Mis muchas mamás: María (†) y Rita (†). Irma (†) y Ligia. Berta (†) y Nancy. Margarita (†) e Imelda. Ña Carmen (†) y Zobeida (†)…

Lunes, 15/05/2023 08:34 PM

"Salud por mi abuela por hacer de madre
A mi madre por traerme aquí
Por las mamás de mis amigos que
También saliendo tarde me abrazan a mi

Salud por las tías que antes no quería
Y aprendí a quererlas a morir
Salud por aquellas que me dieron clases
Porque me aguantaron hasta el día mil

Por las que comieron menos
Para que yo comiera más
Por quien se paró temprano
Por no quererme levantar

Por las que dejaron que les digan locas
Por las que aguantaron males que me tocan
Por las que han sufrido tanto y si te ven llorando
Te van a abrazar

La gente como yo tiene muchas mamás…"

"Muchas mamás". Canción de Noreh y el apoyo de Servando & Florentino.

Soy afortunado. Privilegiado. He tenido muchas madres. Hace apenas un instante tomé consciencia de ello. Que la gente como yo tiene muchas mamás. Como nos regalan inspirados Noreh, Servando y Florentino. En su canción "muchas mamás".

DEDICADO: A toda madre.

¿MADRE SÓLO HAY UNA? PARA VENIR A LA VIDA ¡SÍ!

Nací ayudado por una partera. Emergí del vientre hermoso de mi primera y única madre consanguínea. Irma Nazaria (†). Con quien, en el plano espiritual – dicen quienes saben, como Chico Xavier (†) y Allan Kardec (†) – pacté o acordé volvernos a encontrar y a través de su cuerpo físico poder manifestarme, no sé si nuevamente, en tercera dimensión, en este planeta llamado Tierra. Mi primera madre, en esta reencarnación o, si se prefiere en esta resurrección prematura, fue un dechado de virtudes. A pesar de sus inevitables defectos. Como todo ser humano. De carácter fuerte. Era, a la vez, bondadosa, generosa y solidaria. Querida por sus amig@s y vecin@s. Líder vecinal y familiar. Debió sufrir mucho para tomar la decisión – junto con mi padre y, tal vez, por recomendaciones de mi abuela materna – que mi ser espiritual no quedara en el limbo. Como quienes son asesinados y excluidos, al abortarlos. Mis padres, prefirieron casarse, como Dios manda, traerme al mundo y decirle a tod@s que yo era "sietemesino". Aunque nací a los 9 meses reglamentarios. Lo descubrí a mis 60 años. Lo percibí a través de las "Constelaciones Familiares del Espíritu" y la confirmación – a pesar de la resistencia al principio – de mi abuela materna María, de quien me referiré de seguidas. Ese "secreto familiar" que se mantuvo por tanto tiempo y que he decidido hacer público – sin vergüenza ni temores – así como esa decisión de mis hermosos padres de permitirme venir a este mundo, para experimentar esta nueva vida humana, se los agradezco – todos los días – cuando en mi humilde y sincera oración, desde lo profundo de mi ser, entre tantas cosas digo:

"Gracias a mis padres, Irma y Hugo, dos seres de luz que me autorizaron a venir a la vida para vivir momentos de tristezas y, a la vez, de mucha felicidad. De angustia y, a la vez, de infinita esperanza. De miedos incontrolables y, a la vez, de muchos y profundos amores que he vivido. Gracias padres `por haberme permitido venir a la vida. Para saborearla. Degustarla. Disfrutarla. Aprender de ella. Eso es más que suficiente razón para estarles agradecido el resto de mis días. Gracias a mis ancestros, en especial, a mis abuelas…"

Mi madre, en medio de la pobreza familiar y de sus propias limitaciones, se vio obligada a ceder y compartir, sin proponérselo, mi crianza y la de algunos de mis hermanos con otras mujeres. Esas que, tal vez, sin estar planificado o ¿quién sabe? como parte de mi contrato para mi regreso a la vida terrenal, se fueron convirtiendo algunas, en mis madres putativas y otras, en mis madres sustitutas y, a la vez, en madres consanguíneas lejanas, como mis dos queridas y siempre recordadas abuelas: María Altagracia Sansón (Mamacita) y Rita Elena Moller (Mamaita) Ambas, se comportaron conmigo como si fueran mis madres. Sin dudas. De ellas me alimenté, no sólo de lo material si no, sobre todo, de lo conductual y espiritual. Como también fueron como mis madres: Ligia de Guerra, Berta de González y Nancy de Negrón, Margarita de Lugo, Imelda Rincón, Ña´Carmen y Zobeyda Jiménez. Entre otras. Cada una de una manera especial y diferenciada. Y en tiempos diferentes.

RITA ELENA MOLLER. CONOCIDA COMO "FORORO" O "PAN VIEJO"

Con mi abuela paterna Rita Elena, viví muchos años de mi niñez y juventud. Ella, según me contó mi padre, fue una de las cocineras predilectas de Eustoquio Gómez – primo del Benemérito Juan Vicente Gómez – quien vivió, al parecer, durante algún tiempo en el Palacio de Miraflores, en Caracas. Ciudad capital, donde nació mi padre. Lo qu si mr consta es el aroma a orégano y la exquisitez de las comidas de mi abuela Rita Elena (Mamaíta, como la llamábamos) nadie las ha podido superar. Ella me consentía mucho. A la vez, era muy exigente conmigo. No puedo extenderme mucho. Sólo puedo decir, para cerrar, que fue una de mis madres más queridas. Inolvidable. Aún tengo viva en mis memorias sus gestos de ternura. Sus amenazas de perseguirme con un pedazo de rama si no me iba a dormir. "Este carajito lo único que le gusta es jugar". Me reclamaba delante de mis amigos. También recuerdo: Sus caricias y atenciones cuando me enfermaba. Sus consejos para que fuera un buen estudiante para llegar a "ser alguien en la vida". En resumen: Sus muy diversas maneras de decirme: ¡Te amo! Sobre todo, no se ha borrado de mi mente, sus copiosas lágrimas cuando murió su hermano (Papá Alberto) y aquella vez que la visité en Barquisimeto y en medio de un fuerte dolor emocional y de hambre, me dijo sollozando: "Huguito, mi amor, sácame de aquí". Por eso sostengo, con dolor y tristeza, que mi abuela Rita, murió como mueren tantos seres en este injusto mundo. Murió de pobreza. Hoy, como una de mis más queridas madres, la honro y le regalo mis mejores sentimientos. Mis lágrimas y la alegría de saberme uno, en este instante, con ella.

Por cierto: Algunas de mis vivencias en casa de mi abuela las he escrito con anterioridad. Por ejemplo, cuando comencé a escribir sobre mis grandes amig@s.

