Universalidad de la Doctrina del Libertador Simón Bolívar

Viernes, 17/02/2023 10:39 AM

A la luz del Proceso Bolivariano Socialista que se ventila en la Patria de Bolívar, la acción política no puede partir de los conceptos de categorías de la política de dominación, necesita un nuevo punto de partida, una redefinición de los conceptos y categorías para afirmar objetivamente la nueva política como voluntad de servicio social y no como política de dominio.

Esta nueva política que es el parto histórico que está alumbrando el Bolivarianismo debe ser de liberación de toda forma de dominio, y al mismo tiempo, debe estar al servicio de un proceso de emancipación y liberación.

Así, la Carta de Jamaica, escrita por el Libertador Simón Bolívar, en fecha 6 de septiembre de 1815, después de 200 años, en este momento en que los poderes imperiales amenazan con mayor ferocidad la Paria Grande debemos tomar las advertencias y las recomendaciones hechas por Bolívar, porque tienen plena vigencia.

No podemos olvidar, igualmente, que la libertad e independencia de NuestraAmérica está amenazada "y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos". Con la unidad de los pueblos, tras el pensamiento Bolivariano ganaremos la batalla contra el neoliberalismo, demostraremos que siguiendo el camino señalado por Bolívar forjaremos una América Meridional, soberana, libre e independiente, sin injerencias de ninguna naturaleza.

Todavía falta camino por recorrer la obra de nuestra regeneración plena y consciente. Ahí está el gran guía, Bolívar, quien acometió la tarea de construir escenarios anfictiónicos y políticos, también consciente de la necesidad de un "equilibrio del universo", esto es, una paridad en el ámbito internacional entre NuestraAmérica y Europa. En suma, Bolívar para encarar las maniobras de la doctrina Monroe, asentó las bases para hacer valer la independencia de la República Bolivariana de Venezuela, ante las nuevas apetencias colonialistas del imperialismo.

Estamos en la era en la que la mujer y el hombre, así como los pueblos, las naciones víctimas de la vorágine imperialista, son capaces de dominar su propio destino, a través de la era del Socialismo Bolivariano. Finalmente, el proceso de reivindicar una visión socialista involucra la necesidad de aprender de la historia, de las nefastas experiencias que nos lego el capitalismo salvaje en el siglo XX.

Fundamentos de la Doctrina Bolivariana

"Creamos o erramos", basta ya ante tantas indefiniciones. Venezuela está montada en un nuevo modelo con nombre y apellido: la Doctrina Bolivariana.

Si no nos empeñamos, tal como lo establece la Constitución Bolivariana en su Preámbulo: "refundar la República", estaremos eternamente bajo las férulas imperialistas.

El tiempo apremia y no podemos continuar bajo la influencia del colonialismo y arrodillados ante la Doctrina Monroe, e inclusive, en última instancia bajo el dominio del eurocentrismo que tan poco nos quita la vista. Ahí está el pueblo aguardando pasivamente que los cuadros políticos decidan el destino de la Patria bajo la premisa de la Doctrina Bolivariana.

Justamente y en ese sentido este enfoque Bolivariano para no perder de vista al Padre de la Patria y encender la mecha para siempre del Bolivarismo.

Manifiesto de Cartagena

El Manifiesto de Cartagena, del 15 de diciembre de 1812, es el primero de los grandes documentos políticos de Simón Bolívar. En términos generales, puede definirse como el análisis crítico de los errores que condujeron a la caída de la Primera República. Desde el punto de vista militar, pero principalmente desde el punto de vista político e institucional que, de no ser advertido y asimilado de manera clara y precisa en nuestros días, haría ingenuo e ilusorio todo proyecto de independencia.

Este documento fundamental en los anales de la historia de Venezuela, diagnostica la caída de la Primera República y también la consecuencia del sistema federal que se adoptó y dio lugar a un gobierno débil e ineficiente. Por último, para Bolívar quedó claro que no se podía concebir este proyecto de independencia sin la unión de Venezuela y la Nueva Granada.

En definitiva, el Manifiesto de Cartagena da cuenta del convencimiento de Bolívar acerca de la necesidad de construir y compartir una visión y una misión colectiva de NuestraAmérica.

Es sin duda alguna, un documento que contiene los primeros trazos de la estrategia revolucionaria continental del Libertador, y una plataforma que sembró los principios fundamentales de la nacionalidad latinoamericana que fundó las bases de un espíritu de unidad entre la Nueva Granada y Venezuela; dejando un legado filosófico, político e ideológico para la lucha de los pueblos.

Pueden apreciarse ya en este texto temprano del dos ideas claves que van a expresarse en forma constante en el pensamiento político de Bolívar, a todo lo largo de su vida. La primera es su oposición al federalismo, que nos sólo dificulta la lucha contra el enemigo sino que contribuye a desintegrar nuestras nacientes repúblicas; y la segunda, su defensa de una revolución continental, porque la América que quiere liberarse de España es una sola patria y no hay otra forma de enfrentar con posibilidades de éxito al poder colonialista español.

