"Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella".
Joan Báez.
La intempestiva renuncia de la vicepresidenta de la Comisión Nacional de Primaria (CNP), María Carolina Uzcátegui, alegando que no están dadas las condiciones para la realización de ese proceso, encendió las alarmas de la Venezuela en crisis, finalizando este julio2023. Se especula que es con el fin de implosionar el proceso de elección de la candidata o candidato de la unidad opositora. Con esta renuncia-estrategia las primarias parecen entrar en una nueva fase de sucias maniobras.
En Venezuela el país más hermoso de la América Latina, existe una abrumadora podredumbre política. Pero tiene o tuvo la oportunidad de llegar a serlo mucho más si fuera administrado por, personas que se entreguen cien por ciento a sus actividades gubernamentales, con honestidad y patriotismo, que utilicen bien los recursos públicos y naturales como el Arco Minero, y La Faja Petrolífera del Orinoco, donde se desarrollen más proyectos pensados para que la ciudadanía esté a gusto y orgullosa en su nación.
Sin embargo, hay pocos avances, demasiadas injusticias, y robos que desaniman. Y eso se debe a que aquí actúan en política los peores seres humanos, muchos hambrientos de poder y dinero, según las diarias narrativas de las noticias en los medios de comunicación digitales, aunque se puede notar también que hay personas respetables en contraposición a aquellos, que marcan notoria diferencia, y que permiten seguir soñando, de que todo puede mejorar.
Entre los delincuentes-alacranes, que se hacen llamar políticos no solo hay ladrones del dinero público, sino que además están esos comerciantes asiáticos, y del medio oriente que arrebatan, especulan, explotan, y arruinan en sus salarios, y en esclavizantés jornadas de trabajo a la juventud, y al pueblo trabajador venezolano, tal como se ve en forma impune que está sucediendo, por lo cual no se yerra, cuando se les califica como lo peor de la sociedad venezolana.
Esos ruines sujetos merecen el repudio ciudadano en el lugar que sea, ya que las instituciones no funcionan como para que todos ellos sean castigados como corresponde. y se pongan las cosas en su lugar.
Estas falencias y carencias nos ayudan a entender por qué Venezuela tiene la cruz al revés de ser el mayor cementerio de partidos políticos. Tristemente vemos el aspirar a la candidatura presidencial opositora 2024, las candidatas y candidatos están pagando un precio muy alto. En consecuencia, la mercantilización del derecho a ser elegido se convierte en caldo de cultivo que fomenta la corrupción, la deslealtad y la enajenación política.
También es una realidad que en Venezuela como, los partidos políticos son espacios de poder donde resuenan y se imponen las mafias de la más baja calaña intelectual. Ningún partido político se ha interesado en moralizar su estructura organizativa interna, lo que siempre ha predominado es el pranato alacrán.
Por ello, cuando pienso en la podredumbre política que se desenvuelve en medio de la cloaca manipuladora de la politiquería de albañal, pienso en el desafío que tiene la ciudadanía venezolana de hacer un alto frontal al aprovechamiento egoísta del poder por parte de todos los partidos políticos. Uno de los caminos es desenmascarar y transformar de raíz a esa politiquería que irrespeta los principios democráticos, carece de proyección histórica y engaña a la ciudadanía con discursos falaces.
A mi modo de ver, toda transformación política de fondo no se logrará sin formación y disciplina moral. De nada sirve conformar nuevos partidos políticos o hacer alianzas o coaliciones entre partidos de izquierdas que prometen ser diferentes, si no limpian sus estructuras internas. Peor aún si continúan encerrados en sus burbujas, toman decisiones unilaterales e ilusamente construyen discursos que buscan hacer creer que representan a todas y todos los venezolanos. Con ello, cometen los mismos horrores que cuestionan, y han sembrado estas desagracias.
En fin, no bastan las buenas intenciones ni los buenos discursos, se necesita tejer una acción estratégica para la formación cívico-ciudadana democrática, pluralista y humanista.
Esto es parte de la interrogante que tienen los electores venezolanos en la venideras elecciones presidenciales del 2024. Así, y parafraseando a los norteamericanos: "god bless América": "Dios bendiga a Venezuela".