Aquel vendedor de polvorosas, catalinas y cortados apreciado por los niños y adultos de los barrios Eutimio Rivas, 19 de Abril, El Prado, Cabriales y Unión de nombre Eloy Velazco oriundo de Portugal, habitaba en la calle López del barrio "Pueblo e paja" hoy Eutimio Rivas de Valencia – Carabobo; vendía sus dulces en una bicicleta de reparto y su sitio de esparcimiento y descanso para la reflexión era aquel frondoso árbol de mango que terminó con su vida un 12 de abril de 1963, un viernes santo cuando se conmemora la crucifixión de Jesús y su muerte en el Calvario.
Eloy Velazco gozaba de un gran aprecio de los niños, quienes estaban pendientes cuando pasaba montado en su bicicleta o iban donde era costumbre encontrarlo, bajo el árbol de mango que se encontraba a la derecha del puente Dos Bocas, como se conocía antes, lo que es hoy el Ahorcao.
Ese día Eloy salió de su casa, se dirigió a la iglesia San Juan María Vianney, ubicada a dos cuadras del puente buscando consolación ante tan intenso sufrimiento pero, con un pensamiento fijo y decisivo se dirigió al puente Dos Bocas colgó una cuerda del árbol de mango y terminó con su vida; el revuelo fue tan grande nadie lo podía creer, niños y adultos lloraron a este humilde y afable vendedor de catalinas; desde ese día, el lugar pasó a llamarse puente "El Ahorcao" como lo pronuncia él pueblo. Se tejen muchas versiones de su muerte: que se encontraba solo y triste por estar lejos de su tierra, que tenía deudas, que tuvo una decepción amorosa de esas que duelen hondo y a la calladita uno las esconde y llora.
En 1997 en la Secretaría de Obras Públicas del Estado Carabobo de aquel entonces se discutía que nombre ponerle al nuevo puente el cual iba a ser reinaugurado al siguiente año, la idea era quitarle el nombre de "el Ahorcao" pero el pueblo se impuso al llamarlo puente el ahorcao.
Con esta historia se demuestra que el poder popular tiene tanta fuerza que es capaz de cambiar nombres de sitios, cosas y lugares sin necesidad de hacer leyes ni ordenanzas.