Diario de una Cuarentena: Capítulo 548

Abril de ofensiva internacional contra Venezuela

Sábado, 08/04/2023 01:43 PM

A 1.119 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 159 de esta contingencia, y siendo el sábado de gloria del 08 de abril de 2023, los acontecimientos me obligan a hacer un alto sobre el análisis del contexto y de cómo a través de la visibilización de las recientes tramas de corrupción por parte del Ministerio Público y, en especial el de la CVG ponen en peligro y se alinean en una conspiración para implosionar el Estado. No obstante, en estos momentos han surgido elementos en el frente externo al cual debo referirme también y que haré en las líneas sucesivas.

La estabilidad política lograda en el país a raíz de la activación de la agenda político electoral con los comicios parlamentarios del 6 de diciembre de 2020 y los regionales y municipales del 21 de noviembre de 2021 donde el chavismo además de obtener la mayoría de las curules en la Asamblea Nacional, obtuvo también la mayoría de las gobernaciones y alcaldías del país pareciera que comienza a afectarse. Y esto por la sencilla razón que las oposiciones del país, en un análisis objetivo de la coyuntura de cara a las presidenciales de 2024, no ven opciones reales de triunfo, ni siquiera ante un eventual escenario polarizado y suponiendo que a través de sus primarias convocadas para el 22 de octubre del presente año lograsen ponerse de acuerdo en torno a una sola opción que lograse disputarle al chavismo la Presidencia de la República (que a todas luces y todo indica que el candidato para dicha contienda sea el actual Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro) y, es en ese sentido, que ellos buscan generar las condiciones para que, de ser posible, lograr deponer a Maduro antes de la llegada de 2024. De eso nos hemos referido en entregas anteriores de esta columna y tema este en el que seguramente volveremos en entregas sucesivas.

Pero, en esta oportunidad, no sólo me referiré a la reciente decisión de la Corte Penal de Justicia con respecto a nuestra reclamación histórica que tenemos con la hoy República Cooperativa de Guyana por el territorio Esequibo, sino que en un ejercicio de análisis prospectivo, debo referirme a dos eventos internacionales que también podrían marcar un punto de inflexión en la actual coyuntura.

Pero, vayamos por partes y paso a paso. Primero debemos referirnos a la reciente decisión de la Corte Internacional de Justicia con respecto a la reclamación de Venezuela sobre el territorio Esequibo a la República Cooperativa de Guyana.

El pasado jueves 6 de abril de 2023, la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, Países Bajos, rechazó las excepciones preliminares interpuestas por la República Bolivariana de Venezuela con respecto al Laudo Arbitral del 3 de octubre de 1899, en el que esta instancia nos arrebató un poco más de 162 mil kilómetros cuadrados de lo que es el territorio Esequibo, que formó parte de la provincia de Guayana (compuesta en la actualidad por los territorios de los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro, con salida al Océano Atlántico) como parte del territorio que conformaba la Capitanía General de Venezuela creada en el año de 1777.

"Por 14 votos contra uno, la Corte rechaza la excepción preliminar interpuesta por la República Bolivariana de Venezuela", dijo la jueza y presidenta de la Corte, Joan E. Donoghue, al leer la sentencia desde el Palacio de La Paz, en La Haya.

De esta manera, la CIJ avanzará con el análisis de la demanda interpuesta por Guyana contra Venezuela para resolver la disputa sobre la validez o no del Laudo Arbitral de 1899 que le adjudicó al Reino Unido el territorio del Esequibo, una decisión que Venezuela protestó en su momento y desde entonces ha rechazado.

La CIJ rechazó de forma unánime los argumentos de Venezuela, que expuso varias razones en sus alegatos escritos y orales para "solicitar a la Corte que resuelva y declare que las pretensiones de Guyana son inadmisibles", mientras que Guyana había pedido "rechazar las excepciones preliminares" de Caracas y pasar al fondo del caso.

Asimismo, la Corte Internacional de Justicia observa que existen negociaciones exclusivas entre Venezuela y Guyana, y que la controversia puede ser resuelta sin la intervención de Reino Unido.

Meses atrás Caracas solicitó a la Corte no admitir un alegato presentado de manera unilateral por la República Cooperativa de Guyana sobre el territorio del Esequibo, el cual se adscribe al Laudo Arbitral de París (3 de octubre de 1899), con claros rasgos coloniales.

En su lugar, la postura venezolana reconoce como válido el Acuerdo de Ginebra firmado en 1966, único documento válido para la solución del diferendo.

Esas son algunas de las consideraciones que salieron una vez conocida la decisión de la Corte Internacional de Justicia.

