Necesario es medir con inteligencia y prolija exactitud nuestro futuro, para esquivar con éxito las temibles garras imperiales y sus ramificaciones lacayas, que a diario antagónicamente nos asechan con sus habituales ataques de toda índole, algunos de ellos ya materializados en gran medida, como lo es el robo descarado a plena luz del día de un conjunto de bienes materiales importantes para el Estado venezolano en el exterior, y todo ello aunado al brutal bloqueo económico al pueblo venezolano.
Y, como si les pareciera poco, con la anuencia de factores opositores apátridas, también pretenden criminalizar a nuestro presidente Nicolás Maduro, comandante de la Revolución Bolivariana, con la burda amenaza de sentarlo en el banquillo de los acusados en La Corte de la Haya.
Paradójico accionar tendría el equivalente a una invasión militar a la Nación venezolana. Lamentablemente, tal desfachatez, el imperio yanqui está dispuesto a facturar hasta las últimas consecuencias.
Semejante perversidad tendría para nuestro más común y frecuente enemigo un costo demasiado elevado, ya que esta Revolución pacífica y a su vez armada, está conformada específicamente por dos componentes sumamente importantes y estratégicos para la Patria de Bolívar: ¡Soldado y Pueblo!
Y, parafraseando un poco el libro de Alfonzo Rumazo González que lleva por titular: Miranda: Protolider de la Independencia Americana: "…En política, la miopía es un peligro. Las mujeres y los hombres alimentados por la intuición natural de su pueblo humilde, son los únicos destinados a descubrir el momento y la hora exacta para el acto grande y trascendente".
¡Viva la Patria Grande! ¡Viva el legado y la Llamarada Sagrada del Comandante Hugo Chávez! ¡Viva nuestro amado presidente Nicolás Maduro y su esposa la doctora Cilia Flores! ¡Viva el doctor Jorge Rodríguez presidente de la Asamblea Nacional
¡Viva nuestra gloriosa Fuerza Armada Bolivariana! ¡Viva nuestro vicepresidente del partido político PSUV, el diputado Diosdado Cabello!
¡Viva el Gran Arquitecto Universal de toda existencia. Gracias Señor, por obsequiarnos una y muchas veces más cada giro del sol, bajo este glorioso cielo de la Patria Grande!
San Joaquín estado Edo. Carabobo