¿Si tu hija te asegura que se siente Sirenita la consentirías y someterías a tratamientos para cumplir su deseo o intentarías por todos los medios, psicológicamente aceptables, convencerla de su naturaleza?"
La defensa de los derechos de las comunidades LGBTQ+ a expresar sus preferencias y modo de vida libremente ha tenido una buena acogida por la mayor parte de las sociedades del mundo y hoy se difunde sin tabúes el orgullo LGBTQ+. Esta posición está bien fundamentada en el derecho de todos a expresarnos y ejercer libremente nuestra personalidad mientras no vaya en perjuicio del derecho de los otros. Pero si la defensa de los derechos LGBTIQ+ no debe ser considerada "Heterofóbica" mientras no esté en perjuicio de ella, lo contrario debe ser igualmente válido.
Lamentablemente todavía hay defensores a ultranza de una ideología Homofóbica y por suerte son llamados como tal, pero no puede ser que a todo el que salga en defensa, como yo, de la ideología Heterosexual, sin afectar los derechos de la comunidad LGBTIQ* se nos acuse inmediatamente de Homofóbicos. Esto es como decir que se tiene el derecho a ser orgullosamente negro (de piel) pero no se puede ser orgullosamente blanco.
Hay quienes se fundamentan en la ideología del "fin de las ideologías" para asegurar que la lucha por la defensa de la comunidad LGBTIQ* no es ideológica. Veamos un poco esta discusión filosófica.
Nuestra especie humana es en esencia un ser de desarrollo Biopsicosocial. Biológicamente solo hay dos sexos que se complementan con fines reproductivos, claro que hay excepciones pero aun así estas excepciones con alteraciones fisiológicas pueden ser catalogadas científicamente como de sexo masculino a femenino y en su mayoría ejercer su papel reproductor.
El aspecto Psicológico es el mediador entre la biología humana y sus relaciones sociales. Nuestra Biología incide en aspectos psicológicos llamados instintivos, como la necesidad de reproducción y las relaciones sociales inciden de manera compleja en nuestra personalidad (Psicología), hasta el punto que lo que nos diferencia del desarrollo de las otras especies es nuestra capacidad de relacionarnos. Nuestras complejas relaciones sociales determinan esencialmente el desarrollo de nuestra personalidad.
Descartando intencionalmente la incidencia de nuestra biología en nuestra Psique pues esta nos lleva unilateralmente a la reproducción heterosexual y sus relaciones, se puede inferir que el género es un "fenómeno social" por lo tanto obedece a las ideas que conforman el sistema de creencias de cada quien, de manera que la cuestión de género es una ideología desde mi humilde perspectiva.
Un niño o niña nacen con sexo pero sin identidad de género, su biología junto a sus relaciones sociales termina definiéndole una personalidad que adopta un género. Sin relaciones sociales no habría ideología de género y terminaríamos siendo solo hembra o macho con fines reproductivos.
Por eso digo que a un niño o niña no puede definir una identidad de género porque la desconoce, así que un padre que impulsa o permite experimentos químicos o quirúrgicos en sus hijos (sin pensar que está condenando su biología a una disfunción de por vida a alguien biológicamente sano) para hacerlos coherentes con su "identidad de género" debe ser juzgado por abuso infantil (más aun sabiendo que estudios científicos demuestran que más del 90% de los niños con identidad de género distinta a su sexo terminan aceptando su sexualidad en la adultez). Es como si tu hija se siente la sirenita y le inyectes hormonas o le operes sus piernas para hacerla coherente con una idea que muy probablemente pronto dejará atrás. Lo correcto en este caso es hacerle reconocer su biología y no promover su pensamiento inadaptado.
Si algo quiero promover con estas palabras es que se evite la censura automática a quienes defendemos alguna ideología, que no acorralen al otro para imponer la suya. Todos tenemos derecho a tener y expresar nuestros sistemas de creencia mientras este no afecte al otro. Me abrazo al orgullo Gay y sus derechos y los insto a ser y vivir libremente su manera de pensar, pero soy irrenunciablemente defensor del orgullo heterosexual y de su promoción con el mismo derecho que ejerce la comunidad LGBTIQ+.
Después de que cada quien pueda hacerse responsable de sus acciones, tiene todo el derecho a ser y actuar como desee libremente sin el menoscabo del derecho del otro.