Ese supuesto "ataque" de un grupo hamponil a los cuerpos policiales ayer en Las Tejerías vuelve a levantar muchas dudas. Como ocurrió con la "gesta" del Koki en la Cota 905.
Tengamos en cuenta la enorme maquinaria de inteligencia policial y militar que ha construido Maduro. Maquinaria que por cierto se despliega profusamente cada vez que los maestros y trabajadores protestan en Caracas.
Es una maquinaria de inteligencia que tiene mucho presupuesto, mucha tecnología (de punta) y mucha gente. No le falta nada. Lo único que nunca ha tenido, son razones justas para actuar. Pero eso también se sabe. Precisamente por esa ausencia de causas justas en el gobierno, es que existe una maquinaria de terror tan grande como la representada por el SEBIN, DGCIM, FAES, CICPC, PNB, GNB y demás cuerpos de choque, incluidos los "colectivos" y las milicias.
Con esa poderosa maquinaria, el gobierno del PSUV vigila hasta las sombras de todos sus opositores, tanto a los líderes de partidos y grupos políticos (tanto de derecha como de izquierda), como a los líderes sindicales y gremiales que están protestando en todo el país, que ahora son valorados por Maduro como "muy peligrosos agentes del imperio".
No hay nadie que se escape a esa vigilancia todopoderosa del gobierno. Hasta los grupos de whatsapp son vigilados e infiltrados, y muchos desprevenidos ciudadanos han sido detenidos por la policía política por expresar, en simples y restringidos grupos de whatsapp, críticas fuertes hacia la gestión de maduro.
El mismo gobierno se ha jactado numerosas veces de su infinita capacidad de infiltración y vigilancia. Como lo dijeron con motivo de la supuesta "operación gedeon" del año 2020, en el litoral aragueño y guaireño.
Pues resulta que esa supermaquinaria de vigilancia y terror no puede con unos vulgares malandros que en Las Tejerías hacen de las suyas contra la población indefensa, al igual que lo hizo la banda del Koki en la Cota 905, y lo sigue haciendo la banda del Wilexis en Petare.
Estas circunstancias son realmente difíciles de creer. Esa supuesta banda de las Tejerías habría actuado anoche con más de 100 delincuentes que atacaron varios puestos policiales y militares.
Sólo si consideramos el tamaño tan amplio de esa organización delictiva, 100 o más de cien personas, es fácil concluir que un grupo criminal tan extenso debería ser muy fácil infiltrarlo por parte de la inteligencia policial y militar.
En la lucha armada venezolana de hace 40 años, la policía política logró infiltrar a organizaciones clandestinas muy pequeñas y con mucha experiencia en actividades secretas, conduciendo a dos grandes masacres como fueron Cantaura y Yumare.
Comparando con esa dura enseñanza de nuestra historia, infiltrar a una vulgar banda de 100 o más delincuentes debería ser pan comido. Y mediante esa infiltración, conducir a ese grupo criminal a celadas tipo "ratonera", también debería ser pan comido para organismos como el SEBIN y DGCIM que incluso tienen muy buena asesoría de los gobiernos de Cuba y Rusia, más expertos en recontrainteligencia que Maxuel Smart.
Pues la realidad es que ese grupo armado de Las Tejerías, armado hasta los dientes (exactamente igual al grupo del Koki en plena Caracas, a menos de 4km de Miraflores), existe y actúa en ese sitio como pedro por su casa. Como si no existiera seguridad de Estado en Venezuela.
Cuando es al revés. En Venezuela lo único que parece existir es la seguridad de Estado. Puede que ningún Ministerio funcione. Puede que las empresas públicas sean un caos. Pero los cuerpos policiales y militares, incluida, sobre todo, la inteligencia, la contrainteligencia y la recontrainteligencia, gozan de muy buena salud y se les ve a diario actuando contra el pueblo manifestante, contra el periodismo crítico, contra las organizaciones de la sociedad civil que enarbolan una postura crítica hacia Maduro y un programa de cambios que se distancia tanto del neoliberalismo madurista como del neoliberalismo tradicional representado en el G4 y demás partidos pitiyankis.
Es por eso que no me trago el cuento de que en las Tejerías se ha constituido un embrión de ejército paramilitar, algo que jamás logró hacer la guerrilla venezolana en 30 años de lucha armada.
Algo huele muy mal en las Tejerias. La única explicación coherente para lo que allí sucede, como antes con el Koki, es que responde a una operación de la contrainteligencia gubernamental, para distraer la opinión pública de las constantes y cada vez más grandes manifestaciones populares contra la política salarial y económica de Maduro.
Y peor aún, que ese grupo de malandros tolerado y probablemente creado por el mismo gobierno, vaya a servir de excusa para montar una supuesta "agresión imperial" que involucre a maestros, enfermeras y demás gremios de trabajadores en conflicto. Y que a partir de esa falacia infame, el gobierno desate una represión feroz contra los dirigentes sociales que hoy, con toda la razón histórica de su lado, han salido a las calles de Venezuela a denunciar el paquetazo neoliberal de Maduro y su política de entrega de nuestros recursos naturales al gran capital extranjero.
Primero vino la Gold Reserve. Luego vino la Barrick Gold. Ahora llegó la Chevron. Se prepara para venir la Conoco-Phillips. Por cierto, todas estas compañías pertenecientes a multinacionales del supuestamente odiado por Maduro imperialismo occidental. Pero el gobierno no tiene reales (se robaron todo). Como no hay reales (según dice Maduro), lo único que queda es la represión. Como no les conviene reprimir marchas pacíficas y democráticas, el gobierno se prepara para inventar supuestas conspiraciones imperiales, con paramilitares de por medio (aunque ya no gobierne Duque en Colombia, quien según Maduro era el promotor y financista del Koki y demás grupos hamponiles en Caracas y zonas cercanas). Conspiración financiada por los gringos, como ya lo dijo Maduro. Utilizando a antiguos ministros y ministras de Chávez, como también lo dijo Maduro ayer o antier.
Maduro y su recontrainteligencia preparan un montaje parapolicial, con el objetivo de levantar una infame acusación contra la dirigencia democrática, sindical y gremial, que están a la cabeza de todas las multitudinarias manifestaciones que en las últimas cinco semanas han sacudido a Venezuela.
Alerto a todo el país, para que esta nueva farsa madurista quede totalmente desenmascarada, y no pueda cumplir su objetivo de reprimir y apresar a la dirigencia ciudadana que hoy encabeza la rebelión democrática que está enfrentando en las calles el paquetazo neoliberal de un falso gobierno "obrerista".
¡¡ Trabajadores de Venezuela, Luchar hasta Vencer !!