El madurismo aprovecha la celebración del 4 de febrero para ocultar sus felonías. No podía ser de otra manera, ese día se les revuelve la culpa de la traición, y siguiendo su vieja maña, lanzan para la calle el agua sucia de su casa. Ahora aparecen con un nuevo villano: ¡la División! Decretan la cacería de brujas, una nueva distracción, un nuevo enemigo a quién culpar. Por lo pronto, los imputan de ser financiados por los gringos, un día los acusan de multimillonarios en dólares, otro de mendigos de los gringos. Ya se verán las consecuencias represivas.
Pero, ¿quiénes son, dónde están los divisionistas del chavismo? Lo primero que se debe precisar es que la división de un movimiento político tiene como base una discrepancia ideológica, que le da origen, que la alimenta. Entonces, se debe indagar cuál es, dónde está la divergencia ideológica, allí está la clave de todo proceso divisionista.
El chavismo tiene su ideología muy clara, está explícita en el Plan de la Patria, el discurso de presentación ante el CNE, y en la alocución del 8 de diciembre, en su gestión de gobierno, en su accionar político. Se trata de una lucha contra la lógica del capital, por el Socialismo y contra el reformismo que infecta esa lucha. De allí que un movimiento divisionista debe apartarse de esa ideología, debe tener otra ideología contraria. Y por el contrario, un movimiento chavista debe tener en su base esta ideología.
Ya tenemos elementos para analizar el paisaje político y detectar las divisiones y las lealtades al pensamiento de Chávez. El madurismo, de acción y de pensamiento se ha colocado enfrente del pensamiento chavista. No es Socialista, esta afirmación es corroborada por su alianza con fedecámaras, la reversión de la propiedad social de los medios de producción y distribución que son la base económica del Socialismo. Se le podía decir al madurismo, parafraseando al diputado aquel europeo, "qué has hecho imbécil que la canalla te aplaude." El madurismo ya no oculta su condición de capitalista, al contrario, la enarbola, se avergüenza de los ojos de Chávez, del color rojo, sólo nombra al Socialismo cuando le conviene, para engañar.
El madurismo, tiene las razones ideológicas para dividir al chavismo, y así lo hizo. Se aprovechó de la fuerza del Estado para arrinconar, disfrazarse de chavismo. Ellos son los divisionistas, ellos se apartaron del pensamiento de Chávez, ellos se avergüenzan ante los capitalistas de aparecer al lado del Comandante.
Está claro que la acusación de divisionistas y los llamados a la militancia de ir contra ellos es una excusa para distraer de los problemas, para justificar futuras medidas represivas. Pero, sobre todo, es una pirueta psicológica para descargar la culpa de la traición que los atormenta: no son leales, son traidores. Son excusas propias de renegados, que cada día pierden credibilidad ante la masa, recordemos aquello de que las mentiras tienen patas cortas, y duran poco. El madurismo está agotado, ya las excusas no le funcionan, la realidad las desmienten.
Allá con su consciencia los que se plieguen a esta nueva cacería de brujas.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ Y PAGARÁN SU CULPA!