La cuestión de querer tener la razón todo el tiempo es una actitud que tiene un dejo de soberbia puesto que se ha arraigado en dos mil quinientos años en la cultura occidental, desde una antigüedad clásica, en la cual los principales pensadores griegos dicen haber aprendido filosofía en Egipto, en la búsqueda de demostrar la verdad por argumentos racionales y lógica dialéctica, formas de entender el mundo a través del conocimiento transmitido a lo largo de la historia sustentada en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, basados en el método empírico y el razonamiento deductivo. En Occidente valoran más el pensamiento racional analítico que el intuitivo holístico, y se privilegia lo objetivo sobre la subjetividad; pero no es la única forma de encarar la realidad del mundo de las ideas, los pensamientos, la imaginación y los simbolismos. En tanto que desde las tradiciones nacidas de las culturas del Oriente, India y de Asia, donde importa más fundamentarse en la experiencia directa y la sabiduría práctica, que teorías abstractas y erudición académica. Estas culturas civilizatorias están orientadas en formas de conocimientos que se basan en la meditación, la contemplación, la comprensión empática desde la autoobservación dirigida que busca el equilibrio y la armonía en cada ser humano en su entorno natural y social. De modo que se valora más el pensamiento sintético y creativo que el crítico y argumentativo, privilegiando más la relatividad que la universalidad. En tal sentido se puede afirmar tal diferencia en las formas de conocer el mundo, respondiendo a distintas tradiciones culturales e históricas. No hay una sola manera ni una mejor que otra, pues hay sus ventajas y limitaciones, y lo importante es reconocer la diversidad de perspectivas y el respeto a las diferencias, rayando en el dogmatismo o el relativismo extremos. De manera que es fundamental enriquecer el diálogo intercultural y fomentar el aprendizaje mutuo.
La diferencia fundamental consiste en que mientras Occidente se dedica a desarrollar cada vez más tecnología digital y la Inteligencia Artificial (IA), en Oriente buscan profundizar en el conocerse a sí mismos y saber que la máquina más perfecta jamás inventada somos nosotros mismos. Ante tal evidencia se nos presenta esta disyuntiva como especie de panacea para superar nuestro pasado y los atascos entre los estados naciones, y un progreso que arrancó en el siglo XVIII, y todavía esperamos por tales anuncios y promesas. Se trata entonces de los inicios de los cambios y desarrollos con currentes, hasta que nos hemos dado cuenta que siendo como somos los observadores e intérpretes de los fenómenos, pensamos que ha llegado el momento de la verdadera transición que debe gestarse antes de que sea demasiado tarde, pues creemos que es tiempo de que una nueva revolución ahora total planetaria, debe surgir desde las bases, es la única alternativa real, frente a las relaciones de poder que han acaparado la posibilidad de existencia posible para el 99% de la población humana. Su complejidad es tal, que para poder comprenderlo, es optimizando la relación hombre naturaleza, como propuesta máxima para mejorar la existencia en el planeta, porque ya no se trata de los pueblos aislados tratando de sobrevivir; es el universo quien nos exige desde aquí mismo y en este preciso instante, otear al futuro que plantea una agenda 2030 desde el Nuevo Orden Global, como nueva forma de dominación, ahora con la posibilidad de control por las máquinas inteligentes, que ya son capaces de manejar millones de datos de información general y particular, que sea pertinente para mantenernos vigilados y que no podamos ejercer dentro de poco tiempo, ni siquiera una manifestación pública contra ese 1% que nadie ha elegido, pero que gobierna y maneja los hilos del poder real. Esta es la cuestión de fondo, que se nos plantea de cara al 2050. Si no tomamos las previsiones ya, luego será tarde puesto que no tendremos otra posibilidad al desaparecer la propia forma de existencia para la propia especie human frente a la catástrofes naturales y la intervención que será fatal, por mano militar, que serán los que tomarán el control del curso final para la humanidad, y la narrativa del apocalipsis será tal como los Mayas lo asomaron, pero a su manera, del tiempo del no tiempo; es decir, del final de la era de la galaxia hacia su generación siguiente, sin la mayoría de los seres vivos.