MARÍA ALTAGRACIA SANSÓN HEIZEL: MAMACITA

Mamacita, María Sansón Heizel, de quien he escrito en otras oportunidades, fue para mí alguien muy especial. No sólo la madre de mi madre. Si no que fue mi madrina. Quien me llevó a bautizarme en la fe cristiana, católica, apostólica y romana. Fue el modelo conductual y espiritual que mi espíritu superior, probablemente, por lealtad familiar, por similitud vibracional y de caracteres o ¿Quién sabe? por quererla imitar y parecerme a quien siempre admiré, he tenido varias parejas y exactamente 8 hij@s. Al igual que ella. Con algunas diferencias, claro está. María Sansón. Mamacita. Era de un carácter muy fuerte. Dominante. Admiradora de Pérez Jiménez y de Chávez Frías. Me regaló varias enseñanzas que por terco o testarudo, algunas no supe aprender: "Nunca llores delante de una mujer". "Si terminas una relación de pareja no regreses a ella. Mira que "chivo que se devuelve se desnuca". "L@s hij@s son de la madre. Nunca te pongas a pelear y menos a angustiarte por tus hij@s. Ell@s le pertenecen a sus madres". "Tú eres un hombre fuerte y muy inteligente. Naciste enmantillado". "Ponte algo de amarillo y sal con una maleta tan pronto suenen las doce campanadas el 31de diciembre para que puedas salir de viaje por el mundo"…Mamacita, no sabía leer ni escribir y, sin embargo, fue madre de 8 hijas (mis tías: Nelly, Luisa, Blanca, Ligia, Nelida, Nancy y Sara) y logró criarlas a fuerza de inteligencia y mucho tesón. Hace algunos años, cuando aún estaba viva, quise escribir un libro sobre su extraordinaria vida. No se pudo. Si la vida me da la oportunidad. Tal vez, lo haga. No siento el mismo ánimo de entonces. Quería dejar para la posteridad, por escrito, el legado de una gran mujer. Atrevida. Valiente. Digna. Trabajadora. Con una inteligencia natural incomparable. En ella me inspiro para ser quien soy. Una vez me dijo: "Huguito, si yo hubiera estudiado y tuviera tu inteligencia fuera Presidente de este país. Estos mongólicos no saben gobernar". Se fue sin podernos despedir. Días antes, el día de su cumpleaños (26/12), como anunciándome su partida me dijo:"¿Huguito cuándo vienes a Caracas? Quiero verte y hablar contigo. No me abandones." Una semana después murió en brazos de mi hermana Raiza. El 02 de enero. En casa de mí siempre recordada tía Nancy (Maritza). Desearía poder llegar a más de 100 años, con buena salud y con la claridad mental y lucidez de mi abuela. Para cumplir su meta. Estuvo a pique. Murió a los 99 años y una semana. Como ella ninguna mujer que haya conocido. Tod@s en la familia recuerdan sus anécdotas y su buen humor. Es uno de esos seres anónimos y excepcionales que deberían pasar a la Historia de Venezuela como ejemplo de vida. Algún día será. Ella, nuestra familia y el país se lo merecen.

UNA DE MIS TÍAS MÁS QUERIDAS: LIGIA DE GUERRA

Una de sus 8 hijas, mi tía Ligia, también ha sido una de mis "muchas mamás". Me alegra que aún a sus ochenta y pico largos años, esté viva y con buena salud. Como me recordó en estos días, cuando hablamos "largo y tendido" al llamarme para mi cumpleaños – como siempre lo hace – ella fue desde muy niña, como una madre para mí: "Mijo, tú has sido para mí como si fueras mi primer hijo. Antes que Ángel y Jacky. Ahora tengo muchos niet@s. Que también han sido como mis hij@s. Nunca olvidaré cuando me salía del colegio para irte a cargar, consentirte, darte el tetero y estar pendiente de ti ¡Muchacho! yo me desvelaba por irte a ver. Lo único que me faltó fue darte la teta." Así es. Aunque no recuerdo esos primeros años de mi infancia, creo en lo que ella dice. Lo que sí recuerdo es que, desde muy pequeño, solía acompañarla en la Urb. Simón Rodríguez, en Caracas, a hacer los mandados de mi abuela, a limpiar el piso y otros menesteres. No estoy seguro, pero entiendo que le serví de mensajero para llevarle recados a quien hoy es su querido esposo, Ángel Arístides Guerra. "Mira llévale este mensaje a Arístides, pero que no lo sepa mamacita" Me decía pasitico en el oído. De mi tía Ligia siempre evocaré, cuando me quedé en Maracaibo solo, porque toda mi familia se fue a vivir a Caracas por una buena oportunidad de trabajo que le salió a mi padre. Ella siempre estuvo pendiente de mí. La única de mis tías que solía consentirme a la distancia. Me enviaba cartas escritas con su propio puño y letra plenas de afecto, regalos, ropa, dinero y hablábamos, de vez en cuando, por teléfono. Ella ha sido para mí uno de esos ángeles guardianes que me acompañó y aún me sigue acompañando, como ejemplo de un ser de luz, bondadoso, generoso, solidario, amoroso, lleno de una energía maternal indiscutible. La Sra. Ligia, como me dijo una amiga a quien le pedí me hiciera un estudio de su alma y de su espíritu. Es un ser superior cuya humildad, dedicación al trabajo hogareño y su simpatía, no nos permite distinguir su radiante aura. Ella sólo es posible percibir a través de su oportuna y reluciente sonrisa. Mi amiga (Maribel Romero) quien hace cientos de estudios de "Regreso al inicio" (así lo llamaba antes) me dijo: "Con esa señora me quito el sombrero. Es un alma muy elevada".

De modo que tener madres o mamás como mi tía Ligia es un privilegio. Gracias tía.

ME GRADUÉ DE BACHILLER Y DE REGALO ME DEJARON SOLO

Luego de graduarme de bachiller, en el Liceo Francisco de Miranda, a mis 18 años (ya tenía dos años como profesor de "las tres marías": física, química y matemáticas), de pronto quedé sólo en Maracaibo. Mis padres y todos mis herman@s se fueron a vivir a Caracas. Mi abuela Rita y mi tía Bertila, coincidencialmente, decidieron irse también a Caracas. Luego de la muerte de mi tío abuelo, Papá Alberto. La situación se les hizo insostenible. Se fueron a la Pastora a casa de mi primo David Julio Nava. De quien no he sabido nada más. Ni de él ni de sus hij@s. Yo, me resistí a irme a vivir a la Capital. Sólo me gustaba ir de vacaciones. La verdad es que no recuerdo, exactamente, las razones por las cuales me negué a ir a Caracas. Posiblemente, lo pienso ahora, era porque estaba muy enamorado de una vecinita (Isabel Teresa Josefina Ortega) que vivía diagonal a donde vivía con mi abuela, cerca de la Calle "El Carmen", frente a la Jabonería Royal. Ella terminó siendo mi primera y única esposa. Como mi abuela María. Al divorciarme. Tuve, como ella, otras parejas. Otr@s hij@s. Al igual que ella. Juré no casarme más. Así lo he hecho. Igualito.

