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14 de Febrero de 1.936 Versus 04 de Febrero de 1.992. Cuestión de generaciones

Lunes, 30/01/2023 08:22 AM

A manera de prolegómeno; intereses comunes, personajes, hechos y circunstancias estampadas en épocas diferentes que marcaron un acontecimiento histórico en la evolución político social de nuestro país, vinieron a determinar cambios trascendentales en la sociedad. Dos generaciones que en tiempo y espacio vivieron sus horas. No se trata de ensalzar a una, y satanizar a la otra compulsivamente. Ambas generaciones fueron reemplazando ideas; en cada una de sus horas cruciales. Este gran cuerpo social, donde estamos todos incluidos y formamos parte como un todo, presenta cambios generacionales, así como se muta la piel de un cascabel. Cada generación que emerge en la historia, está llamada a regir los destinos de la colectividad, viene cargada de ideales propios, que trata de imponer, al resto de la comunidad. Nuevas ideas, innovadores acontecimientos. Venezuela no ha sido la excepción.

En este orden de ideas, los hechos en la vida humana es producto de esa conjunción del sujeto y las circunstancias específicas que lo rodean. Los hombres hacemos nuestra historia conforme a los materiales concretos conque nos encontramos. En este sentido reza Hegel (1.770-1.781), lo siguiente: "Lo que los hombres estiman hoy como racional, será realidad mañana; y a la inversa; los que los hombres consideran como irracional en las instituciones vigentes, habrá de desaparecer mañana. De esto modo, los valores aparecen como tales, es decir, como meras aspiraciones ideales durante un tiempo, hasta que llega el momento en que se convierten en realidad social". De lo anterior, puede desprenderse que el hombre va tejiendo su destino, no caprichosamente, sino con la objetividad que va apareciendo en ese mundo social, tan diverso como en otras épocas y en otras condiciones. Cada momento de la historia venezolana posee sus características peculiares.

El caso que nos ocupa, 14 de febrero de 1.936 y 04 de febrero de 1.992, hechos cuasi coincidentes en las fechas, sin embargo, distanciados en el tiempo, quedaron sellados en el hito de la historia venezolana. Historia conocida por algunos y desconocida por otros, indiferentemente de su posición ideológica. Basta leer algunas fuentes para darse por enterado, so pena de ser censurado por estudiosos de la materia. Si bien los hechos no pueden repetirse idénticamente en otro, pero no es menoscabo que exista analogía entre ellos.

El 14-02-1.936, emerge con la llegada de nuevas ideas que se instalaron en la juventud de la época, la generación de 1.928. Venezuela venía saliendo de veintisiete años de dictadura; y apenas estaba entrando a las puertas de nuevos rumbos políticos, nuevos aires democráticos, nuevos personajes, nuevos hechos, pero como dice un refrán por ahí: "Lo viejo no termina de morir, y lo nuevo no termina de nacer", no todo fue color de rosa. Las horas que le correspondió vivir a esa generación en aquellos eventos, estuvo rodeada de reclamos y agitaciones propugnadas por la juventud estudiantil, en su gran mayoría. No es mi pretensión nombrar fastidiosamente personajes, ya que cada cual dejó su legado en las horas que les correspondió vivir. Nuestra generación también dará qué hablar; lo hayamos hechos bien, o lo hayamos hecho mal. Quedará de parte de las futuras generaciones juzgarnos. Lo que dejemos a media, otros lo completarán; la historia tiene en este aspecto, bastante tela que cortar.

Como lo mencioné en el primer párrafo, los hechos mutan como la piel del Cascabel. Como todo no se queda sellado en el tiempo, le correspondió la hora de la generación de 1992, también como la primera, integrada por una gran mayoría de jóvenes (aún no alcanzaban los 30 años), con nuevas ideas, nuevos desafíos, aunque con incertidumbres, movieron los cimientos de la vieja guardia; y se enfrentaron a un sistema que ya había perdido credibilidad, quizá por la debilidad y desconfianza de la anterior generación, que ya había cumplido su vida política activa en la sociedad venezolana. Así lo vio también aquella muchachada cabeza caliente de 1.928. Cada generación cuenta su historia.

En suma, las generaciones tienen que darle paso a las nuevas; y las nuevas, desde mi óptica, evitar cometer los errores de lo antaño. Los destinos de la colectividad estarán marcados por la buena o mala dirección de las generaciones de turno. Cada generación deberá asumir la realidad objetiva de las circunstancias, los hechos del momento, que de alguna manera obligan a los nuevos actores a buscar nuevas soluciones y romper con un viejo esquema imperante, que además de ser obsoleto, ya no se adapta a los nuevos requerimientos y a los nuevos desafíos de la naciente generación. Todo esto se convierte en una contención perenne entre lo innovador y lo añejo. Entre lo conservador y lo progresista.

El difunto Mario Briceño Iragorry (1.897-1.958), citando a Luis López Méndez, refiriéndose a los padres de la independencia, agrega: "Aquellos hombres hicieron su obra, hagamos nosotros la nuestra". Aquí, Briceño Iragorry, a mi manera de ver, pretende decir que esa generación de personajes libertarios realizaron sus faenas en las horas que el destino los puso allí. Estuvieron en el lugar y la hora indicada. A mi manera de ver, no se rechaza el pretérito como fuerza que construye, como energía que produce cambios en la sociedad, sino el grado de conformidad que pueda existir en los que creen que ya todo está realizado por las añejas generaciones. Queda mucho por hacer; para ello está la generación de relevo.

Si bien es cierto, que todo lo anterior corresponde a un argumento Ad Populum, no es menos cierto, que las nuevas generaciones, las que están pisándonos los talones, verán otras situaciones que nosotros no veremos. Mantener el hilo de Oro de las generaciones… He ahí el gran desafío. Cuestión de generaciones.

¡Muchas gracias!

"Escribe, que algo queda", dijo un personaje por ahí.

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