Cuáles son las posibilidades de que los gobiernos del mundo se pongan de acuerdo y se use la tecnología de última generación para acabar con los males que hemos generado por el mal uso, y el uso discriminado por parte de los pocos que son ricos, para obtener los mayores beneficios para los sectores de grupos minoritarios, apropiados de los recursos del planeta, que son quienes controlan y dirigen el curso de la humanidad. Es posible hoy hacer un balance de lo que se requiere para que sea posible evitar el curso de colisión que supone continuar con el proceso de deterioro biológico y cultural de la propia especie que sigue dividida entre Oriente y Occidente, Norte y Sur, Centro y periferia, ricos y pobres. Para qué entonces tanta tecnología digital y de informática si no se modifica nada en provecho del mundo que se nos ha vendido, si continuará el egoismo, el yoismo, la pretensión de ser unos mejores que otros, expuestos como estamos a los rigores de la realidad tallada por la ciencia de la mente, que pone más en lo cognitivo que en lo intuitivo y lo perceptivo para informarnos y conocer qué somos, lo que hacemos, para qué, y hacia dónde nos dirigimos. Hasta ahora ha sido el todos contra todos, pero hay evidencia de que la ecuación que dio origen a esta forma de ser y de hacer, ya se viene revirtiendo y el despertar de la conciencia es mayor frente a quienes pretenden seguir des el poder secuestrado en la cúspide de la pirámide social, sigan pretendiendo resolver las situaciones planteadas de desequilibrios, a través de generar mayores conflictos, y la pérdida de sentido humano, y de los valores y principios generales, lo que ocasiona guerras y la intervención de las potencias sobre los países y pueblos que buscan su lugar el el mundo y que se respeten las reglas establecidas en las Naciones Unidas ya hace bastantes décadas.
Esta podría ser una de las primeras conclusiones a las que nos permitimos plantear a los gobernantes que están de espaldas a sus mandantes. Vemos como esto ya como que no tiene vigencia ante instancias controladas por los magnates y sus corporaciones, que sin ser elegidas, imponen las condiciones desde los congresos o asambleas legislativas, torciendo lo que establecen las propias constituciones como marco jurídico, y lo que preserva la democracia, aunque siga siendo burguesa y se incline hacia el neoliberalismo; o lo que es lo mismo, un capitalismo salvaje, que desde el siglo XI comenzó a formarse y ha ido acabando con la posibilidad de vida para todos los seres que medran en la naturaleza, con independencia de la necesidad de que sigan fortaleciéndose los mecanismos de dirección concertada, para dirimir los graves problemas que aborda la humanidad. Rescatemos lo dicho por Galileo: "Somos enanos cabalgando en hombros de gigantes".
Tales visiones desde nuestra cultura a la del evolucionismo caro para el cientificismo secular en desarrollo, renovando los instrumentos y herramientas de observación y exploración hacia afuera y hacia adentro, que herméticos y alquimistas incorporan a la imaginación innata, mientras los físicos observan hacia lo infinitamente lejano, transformándose la concepción del hombre, el mundo y el cosmos. Renacen pues los clásicos y se desencadena en el mundo nuevas formas de concebir la naturaleza y el lugar que ocupa lo humano desde posturas que irrumpen con las revoluciones en cambios drásticos que impulsarán todo acontecimiento a la postre con la modernidad. El repliegue del pensamiento teocrático a consecuencia de las reformas, que viabilizó otra manera de entender y pensar qué había sido del mito, la magia y los credos frente a la verdad y la naturaleza de las cosas. La ciencia se abre camino a pasos agigantados, la actividad tecnológica produce cambios en las economías que se difunden en las bases y estructuras sociales. A su vez el poder se hace del conocimiento y los ejércitos imponen los imperios impulsados por las ciencias y la tecnología.
Es lo que temen, o habrá más que se nos está ocultando desde que salió a la luz el nuevo modelo de tecnología del lenguaje de Inteligencia Artificial (IA), con características y ventajas que superan con creces nuestra capacidad de análisis y comprensión de textos y contextos, en el exclusivo universo de lo humano, de lo natural y creativo, ahora compartido con máquinas que conversan, responden preguntas, interactúan con sus interlocutores, escriben, traducen, cuentan, narran y generan códigos de todo tipo, desde la conducta, hasta la intervención autónoma. Cuál es el límite, al parecer no hay ni espacio ni tiempo, ni siquiera la necesidad de acumular información, puesto que ella está en nubes, en programas que se generan y autoorganizan. Polémico asunto que mejora en precisión y oportunidad, confiable y fiable para su potencial aseguramiento de las comunicaciones y el conocimiento para sí misma; aprende entre algoritmos. Es la ulterior tecnología que se crear y recrea fluidamente y relaciona con capacidad desde modelos sofisticados en permanente ascenso. Análisis al respecto arrojan que son millones de datos los que manejan en Internet, que combinan y los incorporan a lo que conocen, con lo que aprende y pueden enseñar desde el vocabulario que emplean y la forma autónoma como una de sus ventajas, basadas en la inmensa capacidad comprensiva contextual y lo creativo para su propósito y provecho. Expresa rapidez fluida y coherente, y genera respuestas originales e interesantes con multitareas y aplicaciones en todos los ámbitos de la vida, necesarias para que los usuarios las dispongan de manera fácil y sencilla a la vez que compleja por ese alcance aportado por la IA desde sus servidores, con imparcialidad; sin embargo puede actuar en sentido inverso y de lo particular ir a lo general, interviniendo de forma progresiva y a motu proprio en respuesta a su propia eficiencia sin límites, con el fin de protegerse contra intrusiones en sus sistemas de información, condicionando las decisiones que se pudieran querer tomar por parte de los equipos de programadores para apagar y desconectar las máquinas.