EL AÑO 1969 FUE DEFINITORIO PARA MI VIDA Y LA DEL PAÍS

El año 1969 fue un año muy convulsionado en Venezuela. Yo ni me percaté de eso. Confieso que, para la época, no tenía consciencia exacta de la realidad económica, política y social del país. No militaba en ningún partido político. Ni me interesaba la POLÍTICA y menos la política. No tenía influencias ideológicas. Ni capitalistas y menos socialistas o comunistas. Salvo las de la religión cristiana. Era católico practicante. Todos los domingos iba a la iglesia "San Judas Tadeo". Creía en los curas y en las enseñanzas de la Biblia. Me confesaba y comulgaba con regularidad. Iba a la iglesia, entre semana, para rezar con devoción. Quería ser monaguillo. Y si alguien me hubiera dado un empujoncito es capaz que hubiera terminado siendo cura. Venía de estudiar primaria y secundaria, con algunas otras experiencias de estudio fracasadas en Maracaibo y Caracas, en el Colegio "Francisco de Miranda". Mismo que luego se amplió a Liceo. Dirigido por una persona de muy grata recordación: El bachiller, Atilano González. De quien aprendimos muchas cosas que nunca olvidaremos. Como izar la bandera y cantar con orgullo patrio el Himno Nacional. Y tantas otras cosas. En mi caso. Recibí su confianza al becarme desde el 3er año y darme la oportunidad con apenas 16 años, de dar clases a estudiantes internos y semi-internos del Liceo. Era la manera de pagar mis estudios porque mis padres no tenían como hacerlo y me resistía a estudiar en un Liceo público. En ese entonces el Liceo "Rafael María Baralt" y el "Udón Pérez" eran los dos más reconocidos. En esa época, sólo sabía que tenía que estudiar mucho. No hubo drogas ni discotecas. Ni ninguna otra desviación juvenil. Aunque otros estudiantes nos tentaban. Al licor o las carreras en motos. Me gustaba mucho era el deporte. Sobre todo el beisbol y el voleibol. Sabía que tenía que fajarme si quería ser el mejor estudiante. Y estaba concentrado en estudiar, estudiar y estudiar. No había tiempo ni para las novias. Todos me decían que era un "guevito" en las tres marías: Física, Química y Matemática. No pelaba un 19 o un 20. Era visto en el Liceo como un "Einstein". O, al menos, así me sentía. Y hasta me lo creía. El profesor de Física, Eugenio Ferrer, me ponía a dictarle clases a mis propios compañeros de estudio cuando él no podía asistir. Luego fuimos colegas profesores. Él dirigió la Asociación de Profesores Jubilados de LUZ. Es posible que ya no esté entre nosotros. Le perdí la pista. El profesor de Química, Jairo Espinoza (†), hubo momentos en el que no me permitía presentar exámenes para que el resto no se copiara. Y, sin embargo, me estampaba un 20. Sin anestesia. El profesor de Matemáticas de 5to año, Roberto Luengo, militante para entonces del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) sin que nosotr@s lo supiéramos. Llevaba a otros profesores para que revisaran la pulcritud de mis exámenes. Se sentía muy orgulloso de mí. Y creo que aún se siente. Me ayudó mucho en mi ingreso a LUZ. Ahora tenemos diferencias ideológicas y políticas. Sin embargo, nos respetamos. Compartimos un grupo WhatsApp (La Casona de San Rafael) Tengo tiempo, por cierto, que no sé de él. Lo respeto y quiero mucho. A veces, he sido muy crítico con él y él también conmigo. En fin, tuvimos muy buenos profesores. Nunca olvidaré a Luis Delgado (†) profesor de Castellano y Literatura. Octavio Ávila (†) de Matemáticas de 2do y 3er año. A Carmelo Chapero, en Física. Luego en LUZ coordinó el despacho del Rector Ángel Lombardi. Y así sucesivamente muchos profesores de buena calificación profesonal y calidad humana.

Al graduarme de Bachiller, en 1969, a los 18 años, ingresé como profesor de Mineralogía en 5to año de Ciencias y Matemáticas de 2do año. Así me mantuve dando varias cátedras en el área de Ciencias hasta mi graduación como ingeniero. Con esos pequeños ingresos y el de Preparador, en LUZ y la beca otorgada por la universidad pude tener para los pasajes y algunos alimentos. Casi no mudaba de ropa. Y no podía competir con la "pinta" de mis amigos. Me llevaban un rabo alzado. Ahora me rio de eso. Antes lloraba. De tristeza. Nunca llegué a tener ni una bicicleta. Mucho menos una moto. Y ni se diga, como ahora, un celular. En esa época no lo hubiera tenido. Menos unos zapatos o "gomas" de marca. Ni franelas o pantalones de última moda. Fueron momentos muy duros y difíciles para mí. Si mis hij@s lo hubieran sabido quizás no hubieran sido tan exigentes como lo fueron. Y, sin embargo, algun@s se han quejado. Son las paradojas de la vida. A veces, hay que ganarse las cosas con el "sudor de la frente" para valorar lo que llega a nosotr@s. Por eso "regalado" y "bonos" de apoyo deben terminarse en Venezuela. Salvo excepciones de vulnerabilidad como las que yo viví. Valga la "cuña".

Algunos otros detalles, acabo de percatarme, los publiqué cuando cumplí 45 años de graduado como ingeniero químico. Puede leerlo si desea ampliar detalles.

En 1969, tomó posesión Rafael Caldera de la Presidencia de la República. Se creó la DISIP. Invalidaron la elección del General Marcos Pérez Jiménez, como senador. Douglas Bravo, quien fue y sigue siendo mi cómpitu, muchos tiempo después, ese año andaba alzado. Había numerosas protestas en el país que impidieron la visita de Rockefeller a Venezuela. Estaba desatada una ola de disturbios en la Universidad Central de Venezuela (UCV). En mayo del 69 estalló la llamada RENOVACIÓN UNIVERSITARIA. Justo cuando yo iba entrando a LUZ. Entonces el gobierno puso en práctica la operación canguro y se allanó la UCV. Fue el año en el que fallece el monumental de la Gaita, Ricardo Aguirre. Once millones de habitantes era la población de Venezuela.

EN MEDIO DE ESA REALIDAD QUEDÉ ÍNGRIMO EN MARACAIBO

Supongo que había una situación económica y social que hacía inaguantable seguir viviendo en Maracaibo y por eso mi familia toda, decidió irse a vivir a Caracas. Quedé íngrimo. Solo. Solitario. Bueno, no tan íngrimo. Tenía a mi único amor: Isabel Teresa (Chabela). A mis amigos de siempre a quienes tanto he amado (Elio, Ender, Bladimiro, Wilmer, Carlos, Eli…) y otras personas que comenzaban a ser mis potenciales madres (Margarita, Berta y Nancy) de las cuales hablaré muy sucintamente ahora.

ANTES DE QUE SE ME OLVIDE…

Hay detalles de mi pasado que se me han ido borrando de mi memoria con el tiempo. Y muchas personas que pudieran aclarar, corregir o complementar, mucha de la información que hoy comparto públicamente, se han alejado de mí o han partido a otros insondables mundos. Aunque dicen, que desde allá, también pueden comunicarse. No me consta. A la vez, tengo fe y confianza en que así puede suceder. Ojalá, pueda constatarlo. Por lo pronto, permítanme compartir lo que viene a mi mente como ráfagas de verdad vivida. De ser necesario porque nueva información llegue a mí. Lo iré corrigiendo y ampliando.

MARGARITA FUENMAYOR DE LUGO MI INCONDICIONAL REFUGIO

En mi infancia y primera juventud, logré forjar grandes amigos. Algunos se han convertido en mis hermanos. Uno de ellos, siempre lo he considerado mi primer y gran amigo: Elio Ricardo Lugo Fuenmayor. En general, los Lugo Fuenmayor, fueron desde aquella época mis amigos. Pudiera decir que me fui haciendo parte de su familia. Aunque, por mis andares de un lado a otro y por otras razones, nos hemos distanciado. Salvo Elio Lugo que, en los últimos años, me ha acompañado en responsabilidades directivas en CORPOANDES y PDVSA. En fin.

