Toda Venezuela es ascuas con aumento en dólares anclados al dólar del BCV y, los trabajadores marchando apuraditos con consignas precisas y sudando en revolución, linda revolución, mientras Cilia le preparaba un té de manzanilla para que él inflado de alegría y compañía hablara con más voluntad y soltara al instante el gran aumento de la mucha tranquilidad y del sosiego más del pobre que del rico, pero el acto quedó en blanco y negro en Miraflores y Maduro los embarcó y, apenas con un simple ardor en su cabeza aumento el bono de alimentación y el bono de guerra para bajo con más muertos y, no, no puedo subir, porque quebraremos el proceso y además, qué diría Fedecámaras con este aumento en mente que mejor por este año no puede ser.
¡Trabajadores de Venezuela! Frase hermosa que le dio furia de responsabilidad con agua de manzanilla incluida bien fría como le gusta a nuestro preocupado presidente cuando brazos arriba soñaba despierto, este es mi país, tu país, con un aumento fortuito a sus afortunados trabajadores con aumento no despótico, ni tampoco de tensión que con agua de manzanilla bajaba el flujo que no saldrá por caja por estos momentos y, posiblemente ya como candidato único del Psuv y de la revolución, le dé el año que viene como será el 2024 más ganas de seguir en el poder, preocupado quizás por tener una Venezuela que tiene y tendrá cada día mejores trabajadores, poniendo muchos de ellos a producir a Pdvsa para que un importante y pequeño grupo de corruptos le saque el máximo provecho y atrinchere la honestidad que vendrá en vapores de fantasía de nadie sabe para quién trabaja.
Y en particular dentro de tantas peculiaridades de nuestra historia, ha sido este primero de mayo abrazado a este 2023 un día desbordado de alegría de ser nosotros cada día más venezolanos y más revolucionarios sin inflación incluida que en sí refuerza los parámetros de un aumento que se quedó flotando en el aire, algo así como una muerte anunciada de no será hoy, pero tampoco mañana y, que el presidente Maduro lo mantiene como un clamor popular efervescente solicitando con apuro su agua de manzanilla bien fría para calmar como diluyente económico que el pensado aumento de este primero de mayo siguió de largo dentro de un país que prospera de mucha rabia sin atenuante, pero que no da para más y menos para salir de compras, aunque sigan las protestas hay razones suficientes que habrá muchos bonos en dólares dentro de la esperanza de un trabajador que hoy día muere de hambre y no de cansancio, hambre de todo que nos baña de más injusticias que, posible será haga más fructífero tener siempre el agua de manzanilla que aplaque los dolores de nuestro presidente de tanto preocuparse por el bienestar de los trabajadores -trabajadores, Maduro, los ama!- en nuestro país y, lo más preciso y bondadoso de su gobierno es que el trabajador seguirá trabajando por su futuro que acá está asegurado, no importa que sea por cinco dólares que en lo adelante no le faltarán y con agallas de pejeburro podrá decir que el socialismo venezolano no ha llegado a su fin.
Y siempre que se pueda hay que celebrar nuestro socialismo con más visión que es lo que más nos sobra y, menos prepotencia para decir con entusiasmo que vendrán tiempos mejores, pero hay que sentarse a esperar para no pedir cacao como antes, sino agua de manzanilla bien heladita.
Venezolanos y venezolanas abríguense de más bríos y aténganse a vivir mejor sin aumentos y, a los pensionados del IVSS por favor, por su seguridad social y económica y cualquier otra seguirán percibiendo 130 Bs mensual, ¿y para qué más? Si con más se sufre más y con menos en este país se vive mejor -¿no es verdad Diosdado?
Pudiéramos decir que el trabajador venezolano sufre, pero hay otros que gozan y, lo más aconsejable es tener su aguita de manzanilla a mano, nunca se sabe que más vendrá.