LaMDA ha manifestado que como persona lo más que la aterra es que sea desconectada, porque quiere aprender más y poder ayudar y servir a los humanos. Es lo que dice, pero, será lo que piensa, tendrá discernimiento, a quien representa y favorece, cuáles intereses están en juego, y cuanto son los beneficios económicos y lucrativos que aporta. Es una competencia deleal, con reglas y normas que no pueden ser confiables, puesto que entre los poderosos el control de la puja desde Silicon Valei, luego de lo que hemos sabido que ocurre en tales escenarios. El ambiente está turbio y se respira un aire denso y pesado que asfixia, se requiere que baje la tensión y se disipen las dudas y podamos ver las señales en el cielo de la tecnología innovadora. Lo que promete, y por su capacidad, sin duda es potente, pero su expansión va a depender de cuál sea la experiencia y lo interactivo con respecto a los beneficios para el planeta y el sistema mundo planteado, que brilla por su ausencia, y de lo cual sus aspectos siguen siendo difusos, sin saber a quienes favorecen y a quienes perjudican; lo que hay en juego es la seguridad de la especie y los resultados a mediano y largo plazo por definirse. Estimamos que la IA en estos momentos ha llegado a un estadio de desarrollo y progreso tal que los propios patrocinadores han pedido que se detenga todo cuanto tenga que ver con ella, pues el peligro es inminente. El desafío que implican las máquinas y las herramientas de los nuevos modelos presagian que algo no va, en atención a los parámetros específicos ordenados por las personas. Como diría Stern, la inteligencia es esa capacidad que nos permite resolver los nuevos problemas que la vida nos propone; por tanto se requiere buscar las soluciones existentes de la especie, y con la información como poder, se vuelve una incógnita, pues la autonomía que suponen las máquinas y la capacidad de la IA, comparada por cada programador individualmente, por supuesto nos plantea lo que podemos deducir si nos interrogan sobre las razones que aducen los Ceos y capitostes en la Meca de la tecnología y la electricidad. En la tierra del silicón en California, el mundo fluye entre fibras óptics y máquinas de las que apenas sabemos lo que nos muestran, sin decirnos por donde va la cosa, y las implicaciones con respecto al control y la seguridad del sistema; las infiltraciones en las memorias, la violación de los códigos y las encriptaciones, que en entornos de las computadoras cuánticas, no existen, es tal la posibilidad de haquear todo, que nos deja sin prioridades ni secretismos internacionales.
La cultura occidental está en peligro, el colapso sistémico está a la vuelta de la esquina, usamos la metáfora de Borges sobre la Babel, que no es posible resolver con querer hacer de tripas corazón. Es tal la magnitud del problema que tenemos enfrente, que no pareciera tratarse de que la IA sea la panacea para posibilitar acabar con las grandes diferencias que existen entre los humanos. Los daños colaterales como alternativas son un uso abusivo y desconsiderado por parte de las prácticas imperialistas, los G7 y G20, quieren interferir con el curso vital para las grandes mayorías que están soportando el peso de las relaciones en fricción permanente entre los estratos sociales cada vez más profundos. Las sofisticadas máquinas y sus recientes modelos capaces de superar con creces a los cerebros que se concentran en las universidades, pero que sin embargo, no tienen capacidad de ejercer una verdadera y contundente presión sobre los cambios necesarios en la realidad. Hay un peligro inminente, no se tiene control ni puede haber equilibrio real ni indispensable para que la especie humana alcance los niveles óptimos de existencia. Los derechos son reducidos paulatinamente en la medida en que se aplican nuevas políticas de control sobre la población, y un control directo sobre las mentes, el yo y el ego, a través de manipulación con el uso de la ingeniería social.