Discurso de Angostura

El 15 de febrero de 1819, hace más de doscientos años, el Libertador Simón Bolívar instaló en Venezuela el Congreso de Angostura, bajo la inspiración del ideario republicano y humanista del generalísimo Francisco de Miranda.

Durante el cónclave, que representó el segundo Congreso Constituyente de la República de Venezuela, Bolívar se dirigió a los 26 diputados electos en plena guerra de independencia por las provincias de Caracas, Cumaná, Margarita, Guayana, Barinas y Barcelona.

En un discurso en el que llamó a conducir con firmeza el destino de la nación, el Libertador delineó el rumbo de la Revolución de Independencia y abrió el debate hacia la Ley Fundamental y la nueva Constitución, que consolidaría más tarde la unión de las repúblicas en la Gran Colombia.

Aquí te traemos cinco ideas de aquel histórico discurso, que ha trascendido el tiempo y tiene plena vigencia en el siglo XXI.

1. "Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción".

2. "¿No dice el Espíritu de las Leyes que éstas deben ser propias para el pueblo que se hacen?, ¿qué es una gran casualidad que las de una nación puedan convenir a otra?, ¿que las leyes deben ser relativas a lo físico del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a su extensión, al género de vida de los pueblos; referirse al grado de libertad que la Constitución puede sufrir, a la religión de los habitantes, a sus inclinaciones, a sus riquezas, a su número, a su comercio, a sus costumbres, a sus modales?. ¡He aquí el Código que debíamos consultar, y no el de Washington!".

3. "La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Si, los que antes eran esclavos ya son libres; los que antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una patria".

4. "Renovemos en el mundo la idea de un pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso, la educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades".

5. "Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad".

Es un discurso que quedaría para la historia no sólo del país sino de la región. Bolívar ante los legisladores de la época presentó un proyecto de constitución.

En el contexto de la guerra de independencia, el Libertador analiza la realidad de su tiempo pero además plantea una filosofía de gobierno producto de la reflexión continua de las causas que llevaron al fracaso de la primera y segunda República en Venezuela.

Para ello, Bolívar se muestra ante todo como un ciudadano. "Si merezco vuestra aprobación, habré alcanzado el sublime título de buen ciudadano, preferible para mí al de Libertador que me dio Venezuela, al de Pacificador que me dio Cundinamarca y a los que el mundo entero pueda dar".

Luego analiza la complejidad que la confluencia de razas ha marcado en el llamado "nuevo mundo". "No somos europeos, no somos indios, sino una nueva especie media entre los aborígenes y los españoles", señala.

"Nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposición de los invasores, así nuestro caso es el más extraordinario y complicado", expone.

Más adelante, apunta que las instituciones que surgieran a raíz de la independencia tenían que responder a las necesidades y posibilidades de las nuevas sociedades que buscaban constituirse en naciones. "El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible", afirma.

Entre las bases que destaca de un gobierno republicano para Venezuela son la soberanía del pueblo, la división de los poderes y la libertad civil.

Bolívar también centra la educación como principio fundamental de las nuevas repúblicas. "Moral y luces son los polos de una república, moral y luces son nuestras primeras necesidades", sostiene.

Traemos a colación una de las frases que caracterizaría la propuesta Bolivariana que Hugo Chávez, líder de la Revolución, que presentaría al país: "¡Legisladores! Dignaos conceder a Venezuela un Gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral!".

El Congreso Anfictiónico de Panamá

El Día de la Unidad Latinoamericana y del Caribe, que surge en el marco del Congreso Anfictiónico de Panamá hay estas seis frases que rescatan la importancia de los sueños de integración que tenía el Libertador Simón Bolívar en el Congreso que se instaló en Panamá el 22 de junio de 1826.

Con el Día de de la Unidad Latinoamericana y del Caribe se busca conmemorar los ideales Bolivarianos integracionistas para la región.

Entre los líderes contemporáneos que siguieron la línea de la integración latinoamericana, destacan entre otros Dilma Rouseff, Hugo Chávez, Fidel Castro, Cristina Fernández de Kirchner y José Mujica.

Durante la primera cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en Caracas, Venezuela, en 2011, la expresidenta de Brasil, Dilma Rouseff dijo:

"Nosotros podemos construir una integración que sea realmente productiva, que nos lleve al crecimiento de nuestras economías y también que nos lleve a un proceso que no sea la explotación de un país por otro".

Por su parte, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez aseguró:

"Yo estoy seguro que no nos van a descarrilar, estoy seguro que hay descarriladores de oficio que se la pasan todos los días pensando y actuando a ver cómo se arma una guerra entre nosotros, pues entre nosotros no habría guerra ni más conflictos, sino hermandad, paz, integración, unión, comprensión de los problemas de cada uno, de cada país".

