A quién va usted a creer, ¿A mí, o a sus propios ojos?
Groucho Marx
Definitivamente el periodista Iván Colmenares, como dice – un amigo– ha perdido la sindéresis, pero si nos ubicamos en el pasado nos damos cuento, que no es nada nuevo en este desorientado comentarista, porque es algo propio de la oposición, los ataques en medio de la falsedad y en este caso contra el actual gobernador Primitivo Cedeño. Lo que hace es repetir las mismas agresiones utilizadas contra la exgobernadora Antonia Muñoz, a quien fustigó, hasta en su vida íntima de pareja por un supuesto concubinato. Hago la salvedad, que al Primitivo no lo conozco, ni siquiera le visto la cara, más allá de la publicidad, que, como todo el mundo sabe forma parte de las obras de cualquier gobierno, por si acaso alguien se equivoca y cree que ando buscando contratos.
En su reciente artículo (EL CARNAVAL DE CEDEÑO) publicado en el (Diario Última hora) de Portuguesa, el inquieto tránsfuga político, ya que, se ha paseado por varias organizaciones y hasta el papel de independiente ha tratado de hacer o aparentar, como dice –un amigo– ¡dile pendejo por eso! Pues para seguir en la onda de las falsas noticias, se desparramó lanzando dardos envenenados de manera tan ingenua, que al final parece el pataleo de un niño travieso, cuando no le consienten todo lo que se le antoja en un paseo.
Hace poco quisieron crear un escándalo, con unos zapatos de un funcionario del gobierno por el supuesto costo de 1500 dólares, ahora el Ivancito, para variar sale con el cuento de los zapatos de la primera Combatiente del estado (la emperatriz como la llama) con un valor de 3000 dólares, te voy a creer para que no te pongas bravo y sigas con esos sueños infantiles, ya que, los inventos no te los creen ni repetidos. Se cobija en dos grandes obras, que nadie puede negar: el coliseo "Carl Herrera" y el Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, que a mi entender están vegetando por haberlas ejecutado con la única planificación: pensando en lo, que nunca ha faltado en este país en ningún gobierno: la corrupción y los corruptos descarados.
Por eso coloque ese pensamiento, como epígrafe de un famoso actor, humorista y escritor estadounidense: Groucho Marx, quien hasta el momento de su muerte se reía, hasta de él mismo. Porque se necesita ser ciego o taparse los ojos para no ver el cambio en el estado, sobre todo en materia de vialidad y de recuperación de muchos sitios totalmente abandonados, que incluso han servido para preguntarse ¿Qué hacía Rafael Calles en Portuguesa y Efrén Pérez en Acarigua, porque lo que dejaron fue un desastre, no sé de los otros municipios? Algo parecido a la continuación de lo dejado por Iván Colmenares.
Leer los artículos de Iván, el periodista es para tener siempre presente lo que significa el olvido del cual se agarra el exgobernador y en estos momentos acompañado del arma mediática por medio de las redes sociales, sirve para que se presente con la cara muy seria, porque esa es su costumbre. En los tiempos, cuando ejerció los comentarios en los corrillos eran de novela, había que taparse los oídos para no enterarse de sus carnavales y no precisamente en la época carnestolendas, porque nadie lo veía con su compañera de vida: Mercedes, mientras Primitivo Cedeño, es todo lo contrario, lo único que le falta es colocarse de corbata a la "emperatriz", por cierto, vocablo utilizado a la ligera, desconociendo el verdadero significado de la palabra, cuando la señala en el artículo del carnaval de Cedeño. Son tantas las comiquitas del señor Iván, que, califica de uno de los peores mandatarios al actual gobernador, porque a lo mejor, sigue siendo él, como –dicen los maracuchos– ¡alábate pato, que mañana te mato!