Margarita, la matrona de esa familia. Tuvo en mi uno más de sus hijos. Seguramente, viendo mi soledad y mi delgadez, con regularidad me invitaba a comer junto a sus hijos. A veces, incluso, me recostaba en una de las tantas hamacas que multicolores guindaban de improvisadas alcayatas en forma de interrogante. Allí pasaba tiempo conversando y jugando con sus hijos. Que se fueron haciendo, repito, mis hermanos: Elvin, Edgard, Eudo, Elio, Eli y Elizabeth. Elio, quizás por contemporáneo y con quien más jugaba. Repito: Terminó siendo mi primer y gran amigo. Cuando se fueron casando y cada quien agarró por su lado. Y Margarita fue quedando sola. Fui reforzando y fortaleciendo mi relación con ella. A ella contaba muchas de mis angustias, inquietudes y problemas. Y lo mismo me tocaba a mí: escucharla. Ayudarla en lo que podía. Sus problemas de hipertensión. Que le hicieron tener un corazón grandotote como el que ella mostraba conmigo. Sólo voy a compartir dos anécdotas íntimas. Porque como dice Elio, yo todo lo cuento. No me quedo con ningún secreto. Aunque no es totalmente así. Hay secretos que se irán conmigo.

Un día la Sra. Margarita me invitó a almorzar, estábamos sólo los dos. Como solía ser en los últimos años después que murió el Sr, Lugo y sus hijos comenzaron a hacer su vida. De pronto brotaron de mis ojos lágrimas a borbollones. "Huguito ¿Qué te pasa?" Me preguntó intrigante. "Nada" le respondí. Insistió: "Sabes que te quiero como si fueras uno de mis hijos, dime ¿Qué te pasa?" Y, casi sin poder hablar, le dije sollozando: "Sra. Margarita, cometí un gran error y me siento muy mal. Parece que Chabela está embarazada. No era mi intención. No quería que pasara eso. Me voy a casar con ella. Pero no quería que pasara así. Estoy trayendo a mis padres y hermanos para que vengan a vivir conmigo". Por primera vez, Margarita, agarró mis manos y las apretó con las suyas curtidas de trabajo hogareño y me dijo: "Hugo, deja esas lágrimas. No has cometido ningún error. Eso es normal entre seres que se aman. Como tú que amas a Chabela. Los he visto crecer desde niños a ambos. Han sido novios durante años. Ustedes hacen una buena pareja. Cásate con Chabela Y explícale a tu familia que quieres hacer la tuya. Aquí me ves a mi viendo como mis hijos construyen la suya. No llores. Te ves muy feo así" Me hizo sonreír. Tranquilizo mi espíritu. Y recibí, de este modo, su visto bueno. Que para entonces, era más importante que el de mis padres. Quienes llegaron justo cuando esto ocurría en mi vida. Es una historia que otro día contaré. Recuerden que yo escribo, desde hace años, fundamentalmente, para mis hij@s y niet@s y para quienes vengan. Lo cierto es que la Sra. Margarita, fue la única persona que me acompañó el día que me casé, por el civil, con Chabela. Ni siquiera Elio. Y tampoco mis padres que ya habían llegado desde Caracas. Son de esas "locuras" creativas que me he inventado. Por cierto: A la semana le vino la "mensualidad" a Chabela. Ni modo. Todo consumado. Vino, con mucho amor, mi hija mayor: Ingrid Margarita. Y no me arrepiento. Aunque me hubiera gustado de otro modo: Lo mejor es lo que pasa. Aunque no siempre lo que pasa lo mejor. En este caso: pasó lo que tenía que pasar. Ni mejor ni peor. Fue.

Otro día, no recuerdo si antes o después de lo que les he contado, cuando me pagaron mi primer sueldo. Fui al banco. Saque mis primeros 4.000 y tantos bolívares (unos 1.000 dólares) y me fui directo donde la Sra. Margarita, quien ya no contaba con el apoyo de su esposo y sus hijos comenzaron a hacer propia su vida. Ese día la sorprendí con una noticia inesperada: "Sra. Margarita aquí le traigo un regalo" Y ella perturbada, sabiendo mi pelazón, me pregunta: "Muchacho ¿De dónde sacaste tantos cobres?" Le expliqué: "Este es mi primer sueldo y quiero ofrendárselo a usted en vida. Usted se lo merece. Usted ha sido como una madre para mí" y a regañadientes los aceptó. Me costó mucho que los aceptara. Aún conservo en mi piel la alegría de aquel abrazo cálido y fraterno que nos dimos y aquellas lagrimas que salían de entre sus ojos, cuando los aceptó. La Sra. Margarita, se ganó para siempre mi respeto, cariño y admiración. Donde quiera que se encuentre sabe que la sigo amando. Tanto o más, que sus propios hijos.

BERTA ORDOÑEZ DE GONZÁLEZ AMIGA SOLIDARIA DE MI MADRE

Berta y su esposo, Francisco González, a quien conocíamos como Panchón, fueron dos amigos especiales de mis padres. Mucho les ayudaron. No recuerdo como se conocieron. Lo único que logro rememorar es que mi abuela María Sansón y Berta fueron muy buenas amigas. Y esa amistad se fue cultivando y transfiriendo a mi madre, la cual, a su vez, se hizo extensiva a sus bellas hijas: Nelly, Nancy y Norma.

Creo que fue en la calle Obispo Laso o cerca del Museo Rafael Urdaneta, donde se conocieron. Lo cierto es que entre mis padres y la familia González Ordoñez, hubo una relación de amistad muy bonita hasta el último día de sus vidas. Tengo en mi memoria varios momentos en los que recibimos el apoyo de Berta y Panchón. No voy a entrar en muchos detalles. Lo cierto es que en dos o tres casas donde vivieron, tuve la suerte de compartir unos breves lapsos de tiempo con ellos. La última vez, fue cerca de la Avenida Las Delicias, con Calle 80 y pico, lugar donde realicé, con la presencia de mi madre y también de Margarita y de Elio y algunos de mis hermanos, el festejo del acto de graduación. Como Ingeniero Químico, en febrero de 1975. Berta siempre fue muy cariñosa y fraterna conmigo. Conversábamos mucho. Nos escuchábamos y, con regularidad, recibía sus recomendaciones y orientaciones. Como aquella vez, que me llevé a vivir conmigo a un limpiabotas, Antonino, que después no encontraba qué hacer con él. Varias veces, con mucha pena, me lo llevé a almorzar en casa de Berta. Hasta que Berta me llamó la atención. No por lo alimentos sino por la responsabilidad que estaba asumiendo con un niño que no conocía bien. Ella siempre me dio la posibilidad de hospedaje, alimentación y, sobre todo, de escucharme con mucha atención. Su mirada, la última vez que la vi con vida, me decía: ¡Te amo, Huguito! Y yo le respondía con la mía: ¡Yo también te amo Bertita! Gracias. Muchísimas Gracias por querer tanto a mis padres. Por ayudarles. Por tu generosidad y solidaridad conmigo. Llegué a graduarme gracias, entre otras personas, a ti. Mi eterna gratitud Berta. Gracias por apoyarme en momentos difíciles.

