El Concilio Vaticano II y el CELAM Medellín, entre los años 1961-1968, marcaron un nuevo hito en la historia de la Iglesia, en especial con la Encíclica Gaudium et Spes con el compromiso de justicia. Un grupo de obispos, entre ellos, Mons. Valencia Cano, Romero, Angelleli y Girardi, quienes fueron asesinados, hacen el juramento de las Catacumbas, de vivir una opción radical por los más pobres, dejar privilegios, lujos, y asumir una vida sencilla, al servicio de los más pobres, explotados y marginados. Medellín dará un aporte avanzado en el contexto de América Latina, en su opción por los más pobres, exigencia de justicia y paz.
El aporte dado por las comunidades cristianas ecuménicas, resulta una fuerza espiritual y social. Desde América Latina y el Caribe resalta el impulso de transformación de la iglesia desde un estilo jerárquico a una iglesia pueblo de Dios, con la esperanza de un mundo nuevo, con alegría, con el sueño de seguir articulándonos con todas las regiones. Y reafirmar su rumbo orientador como comunidades pobres, que luchan contra la pobreza y transforman la realidad.
Este compromiso se expresa en el aporte de las comunidades eclesiales de base (CEBs) con espiritualidad ecuménica liberadora en Nuestra América. Debemos continuar enamorándonos de este modelo de hacer Iglesia y así poder transmitirla a los demás. Las CEBs hoy son un Kairós, parte del proceso de renovación de la Iglesia. Frente a la tiranía del mercado divinizado, en la Iglesia no deben existir dos clases de cristianos, clérigos y laicos, sino una sola comunidad ministerial y evangelizadora. Las Comunidades Cristianas de Base, son el núcleo fundamental de la comunión eclesial, pasar de la parroquia tradicional, estructura centralizadora y clerical, a comunidades de servicio en el seno de la sociedad.
En este sentido, muchas comunidades cristianas de Venezuela aprecian el testimonio de vida del misionero y sacerdote Bruno Renaud, quien dedicó su vida a las causas justas, a fortalecer las comunidades eclesiales de base, acompañando al pueblo de Petare por más de 50 años sembrándose definitivamente en el corazón de sus comunidades el 11 de julio 2023. El sacerdote Pablo Urquiaga afirma: Recuerdo que Bruno vivía en un barrio de PETARE en un ranchito y venia todos los días al seminario a dictar clases y después volvía al barrio; resulta ser que los fines de semana él nos invitaba al barrio donde servía y allí descubrimos que era un verdadero maestro de JESUS. Bruno era distinto pues en el barrio demostraba, con hechos y no con palabras, que él si hacia lo que nos decía en clase y empezamos a creer que si era un verdadero discípulo y profesor autentico.
Desde Fundalatin, Idhes y La Red Ecuménica de Venezuela, nos unimos al testimonio de vida, entrega y servicio que ejerció el hermano Bruno Renaud. Y en este tiempo de esperanza, sigamos trabajando desde la originalidad de nuestra identidad, pues testimonios de vida como los del padre Renaud nos permitan seguir renovando y fortaleciendo el compromiso con la justicia, con espiritualidad ecuménica liberadora para así poder potenciar el trabajo comunitario, con la Alegría del Evangelio.