Ya en los años 1960 tanto el Che como Marcuse dijeron que la clásica clase obrera no era más el sujeto que protagonizaría la revolución que superase el capitalismo rumbo al socialismo y el comunismo. El Che dijo que la clase obrera de los países imperialistas era cómplice de sus oligarquías en el saqueo a los países dependientes, porque se beneficiaba con ese robo (pues, agrego yo, le daba acceso al confort básico que el capitalismo de los países ricos le ofrecían, y que tenía como algunos de sus objetos más representativos a los electrodomésticos e incluso, a veces, el automóvil). Marcuse, a su vez, extendió esa consideración al decir que la clase obrera había sido cooptada por la lógica de vida productivista-consumista-destructiva del capitalismo, interiorizando incluso su modelo represivo en lo concerniente a lo estético-erótico. Por eso, dijo, aunque la base material-tecnológica estaba creada para dar el salto cualitativo hacia una sociedad poscapitalista según lo ideado por Marx, los sujetos capaces de llevar adelante la lucha en pro de esa revolución estaban representados por los movimientos tercermundistas de liberación (en la época simbolizados por el Vietnam que combatía contra el imperio yanqui y por el socialismo) y en EEUU y Europa por los estudiantes rebeldes y por los hippies que se negaban a aceptar el paradigma capitalista que reunía como características descollantes el consumismo basado en el trabajo alienado, el militarismo represivo y la moral sexual hipócrita y mojigata. Pero Marcuse aclara que no cree que por sí solos ninguno de estos dos últimos movimientos sea capaz de liderar la revolución. El Che por su parte, basándose en la experiencia revolucionaria cubana, había destacado el papel del campesinado como protagonista de la guerrilla capaz de crecer hasta llegar a la victoria.
A esta altura de los tiempos vemos que en Abya Yala las grandes centrales sindicales de base obrera se han amoldado de hecho a los límites impuestos por el capitalismo. La prueba está en la circunstancia de que no se plantean ir más allá del capitalismo con rumbo socialista-comunista, sino que se limitan a reclamar mejores salarios y mejores condiciones de vida DENTRO del capitalismo.
En óptica ecomunitarista creemos que en Abya Yala está llamado a protagonizar el salto más allá de los límites capitalistas un Bloque diverso que debería integrar a los pueblos indígenas (fieles a su modelo de Buen Vivir comunitario-ecológico), los campesinos que cuidan la tierra practicando la agricultura orgánica y/o la pecuaria sostenible, los pescadores artesanales que evitan la sobrepesca, y un mosaico que incluye a partes de los excluidos del mercado y consumo capitalista, de las víctimas (y sus parientes) de las guerras/masacres causadas por el capitalismo, del estudiantado (aún no absorbido en la maquinaria productiva capitalista), y a sectores de movimientos como los sindicales (de asalariados), cooperativistas, ambientalistas, feministas, de negros (y otras minorías), de vecinos, y aún a individuos y/o grupos de las capas medias (como intelectuales, docentes, artistas y comunicadores alternativos). Claro que la composición de ese Bloque varía de país a país según sus características; pero/y consideramos en perspectiva ecomunitarista que son indispensables las coordinaciones continentales.
La gran dificultad y el gran desafío consiste en articular (a partir de las formas organizativas "comunidad" y "red", en cada país y en el Continente) en un solo gran Movimiento a todos esos componentes diversos para que actúen con continuidad perseverante con rumbo al ecomunitarismo en todas sus dimensiones, para que se haga realidad el principio que reza "de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad"; tal realización se hace posible con la abolición del desempleo a partir del reparto de las labores entre todas las personas aptas, e incluye la adopción de la frugalidad ecológica voluntaria, la abolición del salario y del dinero (porque las necesidades diversas de cada persona son atendidas directamente en bienes, servicios y condiciones de vida, sin ninguna medición ni mediación dineraria), y la reducción de la actividad productiva al mínimo tiempo necesario y ejercida en sistema de rotación según las vocaciones y capacitaciones de cada persona, para que cada persona se desarrolle como individuo universal en esa actividad y también más allá de ella (por ejemplo, gozando del ocio que permite disfrutar la vida, y/o practicando artes, y/o ayudando en tareas comunitarias, etc.).