Luego, Fidel Castro, en una entrevista al medio argentino Clarín en mayo de 2003, afirmó lo siguiente:

"Yo creo, de la misma forma en que los latinoamericanos piensan que hay que unirse para buscar soluciones a la gravísima crisis económica, hay que unirse para buscar solución al problema de la paz y la unidad de las naciones latinoamericanas sin injerencia alguna de Estados Unidos. No le conviene a este hemisferio ninguna intervención, por el destrozo que causaría a nuestros pueblos y sus riquezas. Por lo demás, no conduciría a nada ni liquidaría la violencia, todo lo contrario".

En su intervención durante la primera cumbre de la Celac en 2011, la expresidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner dijo:

"Estamos ante una posibilidad histórica de convertirnos en protagonistas del Siglo XXI. Para eso necesitamos instrumentos concretos, políticas y alianzas muy fuertes no sólo en el campo de lo económico sino en lo político".

En la misma cumbre de la Celac, el expresidente de Uruguay, José Mujica reiteró:

"Tenemos que estar juntos, los de izquierda, derecha y centro. El peor servicio que podemos hacer es no tener gestos de unidad. Seremos adultos si lo hemos comprendido".

La celebración del Día de la Unidad Latinoamericana y del Caribe fue impulsada por el Parlatino y fue aprobada en agosto de 1988 en la XII Asamblea Ordinaria que se realizó en Buenos Aires, Argentina.

Otras incidencias del augusto Congreso Anfictiónico

El Congreso Anfictiónico de Panamá no derivó en los resultados que Bolívar esperaba. La mayoría de las naciones que asistieron no estaban en condiciones políticas ni económicas para cumplir con los acuerdos. Además, las divisiones entre ellas derivaron en conflictos fronterizos.

Con todo, el Libertador se enfocó en la creación de la Confederación de Los Andes (Colombia, Perú y Bolivia) para oponerse a la política imperial de Estados Unidos y a las clases dominantes.

Colaborar en la consolidación de la unidad de las nuevas repúblicas, creando una confederación de los pueblos iberoamericanos que comprendía desde México hasta Chile y Argentina, además de facilitar acuerdos de defensa común.

Pues bien, el Congreso Anfictiónico de Panamá se instaló entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, cuyo objetivo también era crear una confederación de los pueblos iberoamericanos desde México hasta Chile y Argentina, éste era el objetivo central.

Su instalación ocurrió en medio de las conquistas independentistas en Hispanoamérica, tras la liberación del Alto Perú (actual Bolivia) por parte del Libertador Simón Bolívar y del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.

Este Congreso se constituyó en la concreción del máximo sueño del Libertador, quien en 1815 expresó desde Jamaica: "¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuera para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!... Ojalá que un día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso...".

Bajo esta perspectiva, Bolívar anhelaba el entendimiento entre todos los países y buscaba la unidad del continente: NuestraAmérica.

Participaron en el conclave la Gran Colombia, México, Perú y la República Federal de Centro América, mientras que Gran Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.

La agenda del Congreso

-Afianzar la independencia, la seguridad interna y la no intervención.

-La igualdad jurídica entre todas las naciones.

-Relaciones entre los Estados por medio de un Congreso plenipotenciario permanente.

-Reforma social basada en la libertad y la paz.

El Congreso Anfictiónico de Panamá no derivó en los resultados que Bolívar esperaba. La mayoría de las naciones que asistieron no estaban en condiciones políticas ni económicas para cumplir con los acuerdos. Además, las divisiones entre ellas derivaron en conflictos fronterizos.

Carta de Jamaica

Ese gigante, llamado Simón Bolívar, escribió uno de los documentos político más célebre de la historia de la Patria Grande, intitulado "Contestación de un Americano Meridional a un Caballero de esta Isla" mejor conocida como "La carta de Jamaica".

La Carta de Jamaica es un texto redactado por el Libertador Simón Bolívar, en fecha 6 de septiembre de 1815, en Kingston, capital de Jamaica, en respuesta a una misiva de Henry Cullen, ciudadano británico que residía en Falmouth, al noroeste de esa isla.

En el documento, Bolívar expone las razones que provocaron la caída de la Segunda República, que se dieron luego de recibir la negativa de las autoridades de Nueva Granada de colaborar con una nueva ofensiva contra el Ejército español, lo que obligó a Bolívar a dirigirse a Jamaica con la finalidad de conseguir la cooperación del Gobierno inglés para proseguir la lucha por la libertad americana.

La carta es considerada como uno de los más importantes pronunciamientos del Libertador, pues revela sus ideas, además de ser un texto que expone con exactitud y acierto lo que ocurriría unos años más tarde en casi todos los países americanos.

En su trajinar Bolívar después de perder la segunda República, viaja a Jamaica, donde estaba con mayor auge intelectual las ideas y principios de la Revolución Francesa y como dicen los historiadores intentando lograr el apoyo británico, por ser en esos momentos uno de los rivales históricos de España.