Si bien es cierto la decisión de la Corte Internacional de Justicia como lo expresamos los abogados y abogadas no se pronuncia sobre el fondo de la controversia ni decide el ejercicio de la soberanía territorial sobre el Esequibo, no obstante la referida decisión a mi juicio debe ser observada y analizada con extremo cuidado. No verla desde el punto de vista fatalista de que ya con esto perdimos el juicio y, por ende, el Esequibo como ha sido la construcción mediática de incluso sectores de la oposición en el país; pero tampoco ser despachada olímpicamente con que el juicio reclama y otros elementos como restándole importancia al asunto.

Y me disculpo de antemano si mis opiniones más que la de un militante comprometido con la causa de la Revolución y la izquierda sea la de una analista por momentos frío y aparentemente distante. Lo que sucede es que me gusta formarme mis propios criterios y no basarme en la tesis que he compartido con mi hermano Gonzalo "Chalo" Azuaje del "me lo dijerismo". Siempre me gusta aportar elementos objetivos y serios en los análisis, sin renunciar totalmente a mi subjetividad.

Pero la decisión del pasado jueves por parte de la Corte Internacional de Justicia a mi juicio sienta un mal precedente, puesto que en el Laudo Arbitral de 1899 que despoja a Venezuela del Esequibo, en primer lugar Venezuela no participó de la referida instancia, lo cual ya invalida la correspondiente decisión.

El segundo elemento es que para el momento en que se toma la decisión de ese laudo arbitral, la República Cooperativa de Guyana no existía como Estado-Nación, por lo que la participación del Reino Unido de la Gran Bretaña es fundamental para la resolución pacífica, práctica y amistosa entre las partes en este diferendo territorial. La Corte Internacional de Justicia (instancia a la cual ni la República Bolivariana de Venezuela ni la República Cooperativa de Guyana reconocen jurisdicción) desestimó para la Resolución de esta Reclamación a un actor fundamental de la controversia como lo es Inglaterra, porque si hubiese admitido las excepciones interpuestas por Venezuela, inmediatamente el laudo arbitral de 1899 sería nulo de nulidad absoluta y hubiese implicado reconocer que el Esequibo es venezolano.

El tercer elemento es que al firmarse el Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero de 1966 entre los gobiernos de la entonces República de Venezuela, la del gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña y la entonces Guayana Inglesa, sentaba a estas tres partes a resolver de manera negociada y amistosa este diferendo, pero el Reino Unido con una clara estrategia, decidió al poco tiempo conceder la independencia a Guyana para revertir la tendencia de que Venezuela en esta reclamación era el "débil jurídico" frente a una "potencia imperialista" como Inglaterra. Parte de la campaña negativa contra nuestra reclamación del Esequibo estriba en que ahora el país "grande y violento" que hasta quiere agredir a Guyana somos nosotros, los venezolanos, que incluso querríamos arrebatar más del 70% del territorio de Guyana, cosa que no es cierta, porque ni Inglaterra ni la hoy República Cooperativa de Guyana han tenido título sobre este territorio.

Pero, y en esto autocríticamente debemos reconocer nuestro error, Guyana aun no teniendo el Derecho, o sea título, ha ejercido de hecho soberanía sobre este territorio, y este elemento en el Derecho anglosajón es un elemento fundamental y de ventaja para cualquier reclamación territorial. Y es el criterio que lamentablemente priva en los 17 magistrados de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Es decir, más que las consideraciones jurídicas que podríamos hacer en nuestro reclamo histórico sobre el territorio Esequibo, la decisión de la Corte Internacional de Justicia es muy delicada y a mi juicio negativa puesto que nos han llevado a un escenario que aun no reconociendo la jurisdicción de la CIJ, nos desfavorece porque no está privado lo jurídico sino lo geopolítico, y en este caso la fuerza de las transnacionales (que son las que están pagando los abogados de Guyana por cierto, lo hemos estado advirtiendo durante años) bajo una fachada jurídica. Por eso, al pronunciarse nuestra Vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, pude notar su válida indignación, la cual hizo nada más y nada menos que acompañada del General en Jefe Vladimir Padrino López, actual Ministro del Poder Popular para la Defensa y Vicepresidente Sectorial de Soberanía Política, Seguridad y Paz, quien portaba el uniforme de gala número 2 del Ejército Bolivariano, y de Yván Gil, Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores de nuestro país. Esto desde el punto de vista de la batalla semiótica tiene un profundo significado.

