"No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo". Hugo Chávez.
Diez años han pasado desde que el Comandante Hugo Chávez, luego de una clamorosa victoria contra la burguesía venezolana y el imperialismo estadounidense, falleciera en la ciudad de Caracas. Durante varias intervenciones había aludido a lo que podría ocurrir en nuestra Patria si eso llegara a ocurrir, estratega visionario como era Chávez. En sus últimas alocuciones públicas lo había alertado e imaginamos que en sus reuniones con la dirigencia revolucionaria y sus más íntimos allegados del ámbito político y militar también los habría preparado de darse esa trágica contingencia.
Ahora, a diez años de su fallecimiento vale la pena realizar un análisis de lo ocurrido en Venezuela y si eso que genéricamente se llama "su legado" se ha mantenido o se ha distorsionado. Más allá de los actos, conmemoraciones, festejos, conciertos, videos y publicaciones oficiales en los medios de comunicación del gobierno y del PSUV es fundamental revisar críticamente lo acontecido en esta década para tener claridad en lo que nos depara el futuro.
Algunas de las cuestiones que acá planteamos ya se había expresado anteriormente: Ver: https://www.aporrea.org/actualidad/a317751.html.
Veamos: Con el Plan de la Patria dejó expuesto lo que debería hacerse en Venezuela. Lo dejó con puntos y comas, con objetivos generales, estratégicos y hasta el más mínimo detalle en cada una de las áreas de la sociedad venezolana, tanto en política interna como internacional. Chávez dejó un país blindado desde el punto de vista económico, social, cultural, político, axiológico, energético e internacional. Con indicadores altamente positivos en cada una de esas áreas, pero con la advertencia de que faltaba mucho para la construcción de la Sociedad Socialista como propósito máximo a lograr en las décadas venideras.
Chávez también nos dejó una Constitución de las más avanzadas del mundo, pletórica de derechos por concretar. Dejó un camino trazado; alejarnos del capitalismo explotador y construir la sociedad justa, equitativa y solidaria que nos merecemos. Dejó un partido construido a semejanza de nuestro pueblo, el libro rojo como construcción colectiva, y hasta el himno nacional interpretado por él mismo. Dejó un pueblo alegre y comprometido, que aún sumido en la tristeza por su fallecimiento, se ha mantenido resistiendo los embates de los adversarios históricos del mismo.
Si se sabía lo primero (la arremetida imperial que venía) y teniendo lo segundo (un Plan omniabarcante para enfrentarlo, más un pueblo consciente de sus intereses de clase), la gran pregunta entonces es ¿Por qué se llegó a lo que ahora presenciamos?:
1.- El comportamiento de gran parte de la dirigencia nacional, de muchos gobernadores y alcaldes, ministros y planas mayores ministeriales, de gerentes y presidentes de empresas públicas y de dirigentes del partido de gobierno el PSUV evidencia que ese legado no se ha seguido y que sus palabras, acciones y obras han quedado en el olvido, o se usan sólo para el discurso. Ello denota como los antivalores del capitalismo y del consumismo nos han abordado y dominado.
2.- La devolución de empresas nacionalizadas a la burguesía nacional que las había abandonado dejando a sus trabajadores en la intemperie.
3.- La entrega a sectores empresariales (no a los trabajadores) de locales pertenecientes a MERCAL, PDVAL, LA RED DE SUPERMERCADOS BICENTENARIO, donde ahora se expenden productos a precios dolarizados que afectan precisamente a los pobres o sectores populares.
4.- Lo anterior es pactar con la burguesía, a la que se le ha pretendido justificar con eufemismos como "burguesía revolucionaria, "burguesía amorosa y feminista", "emprendedores".
5.- Una política laboral o salarial que ha depauperado al pueblo trabajador llevándolo a situaciones de indigencia (sueldo mínimo y pensiones a 5 dólares mensuales, o sea, 0,16 dólares diarios) es algo que a estas alturas ES INDFENDIBLE. Sobre todo, si se apela al discurso de ser un gobierno socialista u obrerista.
6.- Asumir que la moneda imperial, el dólar, la del adversario mayor es la que determine las transacciones comerciales y financieras de todos los circuitos económicos en Venezuela, menos el salario, es algo realmente paradójico. Ello, a pesar de que Chávez ya había planteado el Petro como una real opción ante los problemas económicos que podíamos tener y luego Maduro lo asumió, pero con grandes vacilaciones, convirtiéndolo en otra formas de acelerar procesos inflacionario. (El petro se indexa, pero no para el salario, en función de lo que marca el dólar y no con una dinámica propia).
7.- La disminución preocupante de un partido (el PSUV) fortalecido y mayoritario y Un Gran Polo Patriótico fuerte, disminuidos a porcentajes de aceptación general muy débiles sugiere que desde el punto de vista del voto popular, en unas elecciones presidenciales donde la derecha vaya con una candidatura única hay graves riesgos de perder "la joya de la corona".
8.- La "desaplicación" de muchas de las medidas tomadas por Chávez, el alejarse de sus planteamientos fundamentales, el asumir una nueva política hacia el capitalismo más salvaje y rampante que habíamos vivido incluso en tiempos de la IV República y justificar este tipo de medidas como parte del plan de salvamiento de la Patria,
9.- La soberbia de la dirigencia del proceso hacia las críticas surgidas de gran parte del pueblo venezolano tiene que ver con admitir que el legado de Chávez ya es un fardo pesado que no se puede cargar, reiteramos, sólo en el discurso, en las canciones y en transmitir uno que otro video del Comandante, pero sin comprometerse a seguir sus lecciones, reflexiones y hasta órdenes dejadas claramente explicitadas. El pueblo sigue resistiendo, aferrado al legado de Chávez y a que se debe reasumir sus postulados. Es una lealtad a su pensamiento, su obra y su accionar, a su actitud valiente, desprendida y solidaria con el pueblo por el que dio la vida.
10.- El pragmatismo en política es aceptable hasta que no se traicionen los principios y los objetivos últimos a lograr.
Hacer realidad las consignas y que éstas no solo sean un grito al viento: ¡¡Chávez vive, la lucha sigue¡¡
¡¡Independencia y Patria Socialista, Viviremos y Venceremos!!