El comerciante Henry Cullen, intentando indagar sobre la real situación de las colonias españolas en América, le escribe a Bolívar como tentándolo a reflexionar sobre ese apoyo, lo cual evidentemente logró, ya que El Libertador vio la posibilidad de solicitar a la Corona Británica la logística necesitada.

En esta misiva, el Libertador hace una reflexión acerca de cuál debería ser el mejor sistema de gobierno para los americanos, donde, como siempre no se muestra partidario de un sistema federal, por cuanto considera que los americanos no están políticamente maduros para mantener tal sistema sin caer en guerras internas que generen dominación de unos estados sobre otros.

Se pasea por un sistema de pequeños estados monárquicos que tampoco encuentra adecuado. Al final plantea una la idea que ha sido constante en su ideal político, convertir a la América hispana en una sola nación con un gobierno central, localizando la capital en Panamá o en alguna ciudad costera de Nueva Granada (Colombia), aunque reconoce que por razones políticas, quizá sea mejor ubicarla en Nueva España (México).

Este documento tiene gran valor histórico, porque arroja mucha luz sobre las ideas y motivaciones de Simón Bolívar, aunque el otro objetivos de la Carta de Jamaica, no surtió el efecto deseado, pues la ayuda solicitada por Bolívar a Inglaterra, como era de esperar, le fue ofrecida cuando ya había obtenido apoyo en Haití.

La Carta fue uno de los documentos en el que se fundó la independencia de las colonias españolas en Latinoamérica. La obra buscaba demostrar la intención del Simón Bolívar de romper los lazos que existían con la corona española, que representaba una fuente de yugo y opresión para el pueblo de América.

La visión que se tenía de la corona de España es que esta habría violado, en contrato social, un acuerdo entre la monarquía y los pobladores de nuestro continente, por el hecho de favorecer de manera parcializada a las personas nacidas en España en cuanto a la asignación de cargos importantes y otros empleos, sin tomar en cuenta a los criollos.

Bolívar indicó la necesidad de que cada nación tenga su propio régimen de gobierno, organizado y competente, en el que se respetaran los derechos del hombre y se reconocieran las diversas razas que existen en cada una de ellas.

Asimismo, destacó la diversidad originada por el mestizaje, y el consecuente surgimiento de una nueva "especie media", mezcla de blancos criollos, aborígenes y afroamericanos que tendrían derechos como "legítimos propietarios del país".

El Libertador expuso una visión de la región en la que prevalece la unión de los países americanos por medio de la lengua y la cultura, con la diversidad como base fundamental.

El tema sirvió como una guía en la integración, ahí están las formas actuales de organizaciones como la CELAC, UNASUR, MERCOSUR, sobre todo en el aspecto de unión y respeto de las culturas particulares de cada nación.

Además la Carta constituye una obra de corte filosófico, puesto que se considera como una extensión del pensamiento originado por la Ilustración.

Una evidencia de esto es la inclusión de conceptos desarrollados por Montesquieu, al igual que otras concepciones como el contrato social y el derecho natural.

Un Estado humanista

El Padre de la Patria, en el "Manifiesto de Cartagena", de 1812, la "Carta de Jamaica" de 1815, el discurso en el "Congreso de Angostura", de 1819, entre otras proclamas de enorme trascendencia universalista delineó su visón para la construcción de un Estado humanista, así como una concepción para la paz y la felicidad, tras la concepción de un gobierno Republicano.

Cuando se analizan los hechos del 19 de abril de 1810, y sus consecuencias inmediatas en el orden social, político, militar y económico, se observa que comienza en la naciente Venezuela, el proceso de agudización de la lucha por la libertad e igualdad, que estará presente a lo largo de todo el proceso en el que están visibles un conjunto de factores, tales como:

a) Las ideas del movimiento de la Revolución Francesa (1789) que llegarían a Venezuela de manera indirecta;

b) Una acentuada decadencia del poder metropolitano;

c) La complejidad ideológica, en correspondencia a los intereses de clases, bajo la versión antillana, francesa y española, por último;

d) El surgimiento sistemático y progresivo de una conciencia nacional de clase a lo largo del proceso revolucionario que lidera Bolívar.

Tras el análisis de este conjunto de escenarios se explica el estallido compulsivo de luchas que dieron como resultado la crisis que justificaría el replanteamiento integral de la sociedad colonial venezolana.

Estos hechos, recogidos por la historiografía, es donde se resalta la figura de Bolívar, no tan solo por su accionar militar, sino por la claridad de visión política e histórica, que alcanzó su madurez en el proceso directo del proceso emancipador. Ello demuestra, como él, logró entender las particularidades de su momento histórico. Lo que manifiesta en cada una de sus intervenciones de manera progresiva y sistemática.

El Libertador

Bolívar que lucho con la espada y la pluma para independizar a NuestraAmérica, en 20 años de vida política arremetió contra 300 años del criminal colonialismo sostenido contra NuestraAmérica.