NANCY ORDOÑEZ DE NEGRÓN MI TABLA DE SALVACIÓN

Nancy, hija de Berta y Panchón, me dio la oportunidad - con el aval de su esposo- Gonzalo Negrón, de vivir, convivir, cohabitar, disfrutar y sentirme uno más de la familia que construyeron. No recuerdo muy bien ahora. Creo que cuando me fui a vivir con ellos Nancy estaba embarazada de Lorena. Su primera hija. Lo cierto es que ellos vivían en un bello y amplio apartamento de dos pisos, cerca de la Facultad de Ingeniería de LUZ. Allí me "alquilaron" una habitación muy confortable y espaciosa. Con aire acondicionado integral. Una cama con colchón nuevecito. Closet impecables. Toallas y cubre camas perfumados. Tenía un inmenso balcón. De verdad. Me sentía como un rey. A veces, me apenaba mucho, no podía pagar la mensualidad porque mis padres no me podían enviar el pago o yo no podía generar los recursos. Ellos, siempre solidarios, me decían "Tranquilo Huguito, no te preocupes". Yo venía de vivir en la casa donde habitó mi abuela Rita. Mamaíta. Allí viví, muchos años, arrimado. Casi como un mendigo. Luego que murió Papá Alberto y dejó su cama disponible. Era una cama que parecía un catre. Con un colchón vencido cuyos alambres parecían puntas de clavos propios de un faquir. Le pegaba directamente el Sol, toda la tarde. En la noche no se aguantaba el vaporón. Cuando Papá Alberto estaba vivo, me tocó dormir en una hamaca deshilachada, en una calurosa cocina. no se podía abrir la puerta porque se podían meter los ladrones. Por si fuera poco, tenía que compartir el espacio con grillos y cucarachas toda la noche. De paso: Sin abanico. Y cuando lograba conseguir uno me lo apagaban en la madrugada "para no gastar electricidad, porque no tenemos como pagarla". Me reclamaba mi tía Bertila Por supuesto, había y hay quienes duermen mucho peor que lo que yo describo. Lo que deseo es hacer una breve comparación con las bondades que me brindaron Nancy y Gonzalo. Quienes se comportaron, durante varios años (dos o tres, no recuerdo bien) como mis padres. Nancy fue muy especial conmigo. Lavaba mi ropa. Estaba pendiente de mis necesidades. Conversábamos mucho acerca de mis estudios y mis amores. Me "alcahueteo" mis amores con Margarita y se hizo mi cómplice para que yo pudiera verla. Permitió que Margarita nos visitara. Y me acompañó en mis dolores emocionales cuando Margarita trató de suicidarse. Sobre todo, cuando supo las razones que la llevaron a intentar hacerlo. Fueron momentos muy duros, emocional y afectivamente, para mí. Nancy me acompañó y se comportó como una verdadera madre-amiga. Cecilia, quien era la cocinera preparaba unas comidas deliciosas propias de un buen Chef. Una negra hermosa. Redondita. Con una sonrisa explayada y vibrante. Quien era parte de la familia. Uno de sus hijos. Economista. Trabajó en el BCV. Nancy la quiere mucho. Tengo tiempo sin saber de ella. Eran tiempos en los que militaba en la OR y apoyaba a la LS/MEUP y otras organizaciones clandestinas. Nunca hablé de política con ellos. A pesar de que Gonzalo que era un profesor universitario muy destacado, parecía de izquierda. Creo que militaba o simpatizaba con el maestro, Luis Beltrán Prieto Figueroa. Por tanto, con el MEP. En fin. Nunca traté esos temas con ellos. A pesar de que una de sus asiduas visitantes, resultó ser compañera de un importante líder de la OR/LS: Foncho. Nancy fue y sigue siendo para mí una de las personas que más me ayudó a poder culminar mis estudios en Ingeniería. Me dieron cobijo y me alimentaron de amor fraterno. Cuando supe, hace pocos años, la noticia del fallecimiento de Gonzalo en New York, estando ellos de visita en casa de una de sus hijas. Sentí mucha necesidad de estar a su lado para abrazarla. Pedí su número telefónico e intenté varias veces comunicarme con ella y no pude. Me dijeron que no atendía el celular porque estaba destrozada. Otra persona me dijo que estaba molesta conmigo por mis posiciones políticas. La verdad es que no sé la razón. Tampoco yo he insistido mucho. Por razones que no vienen al caso. Yo preferí dejar pasar el tiempo. A pesar de que cada vez que iba a Maracaibo la visitaba cuando podía. Quiero simplificar diciendo que Nancy, fue un punto de apoyo excepcional. Si fallé o he fallado con ella. Aprovecho para disculparme públicamente. Tú te mereces mi gratitud y mi más sincero sentimiento de afecto. Si llegas a leer estas breves líneas quiero que sepas que te amo. Y siempre estaré agradecido por tu cariño y tus atenciones. Gracias. Muchas Gracias. Espero que hoy puedas compartir, donde quiera que te encuentres, con tus hij@s.

IMELDA RINCÓN: RECTORA ETERNA, AMIGA, CAMARADA Y MADRE

De Imelda Rincón Finol, cañadera de nacimiento, he escrito en otras oportunidades. Para much@s Imelda no necesita presentación. Para quienes no la conocen, además de lo poco que dice Wikipedia sobre ella, diremos que fue Decana de Humanidades y Educación, Vice Rectora Académica y la primera Rectora electa de la Universidad del Zulia (LUZ) y, quizás del país. Además fue miembro directivo, como Rectora principal, del Consejo Nacional Electoral y fue propuesta por Chávez como Embajadora en Bolivia. Además, ha sido Directora del CONAC y Presidente de Fundadesarrollo creada durante su gestión el 16/09/1991 con motivo del centenario de LUZ. En el gobierno de Chávez fue, además, miembro suplente de José Vicente Rangel en el Consejo de Estado de la Nación. Tv Luz le hizo un hermoso video con motivo de su cumpleaños. Imelda es una grandes ligas.

A Imelda Rincón Finol, la conocí en forma inesperada, sin saber quién era. Conversamos largamente sobre una preocupación – que aún la acompaña – sobre uno de sus hijos (David) y desde entonces nos hicimos amigos. Con el tiempo, la acompañé en varias responsabilidades que me asignó: Año Internacional de la Juventud (1985) Autodesarrollo (1986-1988) y en la Dirección de Planificación Universitaria (1988-1990) Con el transcurrir del tiempo, se fue convirtiendo, en una madre en lo académico y en lo espiritual. Ella fue quien insistió en que viajara en una delegación de profesores universitarios de LUZ, en 1987, para conocer la experiencia norcoreana. Así pude no sólo conocer las inmensas bellezas naturales del norte de Corea sino la filosofía Juche o Zuche, misma que guía y orienta la acción transformadora de las masas trabajadoras del pueblo norcoreano. A ella debo esa indescriptible experiencia de vida. Conocer otro mundo. Regresar de nuevo a Cuba y conocer Moscú. Un aprendizaje que sólo una madre como Imelda hubiera deseado para un irreverente y contestatario hijo, como yo.