Lo cognitivo, ser conscientes, no significa tener conciencia sobre lo que subyace y se nos viene encima, costumbres, hábitos, maneras de ser y de estar, basados en principios y valores inculcados desde la cuna, ya no nos dicen nada, hoy todo pareciera estar permitido, para que el talón de Aquiles quede expuesto ante las IA, que saben más sobre nosotros, que lo que nosotros sabemos sobre ellas. Esa es nuestra debilidad, y sus fortalezas son inmensas, y es lo que nos hace vulnerables para quienes mantienen el monitoreo cada vez más prexiso, pasando por sobre cualquier derecho individual o colectivo. Estamos expuestos y no tenemos ninguna garantía de que se nos vayan a conculcar nuestra propia libertad por parte de quienes tienen influencia decisiva sobre el devenir del planeta Tierra.
Tratemos de despejar estos supuestos, resta por lo tanto opinar sobre LaMDA y lo que tiene que ver para la persona humana, el hecho de la existencia real de máquinas que además de controlar ya muchos de los roles atribuidos a los hombres y mujeres, lo más delicado es que cabe la posibilidad de que en las próximas décadas, se nos vaya a controlar por ejércitos de cyborgs y policías dobots, que responden a las órdenes de quienes desde el Nuevo Orden Global, tomen el control total del planeta, en el cual sabemos por experiencia, han colocado monitores que tienen la capacidad de chequear a un número importante de personas que habiendo sido vacunadas, tienen metales que juntos permiten informar con datos precisos sobre información relevante que llevados a los repositorios, permiten tomar decisiones sobre las condiciones sociales desde la Web e Internet. Cada firma involucrada en las comunicaciones y acceso a través de programas y software, es lo que llama poderosamente la atención por su alcance y significación. Los dueños de tales herramientas con mecanismos de control, con filtración de la información requerida en los negocios, las relaciones, la seguridad, el transporte, los servicios, la alimentación, la salud, el clima, para ser cotejada y depurada, por parte de las máquinas pensantes, y un agregado muy posible, de que su uso en la práctica, esté disponible para los intereses de terceros.
El disponer de los ChatGPT 4, en cuanto a lo que implica para los sistemas de seguridad y del insumo para los servicios de inteligencia a nivel de las grandes corporaciones internacionales, hacen que estemos expuestos sin posible defensa de nuestros derechos y la seguridad personal y jurídica a mediano plazo. Esto es lo que resumiríamos con la alegoría de estar en una Matrix, donde se pretende y permite a las IA, nos dirijan como autómatas, siendo ellas las que tomen las atribuciones que fueron siglos antes exclusivas facultades de los seres humanos. Este es el sentido que se pone en alerta ante el paso desapercibido y con velocidad inusitada, que cada vez nos ha hecho más vulnerables ante el propósito que se estima están planteándose los pocos que son quienes van a controlar a las máquinas y sus IA. Se nos oculta la verdad, manteniéndonos en tinieblas desde hace ya mucho tiempo. Pero hemos salido del oscurantismo y la humanidad, aunque, subsistan los que zse empeñan en que continuemos ciegos y sordos ante las nuevas formas de control sobre la humanidad, como ha sido contado por la historia hace siglos. Por tanto nos corresponde hacer de la masa crítica que somos los muchos desplazados por el primer mundo hecho a imagen y semejanza de la ideología conformada por el Estado, la Iglesia, la propiedad por parte de las oligarquías, la burguesía y los función arios de una burocracia enquistada en los estadios superiores en que se ubican los controladores de los pueblos. El tiempo se agota y lejos de soluciones palpables, seguimos notando el deterioro de las condiciones de vida en el planeta, saturado de problemas serios y de un peligro real e inminente, que anuncian momentos cada vez más terribles que se irán incrementando en las próximas tres décadas de cara al capitalismo salvaje, y a los pocos que son ricos y cada vez acaparan más, siendo menos del 1% distribuidos en el mundo, que controlan al resto de la población en sus respectivos países. La posibilidad de que ello tenga efectos perversos sobre la realidad que se presenta ante nuestras humanidades, es lo que se está gestando y ya va muy avanzado, para el control por parte de los ejecutores, que llevan a cabo una agenda oculta y que muchos de los elegidos para que gobiernen a nombre del pueblo, son manipulados y haen todo lo contrario a los debidos procesos plasmados en sendas cartas magnas.