Bolívar llevó a cabo una revolución categorizada como el suceso de mayor envergadura que registra la historia de la emancipación de la Patria Grande.

"Me he burlado de la muerte muchas veces, y esta me asecha delirante a cada paso", escribió.

Bolívar a los 3 años de edad perdió a su madre y a los 9 al padre. Contrajo matrimonio a los 19 años y después de 10 meses de casado, enviudó. A pesar de tantas penalidades a su corta edad, realizó campañas de tan difícil travesía, que hay pocos ejemplos que puedan comparársele.

El escenario de su acción política y militar abarcó seis millones de kilómetros cuadrados; lucho contra una ideología dominante impuesta desde hacía 300 años (1492) y en la naciente Sociedad Patriótica que tuvo como escenario al Congreso de 1810, donde los defensores de la opresión que en última instancia representaban al criminal colonizador, chocó con el Bolivarismo que enemigo del pueblo se propuso disipar la ignorancia del pueblo, elevar las ideas de los ciudadanos a la más alta dignidad de mujeres y hombres libres, constituir y Estado.

Bolívar en un memorable discurso para contener al semillero oligárquico de apátridas, les dice que "esas dudas son triste efecto de las antiguas cadenas", y les pregunta "¿trescientos años de calma no bastan? ¿Se quieren otros trescientos todavía?". En consecuencia, agrega:

"...el Congreso debe oír a la Junta Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad sudamericana. Vacilar es perdernos…".

En Bolívar la construcción de una gran sociedad, debe reposar en el pilar moral, visto como el poder que permita deslastrarse de las malas costumbres, de los vicios y dependencia de la mujer y el hombre de NuestraAmérica.

Bolívar en materia económica combina las ideas que desarrolló Carlos Marx con el capitalismo que propició Adam Smith, para evolucionar hacia el Socialismo Bolivariano, con la participación popular, es decir, no es un socialismo que vela por el bienestar de las masas populares controlada por cúpulas partidistas ni asume el capitalismo que promueve la iniciativa privada como factor de desarrollo endógeno "sustentable".

El socialismo Bolivariano es la máxima expresión del humanismo social, al democratizar todas las estructuras de poder del Estado que se convierte en protector de las clases desposeídas y al servicio de las comunidades organizadas; estimula la participación popular en las fases de la economía y delega la gobernabilidad en la participación del pueblo organizado, es decir, se fundamenta en tres principios Bolivarianos: igualdad, justicia y fraternidad.

La Doctrina Bolivariana une al pueblo y al Ejército en un todo, con el fin de sustentar la Nación, preservar sus instituciones, defender la Patria, y no utilizar las armas para proteger y defender una sociedad de privilegios.

"El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política", dijo Bolívar. También del pensamiento de Bolívar se desprende que es irrestricto en castigar la corrupción y todo aquel que atente contra los intereses del Estado, que no son más que los intereses del pueblo: "… el que roba al Estado le roba al pueblo, a las futuras generaciones y se roba así mismo".

Bolívar enarbola una estructura jurídica de gobernabilidad, bajo un esquema de políticas sociales, donde impere la igualdad de oportunidades, respeto a la dignidad, la defensa de la territorialidad, estimulo al desarrollo endógeno sustentable, protección de los recursos naturales, incentivo a la inversión social y la organización del pueblo en estructuras productivas.

En la Doctrina Bolivariana subyace un esquema de conducta y comportamiento, que tiene sus raíces en la dignidad nacional y un respeto irrestricto a la territorialidad.

"El patriotismo es el fuego sagrado que no puede estar oculto; y en tanto se extienda en un sentido verdaderamente puro, tanto más habrá ganado la felicidad del país, cuya moralización demanda extraordinariamente todo paternal cuidado".

Bolívar promueve la unidad y la integración de países que tienen en común su cultura, para poner freno a un imperialismo insaciable de poder y riquezas, que basan su estrategia de penetración en el colonialismo y la dependencia económica.

"Necesitamos un gobierno central para la América Meridional y la formación de una sola y poderosa nación americana; de un coloso capaz de enfrentar al poder supremo que no cesará de sus intenciones de dominar al mundo. Requerimos de una nación que no puede crearse sino con la fusión de toda la América Meridional en un cuerpo de naciones hermanas, que tengan en común su historia, su idioma y su cultura. Para nosotros la Patria es América".

Bolívar es la capacidad de visualizar al futuro, es el desprendimiento incondicional sin recompensa, es la pasión por un ideal aún a costa de la vida, es la capacidad indoblegable para logras objetivos inalcanzables, es luchar y defender siempre la patria, es triunfar sin importar el tamaño del enemigo, es incentivar la economía nacional, es la obligación de luchar cada día por las futuras generaciones, para entregarles en herencia una Patria libre de la dominación extranjera, es llevar su Doctrina por todos los pueblos, es triunfar por encima de las adversidades, pero sobre todo, es la llama que llevamos en el corazón todas y todos los revolucionarios de acción y convicción, que heredamos del universal hombre que fue y será Simón Bolívar, el Libertador.