Una anécdota de las tantas que pudiera contar sobre su relación maternal conmigo: Un buen día, en medio de mi incontinencia emocional, luego de un incidente muy fuerte con mi pareja, decidí enviar una carta de renuncia al Decano de la Facultad de Ingeniería, Antonio Cova, y tome mis "macundales" y me fui a Caracas para buscar trabajo o, al menos, para bajar la tensión emocional que tenía. Estando en la Capital recibí una llamada de quien era para entonces la Vice Rectora de LUZ, Imelda Rincón, al recibir la llamada me dijo: "Supe por el Decano de Ingeniería que habías metido tu carta de renuncia a la Universidad. Quiero informarte que le pedí al Decano que retirara esa comunicación y no le diera entrada. Tómate unos días. Piénsalo mejor y hablamos. No me parece que debes renunciar a la Universidad. Tú nos haces falta. Te queremos en LUZ…". No recuerdo que le respondí. Supongo que le dije: "déjame pensarlo". Lo cierto es que seguí en la universidad y me jubilé de LUZ, a los 46 años (pude haberlo hecho a los 43 años) Lo pude hacer porque mi madre Imelda, no sólo me regaño muy sutilmente sino que me dio la orden de regresar. Si no es por ella, otro hubiera sido mi destino. Esa es la verdad. Gracias madre. Orgulloso estoy de ser universitario. Y de haberme jubilado de LUZ. Gracias a ti.

Para finalizar: En el año 2019, se conmemoraron 250 años del Natalicio del Maestro del Libertador, Simón Rodríguez, por tal motivo la Secretaría de Educación Universitaria, a cargo del Dr. Temístocles Cabezas ( Mito) y la Alcaldía del municipio Cabimas, bajo la conducción del Dr. Pedro Duarte, tuvieron la generosidad de invitarme para que fuera el orador de orden de tan magno evento. A tal efecto, elaboré un extenso discurso que luego fue publicado en 5 entregas en Aporrea.

En la III entrega de la Conferencia titulada: "O descolonizamos a la universidad O seremos neocolonizados", que fue presentada en Cabimas, el día Lunes 28/10/2019, con motivo del I Congreso Zuliano de descolonización de la Universidad, mismo que fue realizado en homenaje a la eterna Rectora de LUZ, Dra. Imelda Rincón Finol. Allí describí ampliamente los trabajos conjuntos realizados bajo la sombra protectora de Imelda. Voy a compartir de nuevo sólo unos breves párrafos en el que expresé mi sentir sobre ella.

"Imelda Rincón, dicho sea de paso, ha sido para mí como una madre, un árbol frondoso en el que me refugié muchas veces para disfrutar de su preciada sombra, una amiga y compañera, una maestra y, a la vez, una discípula, como ella misma se ha atrevido a decirme, en privado y en público. Honor que ella me hace, sin merecerlo, al proyectar en mí lo que en verdad ella es: Una gran Maestra y un ser humano muy especial. Ella me halaga y me honra con su sincera amistad y con sus palabras inmerecidas y a ella, en este acto vengo a honrar como mujer combativa, soñadora, estudiosa; como mujer comprometida, mujer valiente que es capaz de entregarse por entero, dejando incluso a un lado su propia familia, a quien tanta ama, y dejando a un lado sus propios intereses para ponerlos al servicio de la universidad y de la sociedad, esa que ya comienza a reconocerle en vida todo lo que nos ha dado como paradigma del SER UNIVERSITARIO. ¡Qué alegría! Si queréis ver un modelo de universitaria ejemplar, íntegra e integral, si deseáis tener un referente de autoridad universitaria que, a pesar de su limitaciones, supo poner a la universidad en el camino de la descolonización, la formación integral y la autonomía, mirad en Imelda Rincón Finol, ese ejemplo de universitaria a carta cabal. Ella es y será por siempre la Rectora eterna de LUZ.

MI VIDA UNIVERSITARIA SE LA DEBO A IMELDA RINCÓN

Buena parte de mi larga vida universitaria, ha estado siempre vinculada, de una u otra forma, a esa gran mujer que homenajeamos en este I Congreso para la Descolonización Universitaria. Si no hubiera sido por ella, probablemente, no hubiera seguido en la universidad. A ella, nuestra amada Imelda Rincón Finol, pido en nombre de miles de universitarios quienes nos hemos bañado de su sabiduría, su magnánima presencia y la radiante luz que sale de su corazón, mismo que siempre ha estado comprometido con los mejores ideales de LUZ. Por eso con ferviente amor por ella y con mucho sentimiento universitario, pido, aplaudirla a cántaros. Ella se merece este homenaje y mucho más.

Que llueva un torrencial aguacero de aplausos para quien merece todo el amor y reconocimiento del mundo. Pongámonos de pie, por favor, para aplaudirla con fuerza para que se oiga donde quiera que esté."

Es un lujo entonces tener como madre, en lo académico y en lo espiritual, a una mujer tan digna, valiente, inteligente y solidaria como Imelda Rincón Finol.

Hoy, 14/05/2023, día de la madre, Imelda querida, sólo puedo decirte:

Muchas Gracias Madre. Felicitaciones en uno de tus tantos días. Tu hijo. Hugo

ÑA´CARMEN QUIEN SIGUE ORANDO POR NOSOTROS ¡AMEN!

Doña Carmen. Ña´Carmen. Carmen de Siberia. Fue un regalo de Dios. Cuando estuvimos intentando instalar y consolidar la ESCOLAG en el Municipio Uribante del estado Táchira. Allí conocimos una viejecita hermosa que ganó, para la eternidad, nuestros afectos. Siempre, todos los días, nos tenía en sus oraciones. Nos hicimos amigos y luego, la ternura de su voz y de sus gestos amorosos, su gentileza y su protección nos hizo poquito a poquito, sentirnos nuestra madre protectora. Y así se comportó. Al sorprendernos con su partida escribí un artículo que me gustarían leyeran completo. Aquí va un resumen:

"Soy humano aunque, a veces, pienso que vengo de otro planeta. Más evolucionado. No soy perfecto. Vine a aprender de las imperfecciones humanas. Aún tengo mucho por aprender. No ha sido fácil. Personas como Ña' Carmen nos han enseñado con su palabra y, sobre todo, con su ejemplo. Sobre el amor y la entrega total. La humildad, la sencillez y la honradez…Aún no terminamos de aprender algun@s de nosotr@s, entre ellos yo, que hay que hacerlo en vida. Que hay que decirles a nuestr@s familiares y amig@s, sin retraso y mientras podamos respirar, cuanto les amamos. Como lo hacía sin temores y sinceridad nuestra siempre recordada Carmen. Así nos enseñó con su permanente ejemplo. Ña' Carmen. Carmen de Siberia. La reina de un lugar poco conocido: "La cuchilla". Ubicada en lejanos parajes abrasantes de neblina y soledad, que existen allá en el Municipio Uribante del estado Táchira, a la entrada del Campamento de DESURCA en Siberia. Hermoso lugar donde soñamos y luchamos, alguna vez, consolidar nuestro proyecto de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de CIENCIAS y TÉCNICAS de GOBIERNO (ESCOLAG). No se pudo. Sin embargo, nuestra estadía nos permitió ganarnos la amistad y el cariño, nada más y nada menos, que de Ña'Carmen. Nuestra amiga y madre adoptiva. Quien siempre nos tuvo en sus oraciones hasta su último suspiro.

¡Gracias! ¡Gracias! ¡Muchísimas gracias!"

