Resumen sobre las mentiras y verdades del sexo

Viernes, 03/02/2023 07:36 AM

La profundidad del tema y las preguntas sin respuesta, han generado un tratamiento controversial a lo largo de la historia.

El sexo aparece en la vida humana como un medio para la reproducción desde la época primitiva.

Se supone que el ser humano en su estado natural está desnudo y la vestimenta se convierte en una de las primeras imposiciones de la sociedad primitiva.

De esta manera surgen formas de pensar, hablar y actuar que van creando las condiciones que regulán las relaciones de familia y sociedad desde el principio, que al mismo tiempo ha sufrido cambios influenciados por la ubicación geográfica, condición social y religiosa.

De ahí que la sexualidad quedó reducida a la intimidad de la pareja, como dije al principio, con el único objetivo de garantizar la reproducción.

El género es una construcción social y cultural que influye en el comportamiento del individuo o grupos.

Teniendo claro lo anterior es pertinente hacer un breve recorrido por la historia del sexo y sus variantes: en la época de las cavernas fue una herramienta para la reproducción bajo influencia del patriarcado, luego vino el largo periodo de persecución y represión que convirtió al sexo en la manzana de la discordia, porque mientras los egipcios practicaban el incesto y la circuncisión, los hebreos promulgaron el matrimonio monogamico donde la esposa podía compartir a su esposo con otras concubinas, mientras que ella era apedreada si era encontrada con otro hombre. La religión fue imponiendo su propia interpretación del asunto hasta el punto de condenar la masturbación y afirmar que el surgimiento de las primeras enfermedades de transmisión sexual eran un castigo de Dios.

En el tiempo y espacio transcurrido de la reseña histórica anterior se destaca la influencia del entorno familiar, social, cultural y religioso que imponen las normas que lesionan la naturaleza de la sexualidad convirtiéndo el tema en un tabú que gira entorno a lo profano y lo sagrado, obviando la carga interior de afecto, sentimiento y emociones que la sexualidad puede aportar, incluso para la salud física y mental.

Venimos de una sociedad donde los padres llegan al matrimonio sin una preparación previa, muchas veces las relaciones matrimoniales constituyen un negocio entre dos o más familias, donde se supone que el hombre y una mujer unirán toda la magia de los afectos que pueda sentir el uno por el otro, por eso los padres evaden hablar del tema con los hijos quienes llegan a la adolescencia con dudas sobre la biología y anatomía del cuerpo que comienza a mostrar signos de cambios.

La primera expresión del sexo nace en el pensamiento y desarrolla instinto animal, pero es una combinación de pensamiento y acción que despiertan la razón y la pasión.

La masturbación y el deseo reprimido son vistos como un trastorno psicológico y no lo es porque es una reacción natural de nuestro organismo, una necesidad biológica.

La influencia familiar, cultural, social y religiosa también ha incluido una serie de falsas creencias sobre el sexo, reduciendo a la mujer a las labores domésticas y reproductivas sin considerar el placer, el deseo y la satisfacción de su feminidad.

Así fue el inicio del paternalismo que es la fase primaria del machismo.

Dependiendo de la ubicación geográfica, todas las culturas a lo largo de la historia han tratado el tema de acuerdo a la influencia de la familia y la sociedad bajo la influencia de sus creencias religiosas.

En la historia contemporánea y cotidianidad ocurre igual, los adolescentes llegan a la pubertad sin la orientación adecuada, la curiosidad es tratada con la búsqueda de información en la internet, en algunos casos, en conversaciones clandestinas y experiencias prematuras que vulneran la magia de la sexualidad y los riesgos que constituyen el embarazo precoz y las enfermedades de transmisión sexual.

Todavía nuestra sociedad está bajo la influencia del machismo y un feminismo fanático que no avanza en la reivindicación del sitial que le corresponde a la mujer, sumado a ello tenemos el surgimiento del movimiento de promotores de la ideología de género, que no es más que una patología psiquiátrica que requiere de un tratamiento adecuado desde el seno del hogar ya que este movimiento atenta contra la familia y la continuidad de la especie humana.

Tratando de entender el origen de este fenómeno que siempre ha existido, encontré que todos tienen la misma característica: la ausencia del calor familiar y el abuso físico y psíquico que concluye con la perdida de identidad y la curiosidad por explorar otros placeres prohibidos que en la heterosexualidad le fueron vulnerados. La influencia social y cultural está relacionada con lo anterior.

La falta de educación sexual desde la familia y escuela contribuye a la reproducción de la conducta de los padres y abuelos.

Claro que, si el hombre y la mujer no asumen que toda relación de pareja se inicia con la comunicación y que la comunicación es la madre de la confianza y el respeto, están condenados al fracaso porque la relacion de intimidad forman parte o mejor dicho, es el centro de la comunicación del hombre y la mujer porque entran en la dinámica todos nuestros sentidos.

Una pareja con excelentes relaciones de intimidad viven en armonía y plenitud en pleno proceso de crecimiento personal, brillan con luz propia ante el resto de la familia y sociedad, mientras que una pareja con escasa o nula vida sexual viven como perros y gatos en una conflictividad permanente, con ansiedad, depresión y deseos reprimidos que es caldo de cultivo para la infidelidad.

La pareja es nuestro centro del universo, satisfacer sus deseos forma parte de la reciprocidad de los afectos, emociones y sentimientos, no hay límites en el acto sagrado de la sexualidad, aunque existen manuales con los que se pretende hacer llegar al clímax no existe mejor macanismo que la exploración mutua.

Para la mujer el semen es fuente de testosterona y las hormonas de la alegría y felicidad: las endorfinas y oxitocinas, mientras que para el hombre, el olor y el sabor de una buena hembra es el alimento de los Dioses. Antes, durante y después del acto sagrado de la intimidad, se notarán los cambios en el estado de ánimo, físico y psíquico.

Pero esto no quiere decir que tenemos que asumir las relaciones de intimidad como una cuestión básica o mecánica, como algo tradicional porque eso es machismo, hay mujeres que pueden tener muchos años sexualmente activas, con varios partos y parejas pero al final son vírgenes porque el único placer de la sexualidad que conocen es la eyaculación femenina, eso es muy básico y es importante reconocerlo para corregirlo.

De igual manera hay hombres que pueden tener el récord del número de mujeres con las que han copulado, quizás hasta tengan varias en la actualidad pero eso no es garantía de que este satisfaciendo alguna de ellas.

Hay un largo proceso de aprendizaje por desaprender y de aprendizaje por aprender sobre el carácter sagrado de la sexualidad sin prejuicios, entendiendo primero que el deseo sexual es una necesidad biológica, fisiológica, psíquica y espiritual.

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