Recordemos que el Ecomunitarismo se basa en las tres normas fundamentales de la ética, que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisión, realizar esa libertad en búsquedas de acuerdos consensuales con l@s demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana. (Esas normas balizan el terreno de lo que habrá de ser considerado como necesidades legítimas, a las que hace referencia el principio citado más arriba y la distribución de bienes, servicios y condiciones de vida a las que aludimos antes). Y el Ecomunitarismo se compone de las siguientes dimensiones (cuyo enunciado es fundamental para que la acción cotidiana tenga siempre un contenido y un sentido precisos, evitándose así los grandes equívocos y las trayectorias en círculo): una economía ecológica y sin patrones (de base comunitaria y/o cooperativa), la política de tod@s (basada lo más que sea posible en la democracia directa, a través de mecanismos asamblearios, plebiscitos y referendos), la educación ambiental generalizada (tanto en los espacios formales como en los no formales), la comunicación horizontal y simétrica (que ponga en manos de las comunidades y/o en las asociaciones de los componentes del citado Bloque los instrumentos de comunicación que actualmente están en manos de los capitalistas, desde la prensa escrita hasta la audiovisual y llegando a internet), un sistema de seguridad y defensa (mientras ambos sean necesarios) basado en el pueblo en armas, y un sistema de integración continental solidaria y de ayuda mutua (que apunte a extenderse a la Humanidad entera). La citada educación ambiental ecomunitarista habrá de abarcar (además de los aspectos cognitivo-ético-comportamentales de la educación entendida en su recorte tradicional) también una educación física formativa y cooperativa (y no competitiva, y nuca dineraria), una educación sexual libertaria (que promueva el libre placer consensualmente compartido, y combata el machismo y la homofobia), y una educación erótico-estética que promueva una despierta sensibilidad para la belleza de lo humano y de la naturaleza no humana (velando por la preservación-regeneración de la salud de ambos, como lo exige la tercera norma fundamental de la ética) y que ponga en las manos de tod@s las herramientas para hacer arte y para disfrutar las artes.
Ese Movimiento en pro del ecomunitarismo no aceptará plegarse a los límites que quiera imponerle la legalidad capitalista, y tampoco centrará su acción en la disputa electoral que hoy ofrece la seudodemocracia seudorrepresentativa capitalista, aunque no renuncie a valerse de una y otra cuando lo crea pertinente. Porque sabe que la revolución que apunta hacia el ecomunitarismo se construye más acá y más allá de esas instancias. Más acá en las múltiples iniciativas cotidianas comunitarias, asociativas y aún individuales que vayan promoviendo cada una de las dimensiones que componen el Ecomunitarismo. (Por ejemplo, y para tomar solo una de las dimensiones del mismo, hoy ya es posible que l@s docentes que así lo deseen usen las brechas que deja el sistema educativo del capitalismo para promover la educación ambiental ecomunitarista, aunque la misma no pueda desarrollarse plenamente a causa de las limitaciones que le imponen los controles capitalistas). Y más allá de la legalidad capitalista y de su modelo electoral porque la historia ha mostrado que las revoluciones se han consumado cuando las fuerzas insurrectas saltaron por encima de los límites de la participación que les ofrecía el viejo régimen, estableciendo una nueva legalidad. Dicho eso hay que recordar que el Ecomunitarismo apunta a la abolición del Estado en base a la administración comunitaria de las cosas y del intercambio sostenible entre los humanos y el resto de la naturaleza, al mismo tiempo en que apunta a la superación del Derecho Positivo y de la Moral, en base a los Cuasi-Razonamientos Causales que componen las normas de la Ética que la comunidad elabora y deroga o reelabora argumentativamente.
Bibliografía mínima
José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs), "Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco", disponible gratuitamente en
https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640
en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w
en https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/10827
y en https://es.scribd.com/document/561776175/Introduccion-Al-Ecomunitarismo-y-Educacion-Ambiental