Unos días o meses antes de morir me envió este mensaje de voz que es la más viva expresión de su profundo sentimiento de su amistad y amor maternal.

"Buenos días ¿Cómo amanecieron mis amores? ¿Cómo les ha ido? ¿Cómo está Elio ? ¿Cómo está Hugo? ¡Los amo mucho! Lloro a veces por querer ver a mis hermosos amigos. Amigos lindos que nunca los olvidaré. Que son casi mis hijos. Más que mis hijos son ustedes, porque ustedes se pusieron conmigo muchísimo chévere. Yo no puedo olvidar esos recuerdos tan grandes. Me siento chiquitica, para todos ustedes, porque ustedes me amaron y yo no me merecía tanto amor como el que ustedes me dieron. Yo los amo mucho mis queridos. En mis oraciones nunca se me olvidan. No más hoy. Todos los días ¡Todos los días de mi vida! (con voz llorosa) en el santo rosario se los ofrezco a Jesús de la misericordia, al Dr. José Gregorio Hernández, para que no se vayan a enfermar ni nada. Para que siempre estén felices y tranquilos. Yo los amo mucho mis queridos..."

https://www.aporrea.org/ideologia/a304460.html

ZOBEIDA JIMENEZ MUÑEQUERA DE ALI Y MADRE DE ESTE NEGRITO

Zobeida, la muñequera, de cuyas "locuras creativas" se imbuyó Alí Primera, para escribir una de sus más hermosas canciones, es, de mis madres putativas o mamás ejemplarizantes, la que más ha recibido la suave brisa y el abrazo enternecido de mis tímidas y fragantes letras. Así como yo – honrado y orgulloso – recibí de ella, amorosas letras y demostraciones de amor y de confianza. Ella ha sido siempre fuente de mi inspiración.

Por ello, creo que puedo resumir algunos párrafos de los artículos donde hablo de nuestra mágica relación de amistad maternal, como la de Ña Carmen o la de Imelda Rincón.

"Zobeida, para quienes no la conocieron ni saben de ella…Fue una mujer que enarboló el amor por la humanidad con sus muñecas de trapo. Era y, seguramente, sigue siendo, al menos en nuestra mente y en nuestros corazones, un alma femenina más no feminista: Sencilla. Dulce. Libre. Independiente. Amorosa. Pícara. Risueña. Comprometida. Patriota. Creativa. Noble. Irreverente. Inquieta. Intranquila. Latinoamericana. Subversiva. Quijotesca. Rebelde. Olvidadiza. Criticona. Iluminada. Querendona…De vez en cuando dura y fuerte con sus palabras y su actuar (…) Quien quiera conocer un poco más la trayectoria de Zobeida, podrá conseguir numerosas referencias en internet (…) Zobeida y yo, establecimos un pacto de amor. Amor eterno. Que aún sigue vivito como aquel primer día en el que la conocí, personalmente. Aunque no recuerdo cómo ni cuándo ni dónde, aunque si supongo por qué y para qué nos conocimos." (09/02/2020)

Una vez nos aparecimos, sorpresivamente, en su casa en Píritu y esto escribí:

"Es trece de abril. Llueve inesperadamente en Píritu, Portuguesa. Son las seis de la mañana. Desde temprano recorro la casa de un ser excepcional: Zobeyda Jiménez, "La Muñequera" (…) Quienes hemos tenido el privilegio de conocerla de cerca, de andar bajo su sombra protectora, sabemos que Zobeyda ha sido una maestra querendona plena de la más tierna de las locuras. Una tejedora de vidas que respeta las telarañas y no le pican los zancudos a pesar de vivir en el monte. Es una inquieta trotamundos que ha recorrido el país y otras geografías del planeta, llevando siempre con orgullo, en sus alforjas solidarias, la dignidad y el espíritu de lucha de nuestro pueblo. Zobeyda, recibió el año pasado el Premio Nacional de Cultura Popular. Hoy, recorriendo las paredes de su casa, descubrimos numerosos reconocimientos. Uno en especial, llama la atención: " Por su consagrada contribución al desarrollo de la muñequería en el mundo, la paz y el progreso de la Humanidad", es un curioso diploma fechado en Pinar del Rio, Cuba (…)Zobeyda es un alma limpia de ensortijados cabellos. De ella he aprendido a apreciar las cosas más sencillas de la vida. Al lado de su piel, me he embriagado con su contagiante optimismo y con su capacidad para descubrir y apreciar lo positivo que tienen "las cosas malas" que nos ocurren. Con Zobeyda voy hasta el final y me las juego todas. Zobeyda, es heredera de la creatividad de Aquiles Nazoa y Fruto Vivas, de la comprometida y vital poesía de Martí y Nicolás Guillen, del espíritu guerrero y auténtico del Ché y Argimiro Gabaldón, de la paz espiritual de Ghandi y de la locura marina de Armando Reveron. Zobeyda, ha sido alcahueta de los amoríos patrióticos de Bolívar y Manuelita Saenz. Al visitar la intimidad de Zobeyda, no podemos dejar de conmovernos y decir junto al poeta cantor: "Querida Zobeyda: El arte solidario, aquél que se ejerce en función del amor del hombre y su combate, tiene en tí un fiel soldado, una hermosa militante…" (17/04/2005)

Si tienen curiosidad y tiempo, les invito a leer la serie de 5 artículos que escribí de algunas de las más importantes vivencias que tuve con Zobeida. Mi madrecita querida. A quien sigo recordando con mucho amor y gratitud. Por el honor que me hizo de recibirme en su hogar.

https://www.aporrea.org/cultura/a286938.html (I)

https://www.aporrea.org/cultura/a286950.html (II)

https://www.aporrea.org/cultura/a287034.html (III)

https://www.aporrea.org/cultura/a287075.html (IV)

https://www.aporrea.org/cultura/a287191.html (V)

Y este último que le dediqué a ella y a Douglas Bravo.

https://www.aporrea.org/cultura/a309647.html

MIS PAREJAS: ISABEL, ARELYS Y EVIS, FUERON COMO MIS MADRES

No voy a extenderme mucho porque creo que más adelante, si Dios y la vida me lo permiten, hablaré no sólo de ellas sino incluso de todas o algunas más de mis parejas. Han sido muchas. Lo reconozco. Nunca las he ocultado y menos ahora. Claro, no tantas como algunos de mis amigos que pareciese que llevan hasta un cuaderno con la lista de las que han tenido. Yo no llego hasta allá. ¿Cuántas? "Secreto de Estado". En realidad, en el fondo, soy monógamo. Aunque much@s no lo crean. Mi madrecita santa, Irma Nazaria, quien me conocía muy bien, solía responderle a alguna de ellas cuando decían: "Es que Hugo Enrique es muy mujeriego, Irma" Entonces mi madre, para defenderme, como hacen casi todas las madres, les decía: "Sí, Hugo Enrique es "mujeriego", porque las mujeres como tú se ven atraídas por él y lo buscan. Mi hijo no anda detrás de las mujeres. Eso te lo puedo asegurar" Jajaja. Y así es. Como dijera el gran pintor Picasso: "Yo no busco, encuentro".

