En tres palabras

Queremos gobernar demasiado. La reelección gubernamental: Un buen gobierno. No garantiza reelección. Tampoco lo contrario

Lunes, 05/06/2023 02:06 PM

Si le preguntáramos a cualquier gobernante: ¿Es difícil gobernar? ¿Es un sacrificio hacerlo? ¿Trae problemas complejos y difíciles de resolver? Por lo general, la respuesta es SI.

Y si le preguntamos: ¿Le gustaría seguir gobernando? ¿Acepta el reto de gobernar de nuevo? Generalmente la respuesta es: SI.

Un líder político se convierte en gobernante e ipso facto, él o ella, y su equipo de gobierno o quienes le acompañan, lo primero que comienzan a pensar es en la reelección ¿O me equivoco?

¿Por qué esto es así? ¿Un problema de naturaleza humana? ¿Acaso el poder y asumir el gobierno es un elixir o una droga? ¿Por qué algunos quieren incluso ser reelectos indefinidamente? ¿No será mejor hacer como en las monarquías o elecciones papales y quien salga elegid@ se mantiene hasta su muerte? ¿No será mejor la elección alternativa?

¿QUEREMOS GOBERNAR DEMASIADO?

Friedrich Hayek Premio Nobel de Economía en 1974. Profesor de la Universidad de Viena. Exponente de la Escuela Austríaca. Liberal y oponente del Socialismo y la economía planificada. En su libro, "Democracia, Justicia y Socialismo" expresa:

"Se habla mucho de países que se vuelven ingobernable, pero pocos parecen darse cuenta de que la raíz del problema está en el afán de gobernar demasiado"

ME PREGUNTO ANTES DE CONTINUAR:

¿Será esta una verdad irrefutable? No voy, en esta oportunidad, a profundizar sobre el tema, sólo quiero compartir esta cita provocadora para preguntar y preguntarles: ¿Hay garantía de que si nos mantenemos gobernando por mucho tiempo, una y otra vez, haremos mejores gobiernos o gobernaremos mejor? ¿Es la reelección gubernamental la salida a nuestros problemas? ¿No será la reelección indefinida un problema mucho más grande que los que queremos resolver? ¿No será la baja capacidad de gobierno lo que afecta el éxito del gobierno? ¿Ser exitosos en la gestión de gobierno es garantía de que nos mantendremos en el poder o que repetiremos y seremos reelectos?

¿QUIÉN FUE PRIMERO EL HUEVO O LA GALLINA?

El hecho de que un gobierno sea exitoso y haga una buena gestión ayudando a satisfacer necesidades y resolver problemas prioritarios de nuestro pueblo, no es garantía de que, consultado electoralmente, este le ratifique su apoyo. Esto obedece a muchas razones:

1) Una parte del pueblo no se vio beneficiado y pasa factura o

2) Hay ingratitud sorprendente de quienes se beneficiaron,

3) Cambió el contexto en forma desfavorable,

4) No se diseñó y ejecutó un buen plan comunicacional (se pusieron los huevos y no se cacareo) y no se conocieron oportunamente los logros,

5) Fuerzas aliadas, por alguna razón, se retiran de la alianza vencedora,

6) Las fuerzas opositoras logran fortalecer su unidad y sumar a fuerzas que antes nos apoyaban y aprenden de la derrota.

7) A última hora se detectan debilidades, falencias, errores o actos de corrupción que no habían existido durante el período de gobierno.

Son, entre otras, algunas de las posibles causas.

¿HACER UN MAL GOBIERNO PUEDE AYUDARNOS?

Lo cierto es que, paradójicamente, lo contrario puede ocurrir.

Haciendo una pésima gestión un gobernante ha repetido y ha sido apoyado por el pueblo. Hay ejemplos por montón. De modo que no hay una relación directa - que funcione como ley determinista - entre hacer una buena gestión o realizar una gestión exitosa y ser apoyado electoralmente por el pueblo. Muchas y variadas son las circunstancias.

Lo que no debe quedar dudas es que, contrario a lo que piensan quienes llegan a decir que "nosotr@s no vinimos a hacer buenos gobiernos si no a hacer revolución" – como si la revolución y el gobierno fueran antagónicos y contradictorios – no hay nada más revolucionario que hacer una buena gestión que satisfaga las necesidades y expectativas de nuestro pueblo, aunque no nos reelijan electoralmente. Así como Jesucristo, Mahatma Gandhi, Simón Bolívar o el Che Guevara, quienes siendo consecuentes prefirieron entregar su vida para dejar para la posteridad el triunfo de su aparente derrota.

Lo ideal, por supuesto, es hacer una buena gestión y ser reelect@s para continuarla o culminarla. Que quien haga una mala gestión salga inevitablemente del gobierno y si desea regresar se forme para elevar su capacidad de gobierno. Lo ideal sería tener escuelas de gobierno, para formar a nuestros gobernantes y que quienes de allí salgan sean quienes puedan ser seleccionad@s para optar a ser elegid@s. Como lo hemos intentado hacer en ESCOLAG (Ver: www.escolag.org)

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