Bolívar, en fecha, 6 de septiembre de 1815, en la Carta de Jamaica, ofreció el siguiente parte sobre Venezuela:

"En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela, sus acontecimientos han sido tan rápidos, y sus devastaciones tales, que casi la han reducido a una absoluta indigencia y a una soledad espantosa; no obstante que era uno de los más bellos países de cuantos hacían el orgullo de la América. Sus tiranos gobiernan un desierto; y sólo oprimen a tristes restos que, escapados de la muerte, alimentan una precaria existencia; algunas mujeres, niños y ancianos son los que quedan. Los más de los hombres han perecido por no ser esclavos, y los que viven, combaten con furor en los campos y en los pueblos internos, hasta expirar o arrojar al mar a los que, insaciables de sangre y de crímenes, rivalizan con los primeros monstruos que hicieron desaparecer de la América a su raza primitiva. Cerca de un millón de habitantes se contaba en Venezuela; y, sin exageración, se puede asegurar que una cuarta parte ha sido sacrificada por la tierra, la espada, el hambre, la peste, las peregrinaciones; excepto el terremoto, todo resultado de la guerra".

Este escenario que ofrece el Libertador sobre la martirizada Patria es una muestra del espejo histórico que ha padecido el pueblo venezolano.

Bolívar en estos tiempos apocalípticos que ha generado el capitalismo salvaje y amenazan toda forma de vida en la Madre Tierra, como lo certifican la historia y la ciencia, surge como el guía ante la barbarie que está devorando al planeta.

El Libertador una figura de primer orden dentro de la universalidad del mundo, elaboró toda una filosofía, una doctrina humanista que hoy retumba, pues responde al ideal para la transformación de la estructura del orden mundial.

Su revolución independentista y proyectos acerca del porvenir de la Patria Grande, como hombre militar y de Estado, teórico constitucionalista, visionario, lo consagran por sus escritos políticos, para asentar las bases de una existencia política viable y duradera para las naciones que aun anhelan un mundo desprovisto de carencias para una vida dignamente humana.

Unos de sus pilares fundamentales para la paz y la mayor suma de felicidad posible, se encuentran recogido en el Discurso de Angostura (1819), allí expuso:

"El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política", para abolir la turbidez en la política antiética neoliberal cuyo signo es el dominio supremo de los pueblos. Por eso se debe insistir sobre el estudio y la profundización de la Doctrina Bolivariana.

Bolívar fue un hombre que se nutrió intelectualmente con los más grandes de las ideas universales de filósofos, historiadores, oradores y poeta, leyó todos los clásicos modernos de España, Francia, Italia y gran parte de los ingleses, por lo que puntualiz:

"…es de creer que en Caracas o San Mateo no me habrían nacido las ideas que me vinieron en mis viajes, y en América no hubiera tomado aquella experiencia ni hecho aquel estudio del mundo, de los hombres y de las cosas que tanto me han servido en el curso de mi carrera política…".

He aquí un hombre que luchó con la espada y la pluma para independizar NuestraAmérica. En 20 años combatió férreamente 300 años de colonialismo y realizó una revolución que fue el suceso de mayor trascendencia que registra la historia. Su acción militar y política abarco 6 millones de kilómetros. Liberó cinco naciones, recorrió 123 mil kilómetros a caballo, es decir, cabalgó media vuelta a la Tierra, en aras de la libertad de la América meridional.

Sus ideas de libertad las redactó en 92 proclamas, escribió 10 mil cartas en varios idiomas y su ejército nunca invadió, sólo liberó pueblos. Es el hombre más prominente del siglo XIX, por eso, ha sido el primero en la historia de la humanidad al que se le ha atribuido el título de Libertador.

Su Maestro

Simón Rodríguez, es otra referencia acerca de la Doctrina Bolivariana, a quien el Libertador llamó "filósofo consumado" y "el Sócrates de Caracas".

Rodríguez en las historia de las ideas del siglo XIX ofrece luces para entender el compromiso histórico que aún tenemos con NuestraAmérica, y en especial con Venezuela. Su obra es una auténtica constelación de análisis, de un filósofo y maestro dialéctico.

Puede decirse de Rodríguez lo que afirmó el filósofo germano Nietzsche:

"Es mi ambición decir en diez frases lo que todos los demás dicen en un libro; lo que todos los demás no dicen en un libro".

También se desprende del genio de Rodríguez:

"No quiero parecerme a los árboles que echan raíces en un lugar y no se mueven, sino al viento, al agua, al sol, a todo lo que marcha sin cesar".

Rodríguez, nació en Caracas, en 1771, y murió dentro de la misma pobreza en que vivió, en Amotape, al norte de Perú, en 1854.

Durante su vida pasó también como el seudónimo de "Samuel Robinson".

