Las Gacetas de las discordias en el Café, en la Venezuela Agrícola de lo que queda de "La Revolución Chavista"
No hay peor ciego que aquel que no quiere ver
El calvario de los agricultores en Venezuela es dantesco, de preocupación y de miedos, pues ya no se halla ante qué instancia acudir.
Los caficultores de Venezuela pregonan, como arrodillados, precios justos para continuar su actividad agroproductiva y le colocan "trapos rojos", le judicializan, le aplican acciones distractoras y otras que solo juegan al desgaste para apaciguar su potencial movilización.
Toda actividad agroproductiva precisa del elemento de rentabilidad y ella parte de la diferencia entre costos de producción y precios de ventas.
El mundo de los productores de café tienen vendiendo café, en promedio, a precios internacionales que están sobre la línea roja de los costos de producción y con una rentabilidad mínima, agravada por el abrupto incremento de los fertilizantes, derivado de la crisis bélica entre Rusia y Ucrania.
Paralelo a los años de bajos precios internacionales y en los últimos seis años, desde el Ministerio de Agricultura se fueron creando, en solitario y/o sin consulta con los productores, una serie de Gacetas oficiales cuyo propósito pareciera hacer más bajo los precios a nivel del productor con una "pseudoclasificación" tan estrictamente elaborada que presuntamente favorece al sector industrial que exporta el café venezolano.
En días pasados, reunidos en el poblado cafetero de Campo Elías (Trujillo) la profesora Yamir Contreras, el larense (de Humocaro) Henry Peres y Luis Horacio Duran (oriundo de Biscucuy) de Portuguesa logran hacer, a su modo, unas pruebas con muestras de café y reflejándolos en videos que hacen circular por las redes sociales, demuestran la trampa que las Gacetas inconsultas avalan.
¿Quién sabe más de café que un caficultor que lleva 30 o más años produciendo?
Desde el Ministerio de Agricultura creen engañar, pero nunca podrán hacerlo con el productor de café.
Las Gacetas y sus articulados son altamente cuestionables, más en lo que respecta a la clasificación del café para la asignación de los precios que, necesariamente, deben partir de cubrir los costos de producción, pero esto no favorece a los exportadores.
(Allí está el detalle, dijo Cantinflas)
Desde el Ministerio de Agricultura deben definirse y sin ambages declarar si defienden al productor primario o si por el contrario defienden al industrial que lleva siete años exportando café, bajo el sacrificio y descapitalización del productor primario.
Debe saber también, el Gobierno Nacional que los actuales 170 dólares que ofrece el mercado internacional por cada quintal de café, es equivalente a 45 dólares de los años ochenta, años para los cuales el café llegó a costar ochenta dólares.
El dólar se ha venido devaluando en los últimos cincuenta años.
Algunos lo ubican con una pérdida de su valor de compra en más de cinco veces su valor real del pasado.
El mundo, los técnicos del Ministerio y aún el mismo Ministro y Presidente de la Corporación Venezolana del Café, CVC, deberían conocer que para que el precio de los años ochenta fuese equivalente al día de hoy, nuestro quintal de café debería tener un precio de venta de 350 dólares aproximadamente.
Definitivamente, a la CVC y a la alta figura del Ministerio de Agricultura les hace falta documentarse un poquito más y desprendiéndose de lo que están impregnados, ofrecer una solución convincente para los golpeados productores de café.
Ing. MSc. Freddy Colmenárez-Betancourt.
fantonicb@gmail.com 11.585.479.
Ex Investigador para el cultivo del café en el I.N.I.A.
Caficultor larense.