Parece que la mano peluda se dio cuenta que estabamos ganando la batalla en cuanto a que no dijéramos sanciones coercitivas, unilaterales, ornitorrincas e isopropílicas… si no sanciones ilegales, porque ilegales es una palabra que entiende nuestro pueblo patá en el suelo.
Entonces la mano peluda hizo de nuevo su trabajito y nosotros que no sabemos tener agenda propia pisamos otra vez el palito, y no pusimos a bailar al son que ellos nos ponen.
Una querida comunicadora me escribió diciendo "Camarada, no son sanciones, son medidas porque quienes son ellos para sancionarnos…" Crazo error porque si son medidas o como las quieran llamar, las usan como sanciones y tienen el doloroso efecto negativo de las sanciones.
Pero, querida compañera comunicadora y todos aquellos que me quieran parar, este no es un problema semántico ni de vocabulario, ¡Es un problema político...!
La palabra "Medidas" no le dice a nadie nada y por eso la mano peluda nos incita a usarla. En cambio, con lo orgulloso que es el venezolano/a como persona o como pueblo, la palabra sanciones nos resulta insoportable, porque exactamente quiénes son ellos para sancionarnos, a nosotros que somos el pueblo que libertó Simón Bolívar, libre y soberano.
Ya estamos en niveles de locura o es que somos bolsas, porque nos hicieron terrorismo, pero ellos (el hermano de la María Concha Alonso), dijo que eso era "Guarimba" y nosotros caímos en la trampa y empezamos a usar guarimba para disimular lo que ellos hicieron que es terrorismo.
Ahora nos tumban la palabra "Sanciones" que políticamente nos conviene a nosotros y nos imponen "Medidas" que les conviene a ellos.
Gracias a Nicolás estamos ganando una dura batalla contra un terrible imperio, pero hay evidentes secuelas de cansancio y agotamiento, con el agravante que nuestro trabajo en comunicaciones no ha sido nunca bueno.
Es urgente volver a elevar nuestros niveles de politización y de arrechera patria, es urgente agregar a las buenas acciones con que el gobierno bolivariano nos ha defendido, el entusiasmo de nuestros corazones. Y para eso es necesario usar las palabras adecuadas, en política una palabra u otra puede costar una elección presidencial, por lo que sería bueno, que alguien le pasara este artículo, a mi querido compañero presidente, también a Diosdado, a Alfred Nazaret y, por supuesto, a Tania Díaz, a ver si corregimos de una buena vez.
Ceterum censeo Carthago esse delendam. ("Además opino que Cartago ha de ser borrada"), Catón.
*Publicado en el Correo del Orinoco, página 13, 16 de mayo del 2023