismo de lujo que máximo 20% de nuestra población podría pagarse, entre estos, los más corruptos y los más criminales de nuestro país, la mayoría asociada de alguna manera al actual Estado venezolano (porque de allí se chupan el dinero).
Con sus públicamente denigrantes y hasta viles actitudes hacia nosotros los pobres (el 80% de la población venezolana), quienes jamás podríamos pagarnos vacaciones de ningún tipo, y menos todavía vacaciones de lujo como las que ellos facilitan y financian a través del actual gobierno de Venezuela para acomodarse ellos mismos y a la minoría 20% privilegiada, la enorme mayoría corrupta y criminal, mientras nosotros el 80% nos morimos de hambre y desnutrición crónica con salarios y pensiones de menos de $7 al mes (más limosnas), bueno, ellos no solo se burlan de nosotros de manera totalmente grosera e inaceptable, escupiéndonos en la cara, sino que nos tratan, de facto, como animales.
Así me siento, así nos sentimos, y, esa no es idea mía, mucha gente que conozco y que forma parte de este 80% de la población venezolana que hemos sido crónicamente abusados, aplastados, y estrujados --- y ahora escupidos encima --- por el actual jefe de Estado venezolano y su gente desde el 2013, me han dicho precisamente esto, que se sienten como si el actual gobierno venezolano los tratara como animales, si señor.
De hecho, esos groseros gobernantes parecieran tratan mejor a sus mascotas que a la gente, y esa es la realidad, yo no me imaginé ese video en le link anterior. Esta es precisamente la calidad de gobernantes que tenemos hoy aquí en Venezuela.
Nosotros, el 80% de la población venezolana que vivimos en miseria y en desespero crónico, ni podemos pagarnos un taxi a las playas para los pobres (hay playas para los pobres y playas para los ricos hoy aquí en Venezuela), y mucho menos, podríamos pagarnos vacaciones a uno de esos sitios que este gobierno promueve tan descaradamente, tan sádicamente, y tan asquerosamente, burlándose de nosotros públicamente como si fuéramos, repito, animales.
Para mí, Venezuela se ha transformado en un gigantesco zoológico.
Sí señor.
Ahora …
Al burlarse tan abiertamente, tan públicamente, y tan descaradamente de nosotros, lo que esos gobernantes nos estarían diciendo, indirectamente, pero directamente a la vez, sería algo al estilo de:
"Mira mijo, si tú quieres disfrutar de la vida como nosotros, si tú quieres comer y no morir de hambre, bueno, ¡avíspate!"
Esto significaría, básicamente:
"Haz como nosotros, agarra lo que puedas, cuándo puedas, y cómo puedas, si no, morirás de hambre, como un perro sucio."
Lo cual significaría:
"Si quieres sobrevivir, aprendas a mentir, a engañar, a estafar, a robar, a extorsionar … agarra, agarra, y agarra, antes de que la piñata se agote, y con eso sobrevivirás."
Lo cual significaría:
Que para sobrevivir aquí en este país, uno debe aprender a ser malo, debe aprender a ser mala persona, debe adoptar la maldad como principio de vida, NO el bien. Uno NO debe ser buena persona, porque si uno se comporta bien, decentemente, honestamente, si uno aspira a la nobleza, al bien, y al honor, bueno, entonces uno morirá de hambre aplastado por quienes habrían aprendido a ser malos para sobrevivir, si señor.
¿Qué tipo de filosofía de vida es esta?
¿Verdad?
O sea …
Para no morir de hambre, hoy aquí en Venezuela, hay que ser malo, y punto.
Y creo que todos quienes vivimos aquí, lo sabemos, y creo que todos sabemos que entre las razones más importantes por irse de este ahora maldito país (no me viene otra palabra más exacta en este momento), está principalmente esa filosofía de la maldad que hoy reina en Venezuela y que fue impuesta sobre nosotros por el actual jefe de Estado venezolano y su gente a partir del 2013, primero poco a poco, pero ahora de manera acelerada y totalmente desvergonzada.