Demostró que el drama de la pobreza tenaz que viy no afectó su ancho espíritu, no envolvió la derrota, sino que generó en él la fortaleza moral, que erguida permite comprender mejor a la especie humana. Combatió con una excepcional energía como reacción ante el infortunio, al criminal colonialismo europeo.

"Hay ideas que no son del tiempo presente, aunque sean modernas, ni de moda aunque sean nuevas. Por querer enseñar más de lo que todos comprenden, pocos me han entendido, muchos me han despreciado y algunos se han tomado el trabajo de perseguirme", escribió.

Nada adverso puede en él forzarlo a retroceder ni en el escribir ni en el pensar.

"Aquí no hay ni un pan", tras lanzar esta frase quebrante. "¡Sí Bolívar me viera!".

En el lecho de muerte dijo ante el cura que trató de arrancarle una confesión:

"¡No tengo más religión que la que juré en el Monte Sacro con mí discípulo!".

Sobre ese juramento que profirió hace más de 200 años, Bolívar ascendió en compañía de su profesor Simón Rodríguez a una histórica colina romana, el Monte Sacro, y allí juró luchar sin tregua por la libertad de Venezuela.

Las narraciones históricas dicen que al caer la tarde, Bolívar y Rodríguez admiraron el crepúsculo y la ciudad a los pies del monte. Los ojos de ambos recorrieron el amplio paisaje que se les ofrecía ante ellos, y ahí Bolívar recordó el campo y el paisaje venezolano, con un sentimiento de profunda ansiedad por la libertad de Venezuela, diciendo en voz alta y con firmeza:

"Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".

El otrora joven Bolívar cansado de las injusticias juró, en el histórico Monte Sacro, liberar a NuestraAmérica de las cadenas opresoras del imperio español.

Ese espíritu de lucha por la causa libertaria, continúa latente en los corazones de los que amamos la Patria Bolivariana.

En fecha 15 de agosto de 1806, para ese entonces, Simón Bolívar contaba con 22 años de edad. Y no solo fue por el fragor de la juventud que hizo ese juramento, sino porque así lo sentía.

El Juramento del Monte Sacro es un legado de más de dos siglos enunciado por un joven de ideas revolucionarias que maduraron hasta forjar un proyecto de libertad continental, con alcance social y moral para todos sus conciudadanos. Este hecho, fue un reto fundamental que permitió iniciar una gesta independentista y así convertir los pueblos de América Latina y el Caribe en un territorio libre e independiente.

Bolívar nos recuerda esta expresión:

"Entonces, uno se encuentra a veces con jóvenes, y los que han leído el Manifiesto Comunista, o lo han llevado largo rato debajo del brazo, creen que lo han asimilado y dictan cátedra y exigen actitudes y critican a hombres, que por lo menos, tienen consecuencia en su vida. Y ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica; pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse como revolucionario, en una sociedad burguesa, es difícil", dijo Salvador Allende, en la Universidad de Guadalajara, quien también afirmó "algún día América tendrá una voz de continente, una voz de pueblo unido. Una voz que sea respetada y oída porque será la voz de pueblos dueños de su propio destino".

El Robinson y maestro de Bolívar se alzó por encima del hambre y también mucho más allá de su desaparición física. Mostró un entendimiento preclaro no solo por Bolívar sino también por el amor a la Patria, en el propio momento, inclusive, en que se abría las puertas de su tumba. Escribió hasta los 80 y muere joven de mente y espíritu.

También el contexto de la época lo deja en evidencia José María Vargas en 1806 al escribir dado que no era la universidad la que educaba sobre lo nuevo:

"Cuán desgraciado fui en haber nacido en mí país. Seguí gramáticas latina, filosofía experimental sin experimentos, matemáticas hasta donde pude internarme sin ayuda de peritos; cuatro años de medicina, con un maestro inepto del todo, sin ciencias accesorias, sin conocimientos de anatomía, física y botánica".

Rodríguez que descubrió a tiempo su intelecto, se nutrió de los enciclopedistas que llegaron a Caracas sobre todo en las embarcaciones de la compañía Guipuzcoana, o desde las vecinas islas del Caribe, como contrabando. En esas páginas aprendieron a ser libres tras la lucha por la independencia.

"Para contar con una mayoría de hombres sensatos en la sociedad, es menester cultivar la razón en los niños, haciéndoles aplicar el raciocinio a los asuntos sociales de su edad", precisó, luego indicó, "de los viejo, nada nuevo puede esperarse; de hombres, puede esperarse algo; de jóvenes, mucho; de niños, todo. Quien los guíe, piden los niños".

Los niños y niñas han de ser educados para que piensen en el bien común, en el bien de todos y todas, en la solidaridad, en el humanismo, en la paz y el amor.

Así, pues, erige esta lapidaria frase:

"Hay que enseñar a raciocinar; que los niños sean preguntones". El raciocinio honra la necesidad de enseñar ciencias con exactitud, al margen de los dogmas. Aprender sin calcar conceptos, pues deviene una actitud crítica.