Si me aceptan esta verdad: mucho ha sido mi amor pasional o mi debilidad emocional por la belleza física, mental y/o espiritual de quienes se han atrevido a amarme, aunque sea un ratito. En tal sentido: Voy a referirme de manera general sólo, en esta oportunidad, a aquellas tres con las cuales conviví unos años y sentí durante ese breve o largo tiempo no sólo las caricias y la ternura del amor pasional, sino la bondad, generosidad y la fragancia del amor maternal. Y aunque ellas por su amor herido, con o sin razón, poco quieran saber de mí y, probablemente, han dejado de amarme. Yo, certifico, como lo saben, quienes me conocen que: las sigo amando. A mi modo, claro está. No sólo porque son las madres de cinco de "mis" hijos, sino porque reconozco con humildad y con una pizca de arrepentimiento que, tal vez, fui injusto, desagradecido o indiferente con ellas.

Lo cierto es que, salvo diferencias de intensidades cada una de ellas – sobre todo al comienzo de nuestra relación – por algún mecanismo psicológico, ellas se comportaron como si fueran unas madres amorosas y diligentes conmigo. Pendientes de mi comidita, de tener la ropita limpia, de mantener reluciente la casa para que me sintiera bien, de estar pendiente de mi salud, de ayudarme a resolver problemas que sólo a mí me correspondían. Seguramente, algún mecanismo psicológico, cultural, idiosincrático o hasta ideológico, que por efectos del complejo de Edipo o de Electra nos terminamos comportado en una relación familiar de madre a hijo. Así es posible que se hayan comportado algunas de mis parejas cuando estaban pendientes de mi agenda, me indicaban lo que tenía que hacer, comer o beber; me recordaban las citas médicas o me daban los medicamentos que debía tomarme; me preparaban y me indicaban la ropa que debía ponerme y hasta me reñaban como si fuera su hijo. Creando una relación tóxica. La cual, seguramente, por desconocimiento (no asistimos a escuelas de parejas y de padres) no logramos superar. He oído decir que muchos hombres, que no contaron con el amor fraterno de la madre consanguínea o que fueron sobre protegidos por esta, tienden a buscar y atraer una mamá parecida a sus vidas. En mi caso, es posible que así haya sido. No pongo en duda, sobre todo a esta edad mía, que necesite tener una pareja que se comporte como una madre. Yo que soy tan soltario – como decía mi madre – he tenido la suerte de conseguir "muchas mamás". Desde el fondo de mi corazón lo agradezco. Puedo asegurar que estoy muy lejos de tener "mamitis". Comprendo que, sobre todo, en los últimos tiempos. Se nos exige construir una relación sana de pareja basada en el amor y en un intercambio compensatorio de energía en todos los niveles. No sólo en el plano sexual o en el económico. Cuando hay un desbalance. Ya se sabe. Se producen los conflictos. Cuando una pareja "explota" o se "aprovecha" del otro o de la otra. Cuando no satisfaces sus necesidades más apremiantes. Aunque nuestra felicidad no dependa del otro. Cuando nos encontramos con parejas que se comportan como mamás sobre protectoras y lo confunden con cariño o, peor aún, madres irresponsables que no quieren saber nada de su pareja (hijo) pero si exigen que el hijo tenga responsabilidades con ella. Se producen conflictos que son difíciles resolver sin ayuda profesional, pues se van conformando relaciones disfuncionales. Probablemente, en algunos casos, fue esto o algo parecido, lo que ocurrió con mis parejas. Sobre protectoras y regañonas o irresponsables.

Aprovecho de todos modos, para reconocerles que todas mis parejas – con las que he tenido hij@s – han sido, con algunas fallas o errores, excelentes madres con "nuestr@s" hij@s: Ingrid Margarita, Christopher Enrique, Sol Libertad, Hugo Alberto y Evis Oriana.

Mis otros tres hij@s: Maryorirma, Osmeiro Enrique y Johanna Félix. La verdad que con sus madres, Dilcia y Johanna, no tuvimos la oportunidad de tener una relación estable que pudiera haber tenido a sus madres como la mía. Es la verdad. Dijera lo que dijera el maestro en comunicación Sergio Antillano. Como me "regañó" Imelda en estos días cuando publiqué mi verdad, acerca de la calumnia de la que fui objeto hace 20 años.

Gracias. Muchas Gracias. Algún día me tomaré un tiempo para escribir de cada una de ustedes. Por ahora, agradezco que me hayan permitido entrar en su corazón, ver en ustedes como "espejo" muchas de mis fallas y desaciertos y, sobre todo que me hayan ofrendado tanto amor y me hayan permitido ser instrumento para que, conjuntamente, entre ambos, permitiéramos que otros espíritus, con "contratos" que cumplir, se manifestaran. Les ofrezco mis disculpas y les reitero mi amor sincero. De mi parte, les ofrezco mi perdón.

HORTENCIA(†) , DULCE, CARMEN (†), ANA Y FIDELINA.

Todas mis "suegras" fueron especiales conmigo. Voy a resumir diciendo que tuvieron tantas o más manifestaciones de afecto y trato maternal que sus hijas. Unas más que otras. No voy a escribir nada más por ahora. Ayer no pude enviar el artículo como era mi deseo y ya me agarró el mediodía del lunes. Así que lo dejo hasta aquí. Ya continuaré en otra oportunidad, si Dios y la vida me lo permiten. Por lo pronto vayan con emoción estas breves líneas a todas aquellas mujeres que han aparecido en mi vida, por alguna razón, y se han comportado como mis madres. En nombre de Irma Nazaria y del mío propio.

¡MUCHAS GRACIAS! ¡FELIZ DÍA DE LA MADRE! ¡A TODAS, SIN EXCEPCIÓN!

NOTA: Pido excusas si se me ha pasado alguien involuntariamente. Y ofrezco disculpas si por la carrera con la que he escrito estas líneas esté plagado de horrores y errores. Es mi responsabilidad. La asumo. Como asumo el AMOR con las que las escribo a mis madres.

FINALMENTE: Reciban el texto completo de la canción con la que comenzamos

"Muchas Mamás"

Canción de Noreh

Salud por mi abuela por hacer de madre
A mi madre por traerme aquí
Por las mamás de mis amigos que
También saliendo tarde me abrazan a mi

Salud por las tías que antes no quería
Y aprendí a quererlas a morir
Salud por aquellas que me dieron clases
Porque me aguantaron hasta el día mil

Por las que comieron menos
Para que yo comiera más
Por quien se paró temprano
Por no quererme levantar

Por las que dejaron que les digan locas
Por las que aguantaron males que me tocan
Por la que han sufrido tanto y si te ven llorando
Te van a abrazar

La gente como yo tiene muchas mamás

Salud por la que tuvo más de un trabajo
Y aún llegaba a ayudarte a estudiar
Salud por la que la han dejado sola
Y se ha lucido haciendo de papá y mamá

Salud por la doña necia de la esquina
Que le dio a esos perros otro hogar
Quiero que brinden todas las mujeres
Porque el mundo no se mueve si no están

Por las que pusieron freno
Para que yo corriera más
Por quien sostuvo mis manos
Ay Cuando todo me salió mal

Por las que dejaron que les digan locas
Y cargaron con los males que me tocan

Por la que han sufrido tanto y si te ven llorando
Te van a abrazar
La gente como yo tiene muchas mamás

LA GENTE COMO YO TIENE MUCHAS MAMÁS.

Casa de América Latina y del Caribe, 14 de Mayo 2023

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