Aparte del hecho de que yo ya no puedo sobrevivir aquí en este país, pero digamos que pudiera ganarme la vida adecuadamente, bueno, me iría de todas maneras, porque me cansé de vivir así entre tantas personas malas, esto no es vida, esto es el infierno moral sobre la tierra, es la peor pesadilla de las personas buenas o que aspiran a ser buenas. Mi esposa ya se fue y creo que no volverá más excepto para vender la casa que ella compró para su familia ya que todos nuestros familiares, quienes no son nada corruptos, ni ladrones, ni nada al estilo (son muy buenas personas y muy inocentes), también tendrán que irse de este país inhospitable para los seres humanos, antes de que los maten.
Somos millones de venezolanos y venezolanas que pensamos así y que nos sentimos así, y que precisamente por eso nos estamos yendo de este país (o zoológico de animales maltratados), porque no queremos ser malos, no queremos vivir entre los malos, queremos vivir entre gente buena, entre gente sana de mente y de alma, de corazón, repito, no queremos vivir entre gente mala, y menos todavía en un país donde los mismos gobernantes incitan al fenómeno donde la gente tendría que convertirse en malas personas, solo para sobrevivir.
Y, esa es, fundamentalmente, la verdad sobre el espíritu venezolano actual.
Pregúntenle a cualquier persona honesta que vive en este país.
Ahora, lo que más me duele de todo esto …
… y eso es lo que me estaba molestando
… es que
… nosotros, mi esposa y yo, así como millones de venezolanos y venezolanas de buena fe, les enseñamos a nuestros hijos a hacer todo lo posible para ser buenas personas, de ser honestos, de ser responsables, de no mentir, de no robar, y de no ser flojos u oportunistas, de no ser unos vivos desgraciados, de no ser corruptos ni de andar con corruptos, de no ser parásitos, de no recurrir a la maldad cuando las cosas se ponen difíciles …
… pero
… hoy ellos nos miran
… con rabia
… porque
… a raíz de haberles enseñado a ser buenas personas, ellos ahora están sufriendo, pero muchísimo, mucho, mucho, mucho, mientras sus amigos y conocidos corruptos y ladrones que trabajan con el actual gobierno de Venezuela y/o con sus socios (el 20%), andan gozando, gorditos todos, en carros de lujo, gozando abiertamente de todos los lujos que este gobierno promueve, como esos sitios vacacionales solo para los privilegiados.
Es casi como si nosotros, por haberles enseñado a no ser malas personas, fuéramos ahora los principales responsables de su miseria, lo cual no es cierto ya que el principal responsable de este desastre humanitario de lesa humanidad, es el actual jefe de Estado venezolano, sin embrago, así nuestros hijos, sobrinos, y nietos nos perciben hoy, ellos no entienden por qué los malos viven bien y los buenos viven tan mal y en total miseria.
Eso no tiene ningún sentido.
Ellos se sienten como si nosotros los habríamos engañado.
Sí señor, y eso nos hace sentir muy mal.
Eso es precisamente lo que me estaba molestando por dentro, de saber que yo les enseñé el camino equivocado al enseñarles a ser buenas personas.
Eso duele, mucho.
CONCLUSIÓN
Cuando una sociedad llega al punto de, forzadamente, tener que enseñarles a sus hijos a ser malas personas para sobrevivir entre otros seres humanos de su propio clan, bueno, eso significa, sin ninguna duda, que esta sociedad ha tocado fondo. Solo faltaría que el gobierno construyera hornos para deshacerse de todas las personas buenas que quedarían en este país.
Eso es lo que me estaba molestando.
De que mi esposa y yo hemos pasado toda nuestras vidas enseñándoles a nuestros hermanos, primos, hijos, sobrinos, y nietos aquí en Venezuela, a ser buenas personas, pero hoy, eso no vale absolutamente nada.
Fue una total pérdida de tiempo, energía, y sabiduría ya que ahora en este país, eso no vale un coño.
¿Se pueden imaginar cuán de mal mi esposa se siente?
Ella es una santa que iba a ser monja quien ha dedicado toda su vida a promulgar le bien y a cuidar de los pobres, ¿y ahora le dicen que es malo de ser bueno?
Finalmente …
Eso es lo que más me estaba molestando por dentro.
Por eso digo:
De hombre a hombre, yo jamás le perdonaré a Nicolás Maduro, jamás.
Nadie se burla de mi esposa así, no señor, nadie.
oscar@oscarheck.com