Censuró al expansionismo del eurocentrismo. Las ideas en NuestraAmérica en el siglo XIX advierten que la parte del mal llamado "nuevo mundo" (poblado desde hacía 15 mil años) colonizado por España y Portugal, estuvieron en la más extraña aventura: tratar de deshacerse de la propia formación cultural, para adoptar la otra (transculturización) que trajeron los colonizadores. Por eso, llegó a exclamar con firmeza: "¡América tiene que ser original"!.

Muchos intelectuales y políticos de la época ya habían sido seducidos por el colonizaje mental que comenzaba a acelerar al eurocentrismo y aunque había surgido la doctrina Monroe en 1823, al escudriñar la historia se corrobora que tanto la Revolución Francesa como la Declaración Americana, están circunscrita solamente al grito de libertad, pues en esencia en su fragor era ya un fruto de una digestión de las clases dominantes.

Esto no ha variado en nada. Por el contrario el dominio del opresor se ha profundizado, incluso allende de los mares.

Traemos a colación, por ejemplo, la frase del general estadounidense, Curtis Le May:

"Hagamos regresar al Vietnam a la edad de piedra", en esta expresión demás está decir de qué lado está la barbarie, la criminalidad y la bestialidad.

Así en ese poderío omnímodo del salvajismo imperialista de unos pocos se hubieran puesto de acuerdo para adormecer a la especie humana y manipularla a su antojo, siempre conforme a sus intereses. Existe en la historia una maraña de perdición. Y al mismo tiempo están como Rodríguez, y otros tantos hombres y mujeres, tras el intento de devanar los conceptos de libertad e independencia que entrañan a lo humano, que han sido convertidos en términos metafísicos e irreales, para justificar más perdición, más control y más dominio sobre el género humano.

Rodríguez se sitúa en contraposición a las tendencias aburguesadas del resultado de las revoluciones que buscaron a ultranza repartirse el planeta Tierra, al proponer una suerte de contrarrevolución opuesto al desmedro de los pueblos de NuestraAmérica, y atina otra frase lapidaria:

"La América española es original; originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales los medio de fundar uno y otro. ¡O inventamos, o erramos!".

Sostiene la tesis de que hay que ir al razonamiento, a la restructuración del carácter. "Sólo la educación impone obligaciones a la voluntad".

También advirtió:

"¡una voluntad recia, orientada por certero burilar educativo, da por consecuencia un Simón Bolívar!".

Es apreciable que la Doctrina Bolivariana en su doble concepción que marca, traza el camino desde la cosmovisión del conocimiento, que va más allá de todos los campos de la vida, que trasciende como un valor consustancial a la especie humana, es el fragor, la semilla que debemos poner a germinar para cosechar hombres y mujeres probos y facultó, abnegados por la Patria Bolivariana; también la Doctrina Bolivariana, en esa doble concepción, es acción, pues se traduce en la práctica:

"Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y tendrán quien haga", dijo Rodríguez.

Hay que visualizar el poder del hombre y la mujer en el discurrir de la historia, que en última instancia es su propia historia, toda vez que como apunta el inmortal Rodríguez, "los hombres que figuran en las revoluciones son motores, no actores".

De la misma manera sobre el papel de los y hombres y las mujeres en la historia, Carlos Marx, precisó:

"El hombre hace la historia, pero sometido a circunstancia dadas"; entre tanto, Federico Engels, escribió: "La historia la hacen los hombres, no siempre de acuerdo totalmente con su voluntad, sino en función de un paralelogramo de circunstancias".

Rodríguez refuta que aún no hemos alcanzado la libertad, En ese sentido, indicó:

"Somos independientes, pero no libres, dueños del suelo, pero no de nosotros mismo. Otras fuerzas de las que empleamos para emanciparnos, debemos emplear para libertarnos: la de la razón".

A la luz de estas apreciaciones del Maestro de Bolívar, en el marco de la historia de la civilización y la cultura de Nuestraamérica encontramos como respuesta la Doctrina Bolivariana, cuyo contenido esencialmente es un canto a la paz, a la fraternidad, a la unión, la solidaridad y al humanismo, que en esta hora menguada que vive la humanidad aparece como un punto de cohesión, de unidad, para alcanzar una vida en la que todos y todas podamos vivir como lo que somos: seres humanos.

Así, podemos concluir aseverando que en los más hondos estratos de la conciencia humana está cobrando inusitada fuerza, está germinando la aurora de un proceso profundamente consciente, un parto maravilloso del pensamiento que vendrá a asegurarnos la oportunidad de luchar en mejores condiciones que nunca, con las únicas armas del intelecto, por una vida donde el niño, la niña, el joven, la mujer, el hombre y nuestros abuelos y abuelas sientan verdaderamente vivir a plenitud y en toda su dimensión humana.

Bolívar tiene mucho que hacer todavía en NuestraAmérica. Ahí estará siempre como fuente de inspiración para la batalla al lado de su invencible y epopeyico pueblo.


 

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