Si algo hay que reconocerle a Nicolás Maduro, no sólo como Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, sino como líder sustituto de Hugo Chávez de la Revolución Bolivariana, y con él al Alto Mando Político y Militar de la Revolución, es que luego del año 2020, han llevado al país por la senda de la estabilidad política y la paz. Han mostrado, a despecho de sus detractores, que tienen el control y le manejo del poder en el país.
Además de ello, como lo señala Oscar Schemel, el chavismo ha mostrado ser una comunidad no sólo política, sino cuasi religiosa. Que en el momento en que más ataques recibe, se cohesiona, se une, se nuclea. Y eso ha contribuido a que luego del asesinato biológico del Comandante Inolvidable, haya permanecido 10 años y contando al frente del poder político.
No obstante, este camino y estos logros no han estado exentos de contradicciones a lo interno y que en lo que se refiera a la participación electoral haya habido cierta disminución. Eso obedece a varios factores, por lo menos las dos últimas en lo referido a la pandemia de la Covid 19, entre otros factores que podemos analizar en próximas entregas. No necesariamente esto hay que verlo de manera negativa sino como parte de debilidades coyunturales que habrá que corregir y a las horas de los análisis profundizar.
En escritos de hace años, compartía el deseo del Comandante Chávez del surgimiento de una oposición democrática, de nivel, con una propuesta alternativa a la nuestra y con la cual uno pudiera debatir. La estrategia subversiva e insurreccional de la extrema derecha venezolana ha incidido de manera negativa, al punto que hoy no hablamos de oposición en Venezuela sino de oposiciones, y su propia base política y social los rechaza y prácticamente no participa en elecciones ni en política en Venezuela, y de ahí que el incremento de la abstención en términos electorales se debe, a mi juicio, a esta situación.
Pero repito, analizar estas causas no es el objeto que persigo con la presente entrega de esta columna.
Varios factores de las oposiciones, en un esfuerzo que creo hay que reconocer, están tratando de organizarse de cara a las elecciones presidenciales, y dentro de los canales y las opciones que permite nuestra Constitución, han convocado a unas elecciones primarias para elegir una opción que los unifique en torno a una sola candidatura presidencial que le dispute al chavismo el poder en los comicios presidenciales en fecha a determinar por el Poder Electoral. Como opción democrática que sectores de las oposiciones en el país desean tomar lo saludo, porque era el pregón que Chávez siempre tuvo, y el propio Nicolás Maduro ha seguido en esa senda. Pero las contradicciones en el seno de las oposiciones son otras.
Esto porque evidentemente entre ellos y ellas no se toleran y es muy difícil que logren ponerse de acuerdo en torno a un programa y proyectos comunes. Esto sin contar que la estrategia de alinearse con EEUU para que muchos connacionales migrarán del país y se mudarán a países de la región y el hemisferio donde no cuentan con representación diplomática venezolana, o si cuentan con ello, dicha sede queda muy lejos de donde viven esta mayoría de migrantes venezolanos, que además no han realizado las correspondientes actualizaciones en el Registro Electoral, complejiza aun más el panorama para ellos.
En el caso del chavismo, del PSUV, del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, de no surgir ninguna circunstancia sobrevenida, todo indica que Nicolás Maduro Moros no sólo será el candidato a la reelección de la Presidencia Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela por el período 2025-2031, sino que continuará llevando las riendas de nuestro país. En un camino no exento de contradicciones, de dificultades, en el que el tema económico y de la calidad de vida de la población en medio de las mayores agresiones vividas por nuestro país en 200 años de vida republicana son prioridades para la mayoría de nuestra población y ser incluidas en la agenda cotidiana del actual Gobierno.
Pero, volviendo al tema que nos ocupa en el presente escrito, tal es el océano de contradicciones de las oposiciones en el país, que el más minoritario de esos sectores, el de la extrema derecha, el terrorista, el fascista, que cuenta con algunos elementos infiltrados dentro de la base política y social del chavismo y dentro del Estado y el Gobierno, apuesta por los atajos, por las salidas fuera del marco constitucional, de la fuerza, y por eso, a riesgo de ser llamado conspiranoico y cansón, hemos hablado y escrito sobre la Conspiración de las Seis Patas, para deponer al actual Jefe de Estado Venezolano.
Todo indica, que por acontecimientos observados en las últimas horas, de los cuales espero referirme en próximas entregas, que ese sector de la extrema derecha pretende generar las condiciones para la ocurrencia de un hecho o evento desencadenante. La razón de ello estriba a que pese a las giras de los precandidatos de la oposición por todo el país, y de las diferencias de la denominada Comisión Nacional de Primarias de no querer permitir las máquinas captahuellas dentro de su proceso, y esto ha motivado a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) señale la imposibilidad de asistir técnicamente ese proceso de las oposiciones porque dichas máquinas son parte integral de nuestro sistema electoral, las contradicciones y desencantos a lo interno de la base política y social no chavista incide en los elementos que los desfavorecen.
Llegando a suponer que esa denominada Comisión Nacional de Primarias decida realizar esas "primarias" sin el CNE, además de su invalidez, constituirá un gran fraude a esa misma base política y social opositora que quisiera expresarse democráticamente y organizarse para las próximas elecciones presidenciales. Fraude por donde se le miré, porque además prometen que los que se fueron podrán participar, pero como lo harían si el Registro Electoral lo maneja el Consejo Nacional Electoral.
Constituiría, pues, en un gran engaño y en un gran fraude, sin descartar, lo que el propio Diosdado Cabello ha venido señalando tanto en sus programas "Con El Mazo Dando" y en sus apariciones públicas, de la no realización de las tan mentadas primarias.
Y siendo optimistas, y saludando el esfuerzo que muchos opositores y opositoras harán por elegir al candidato o candidata presidencial de su preferencia, su movilización no será tan multitudinaria como ellos estiman. El mejor escenario que se prevé que 250.000 se muevan en el proceso que ellos han convocado para elegir su "opción unitaria".
Por ello, entre esa decepción y ese desespero, la extrema derecha estimo que prepara un evento desencadenante. Bien podría ser con la activación de Bandas Criminales y Grupos Generadores de Violencia, bien con el sabotaje al Sistema Eléctrico que nuevamente está presentando problemas, o a través de cualquier otro sabotaje a servicio público esencial. No puede descartarse el impulso de una agenda de conflictividad social impulsada por sectores de pseudo izquierda, que hayan podido ser infiltrados por enemigos de la Revolución, dentro de estos planes desestabilizadores que los hemos explicado tanto en los Diarios de una Cuarentena como en estas primeras ediciones de esta columna.
Por eso es que considero que debemos extremar nuestras atenciones y cuidados, porque ya cuando nos aproximamos al primer semestre de este año, es posible que los ataques aun incipientes puedan escalar de nivel.
Y no solamente lo estamos viendo con un incipiente incremento del tipo de cambio del dólar con respecto al bolívar que quiere poner a prueba el éxito de la respuesta del Presidente Maduro con el aumento del ingreso mínimo vital, sino con los recientes hechos ocurridos en el estado Carabobo, donde efectivos de la GNB fueron emboscados por BACRIM, hecho este que debe ser debidamente investigado y sus culpables castigados con toda la severidad de nuestras leyes.
De tales hechos espero poder referirme con mayor detalle en próximas entregas.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!