El desconocimiento por parte de la República Cooperativa de Guyana del Acuerdo de Ginebra de 1966, único documento reconocido por las partes y depositado ante Naciones Unidas para dirimir el diferendo sobre el Esequibo, es un tema tan delicado y la manera como esta dirimiendo este conflicto tan peligroso que hasta podría llevarnos a una guerra que no queremos y que no favorece a ninguna de las partes.

Además de ello, y como lo expresó Víctor De Abreu en un tuit, Guyana no solo pretende quitarnos el Esequibo, sino que quiere dejar al Delta Amacuro sin salida al mar (apenas con el triángulo entre la fachada atlántica de Trinidad y Tobago, y la que está solicitando Guyana, por el bloque petrolero Stabroek) .

Por eso es que realmente esta disputa por el Esequibo no es entre Venezuela y Guyana sino entre Venezuela y la Exxon Mobil y otras transnacionales petroleras. Por lo que el Esequibo, más que una reclamación histórica es un asunto de soberanía y seguridad económica para nuestro país.

Las otras dos agresiones que se cocinan en lo internacional para Venezuela están pautadas para el 20 de abril y pasó de seguidas a explicarlas.

La primera, tiene que ver con la Fiscalía de la Corte Penal Internacional de Justicia, la misma que ha pedido autorización a la Sala de Cuestiones Preliminares de esta Corte, para continuar las investigaciones de supuestos crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno que encabeza Nicolás Maduro. La Corte le otorgó al Fiscal Kahn la posibilidad no solo de continuar la investigación sino de continuar recibiendo denuncias hasta el 20 de abril de personas supuestamente afectadas por estos crímenes de lesa humanidad en el gobierno de Nicolás Maduro.

El Ejecutivo Nacional interpuso el pasado 28 de febrero observaciones a la oficina del Fiscal Kahn, donde sugería desechar la correspondiente investigación, puesto que de acuerdo al Estatuto de Roma que ha suscrito nuestro país, la instancia internacional sólo podría intervenir en caso de que el sistema de justicia venezolano no dé respuesta, es decir, no sancione a los supuestos implicados en la comisión de delitos de lesa humanidad. Con ello buscan mostrar a nivel internacional que Venezuela no sólo sería un Estado Fallido (un Estado en el que las instituciones no funcionan) sino un Estado Forajido, para así justificar desde la imposición de medidas coactivas, extorsivas, criminales hasta la legitimación de una intervención "humanitaria" sobre Venezuela.

A ello habría que agregarle lo que Eligio Rojas ha señalado: "País permisivo en el tráfico ilegal de estupefacientes" y en este caso la reedición del expediente Milosevic, en la persona del presidente Nicolás Maduro.

Por eso, es que durante estos días y hasta el 20 de abril y seguramente unos días después veremos a muchas ONG muy activas en el tema de las supuestas violaciones de DDHH que el régimen de Maduro habría cometido y configurando supuestos crímenes de lesa humanidad. Porque la estrategia apunta hacia lo que hemos señalado en el párrafo precedente.

Y como en el presente escrito nos hemos referido a asuntos de seguridad económica, el otro evento internacional de agresión contra Venezuela que se cocina para el 20 de abril tiene que ver con los bonos de PDVSA provenientes de Citgo. Importante es de destacar que pese a que EEUU termino de sacarle la silla al "interinato" de Guaidó, no obstante este delincuente aun sigue "echando vaina" como decimos coloquialmente en Venezuela, ya que tiene un equipo jurídico negociando en EEUU, específicamente ante el máximo tribunal en Nueva York que estos bonos de la compañía respaldados por una participación mayoritaria en la refinería Citgo Petroleum Corp no son válidos. Esto es porque acreedores de Citgo buscarían apoderarse de la misma, es decir que EEUU le quitaría a Guaidó el manejo de estos fondos de Citgo y vulgarmente nos robarían esta empresa totalmente.

Si bien el gobierno de EE. UU. Ha impedido que los tenedores de estos bonos tomen Citgo y han renovado esa medida varias veces cuando se acercaban los plazos vencidos, la extensión más reciente fue por solo tres meses, lo que podría indicar un cambio de política.

Es por ello, que ante estas circunstancias de que nos atacan por todos los frentes, hemos señalado que si el mes de marzo prometía en cuanto al desarrollo de toda una serie de acontecimientos, y no nos equivocamos en nuestra apreciación, pues podemos señalar sin temor a equivocarnos que abril será un mes de definiciones.

Como se nota que estamos en un año preelectoral y que el enemigo está trabajando muy duro para derrotarnos en todos los frentes.

Por eso, y como decía Chávez: "Ojo pelao mi pueblo…"

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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