Hay complicidades que nos llevan al silencio. La mala gestión de Angela Merkel nos lleva a la interioridad de un enfrentamiento con los elementos sociopolíticos de la existencia humana, abrió el grifo bajo acuerdos con Pedro Sánchez y Emmanuel Macron para que miles de migrantes pasaran del norte africano a Europa sin documentación y bajo el signo del Islam, desde los últimos años del Siglo XIX, se estimuló y propicio un santuario germánico y cuya única dirección es debilitar al pueblo de Israel, surgieron muchas teorizaciones por algunos de los más fuertes espíritus de la cultura alemana. Hoy, nos enfrentamos a un gran peligro totalitario y, hombres hablando de paz que transitan el camino democratizador y con su militancia política, nos comprometen a crear un mercado bajo el símbolo del capitalismo para engañar a la gente.
Sencillamente, en el ámbito regional e internacional no existe un pluralismo moral, porque se impone el criterio del poder con su lenguaje. La democracia, es solo un argumento reiterado, con el fin de intervenir en los asuntos de esquematización y saboteo a otros países.
Ya entendemos que la moral es una forma de delimitación hacia grupos colectivos que buscan conservar sus rasgos peculiares de determinación de los pueblos.
Hay dos realidades en la industria petrolera, una la contemplada por Rómulo Betancourt y la segunda, ejecutada por Carlos Andrés Pérez y su buena relación con Jimmy Carter quien comprendió la situación venezolana y, considero los intereses de otros países del área. Sabemos que la historia latinoamericana ha sido sumamente inestable y, sólo México como Venezuela tenían capacidad de diálogo con la Internacional Socialista de Alemania.
Se debe ir a la construcción e instrumentación del pensamiento crítico, es algo más que una actitud y, es una condición imperante para representar un monopolio intelectual o de competencia para lograr la disposición de desarrollo de un país.
En la actualidad, el proceso democrático en estos últimos años ha tenido una incidencia hacia el comunismo que, rompe su vinculación con ese gran mercado del trabajo. En este instante, nos encontramos en un proceso de contradicción de los sistemas donde hay un principio de bien común, una especie de socialización frente a la igualdad contractual.
En Venezuela, cuna de la materia prima para Cuba y Europa lo que hay es puro patriotismo y nada en el corazón. Todo se convirtió en una funesta revolución y los recuerdos de nuestro comandante Hugo Chávez Frías en sus discursos difundidos por VTV, el canal telévisivo del Estado venido a menguas, todos sus ministros hasta el presidente Nicolás Maduro Moros se llenaron de riquezas, bienes de fortuna y posibilidades de llevarnos a una guerra al ser proveedor de materia prima a los iranies.
La calidad de vida, es un criterio sustentable que condiciona los niveles socioeconómicos del ciudadano en un ámbito que nos lleva a la paz social en un justo acuerdo con las normas del derecho. De modo, que se debe tener una clara visión de la verdadera crisis coyuntural que se observa en América Latina y el Caribe, en cuanto, a los niveles de sustentabilidad social por los bajos salarios dados por la contraloría y administración del país, en cada región.
El presidente Nicolás Maduro Moros no aprovecho los dividendos producidos en ganancia en la comercialización de producto y lo poco dado por hidrocarburos, se dedicó el ejecutivo nacional a comprar armas al Oriente y cambiar sistemas estructurales de origen cibernético e industrial, a sabiendas que se avecina un mercado petrolero no confiable y, el Caribe va a decantar hacia abajo, igual que países latinos por la corrupción acelerada de sus funcionarios y la doce vita, sin importarles el fortalecimiento de la hidrología y electricidad.
Es un nuevo escenario geopolítico y territorial. Podemos inferir que el bloqueo no traduce las ventajas del capital, y solo existe una concepción exclusivamente antropocéntrica que tiene rasgos culturales que constituyen un serio obstáculo a la sustentabilidad en grosso modo. Viene más desempleo, aumento en productos agrícolas en cuanto a la inflación.
Todo debe verse bajo un contexto de la globalización. Porque esta gran estructura sistematiza la totalización del mercado. Es simplemente, la posmodernidad. Nunca el capitalismo ha sido utópico, los comunistas lo utilizan a diario. El pueblo, es un colectivo histórico y crece al estar en conflicto con la ley. Entendiendo que es un reflejo hacia la liberación y, se debe resistir a los fundamentalismos de un gobierno centralizado.
Hay caídas brutales de la adquisición de bienes públicos y canasta alimentaria. Ya prácticamente, hemos perdido la identidad alimentaria, como pueblo originario y, hay una agresión directa del capitalismo nihilista hegemónico. Es terrorismo hacia la sociedad civil, hacia nuestro pueblo. En La Asamblea Nacional hay diputados no calificados que pretende ser alternativos a una realidad legitimada por fantasmas.
Hay muchos excluidos que son referentes a un criterio de vida, como orden deseado. Responden a un nivel calamitoso que necesita ser legitimado. El autocrátismo ha hecho mucho daño, esa manera perversa de ofender y humillar a otros gobiernos que protagonizan otras luchas. Se debe identificar la humanidad en el individuo. Un proyecto que luego se hace sentir como un criterio para la construcción, es una afirmación hacia la subjetividad y, desde esta perspectiva engañar a todo grupo humano.
América Latina, se ha regido en un país de magos. Quieren desmedir los acontecimientos actuales, es un mundo a la antigua, un pueblo turbado por carencia laboral y el no conseguir a precios justos, alimentos de la cesta básica. La modernidad nos inserta en la búsqueda de una sociedad que en sí misma cultive la ignorancia.
Necesitamos comprender la realidad, es un acto de experiencia y fundamentación de una verdad, que debe llevarnos a un conocimiento esperado que, permita comprender los algoritmos del nuevo discurso revolucionario.
Las grandes multinacionales, quieren ejercer presión para lograr a través de sus palancas lograr un poder económico y político. Los efectos hacia la sociedad han sido un desastre y, se debe ser realista en cuanto a la desigualdad social.