Como ya todo el mundo sabe, a Mario Silva le encomendaron la tarea de dirigir una guerra sucia contra la camarada María Alejandra Díaz. No hay programa La Hojilla en VTV que no descargue en su contra. Lo que sí desconozco es si esa tarea la ordenó Diosdado Cabello, quien actualmente está dirigiendo el asalto al PCV con la ayuda del ex militante del PCV Jesús Faría (h), o la ordenó el mismo Presidente de la República.
Lo que no tendría nada de extraño conociendo sus antecedentes. Recordemos cuando presenciamos por VTV a Nicolás Maduro tapando con su mano izquierda la tarjeta del PCV, al tiempo que promocionaba las tarjetas del PSUV, Acción Democrática, COPEI y Voluntad Popular.
Los ataques contra María Alejandra tienen como objetivo fundamental amedrentarla para intentar callarla y evitar que recorra el país para debatir con el pueblo la traición al legado de Chávez y la violación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
De este modo, los ataques a María Alejandra Díaz y los intentos de ilegalización del PCV, forman parte de un mismo plan para impedir que el glorioso Partido Comunista de Venezuela decida, por exigencia de sus bases y del pueblo chavista, postularla para las próximas elecciones presidenciales en 2024.
Pero para su despecho, María Alejandra les resultó cimarrona. Creyeron que porque María Alejandra hasta bailaba salsa cabilla en primera fila cuando la invitaban al programa de Diosdado por VTV, Con el Mazo Dando, ya la tenía comprada para que apoyara la traición.
Nunca pudieron domesticarla. Ahora en su desespero no hallan qué inventar para desacreditarla ante sus seguidores que se identifican no solo con su verbo, un lenguaje directo en defensa de las trabajadoras y trabajadores, sino también con su accionar revolucionario cuando se opuso a la Ley Antibloqueo cuando era Constituyente.
Una ley antiobrera, antipopular y antinacional. Una Ley que solo ha servido para ocultar el último saqueo en PDVSA llevado a cabo por el personal de confianza de Tareck El Aissami, este último a su vez de la extrema confianza del Presidente de la República. Además de ser una ley que deroga de facto la Ley Orgánica del Trabajo que nos legó el Comandante Chávez, y que el vocero de Fedecámaras, Jorge Roig, aspira a terminar de echarla a la basura.
A la patota de tarifados de twitter que dirige Mario Silva desde el canal del Estado para atacar a María Alejandra sin nombrarla, ya se había sumado el ex vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, cuando por su cuenta de twitter, también sin nombrarla, comparó a María Alejandra con la oligarca y conspiradora María Corina Machado, lo que me obligó a responderle por Aporrea:
https://www.aporrea.org/actualidad/a320105.html
https://twitter.com/jaarreaza/status/1633204078594465792
Y ayer se sumó a la pandilla de Mario Silva, el viceministro de Políticas Antibloqueo, William Castillo Bollé, para acusarla igualmente de conspiración, Casualmente, de manera cobarde, también sin nombrarla:
"María no es pueblo, es Ramírez (…) Yo respeto a los que disienten, a los que argumentan, incluso a los que se oponen. Pero disentimos a veces acerca de los que conspiran (…)".
https://twitter.com/planwac/status/1653428672903147520
https://twitter.com/planwac/status/1653456128594853910
Tal parece que la línea que bajaron para que los patoteros atacaran a la camarada, es la muy manida campaña mediática de acusación sin pruebas. De ahí el culillo de mencionar su nombre. Un trabajito tan sucio que ni siquiera Nicolás y Diosdado se atreven a hacerlo, y prefirieron mandar a sus lavaperros.
Pero el tiro les está saliendo por la culata, porque mientras más la atacan sin pruebas, sobretodo cuando los atacantes son políticos alejados del pueblo, más publicidad le hacen, y más recorre ella el país para denunciar y debatir la traición. Miserables.