-Vivir entre dos milenios y durante dos siglos, no tiene precio: II Y III Milenios- Siglos XX y XXI.
Gracias a ello, Aprendí a dudar de todo lo que percibo a través de los sentidos. -
Esa es la disyuntiva en la cual nos encontramos los seres humanos del planeta tierra a comienzos del Tercer Milenio de la Era Cristiana. Si crees todo lo que te atapuzaron en el cerebro, los que fueron Ungidos, desde antes de nacer, para Ejercer El Poder, tienes el chance de morir en sana paz y optar al cielo prometido. Si acaso fuiste mal influenciado para que usaras tu cerebro y pensaras y eres parte de los que NO han detentado El Poder desde hace Siglo, es muy posible que después de leer este artículo tu destino final será el de morir prematuramente y hervir en la Quinta paila del infierno por toda la eternidad.
Pensar o Creer, he ahí el dilema. Son muchos los creyentes y pocos los pensantes. Pensar es riesgoso. ¡Si quieres ser feliz, No pienses! Deja que los que están predestinados a Pensar, piensen y lo hagan por ti. Tu dedícate a Creer lo que ya está escrito en los textos sagrados. Eso es lo que aconsejan en las redes sociales. No pierdas tu tiempo, vive el momento. El pasado ya pasó y el futuro es imprevisible; además lo que va a suceder no depende de tu voluntad. Tu Existencia es para que Creas, No para que Pienses. Bueno para no ser extremista, te vamos a permitir Pensar, pero tienes que Pensar lo que nosotros queramos o te permitamos que pienses. Okay? Esta es más o menos la corriente filosófica en la cual me ha tocado sobrevivir en los últimos 20 años. Antes no era así; ya todo estaba dicho y no había nada en que pensar, ya la culta y sabia Europa había parido a los hombres y mujeres que habían sido destinados por la divina providencia a Pensar per omina, secula secularum.
En todos los pensum de estudios, de todas las universidades de Occidente, estaban ya instituidos y oficializados todos los contenidos y autores europeos ( y algunos norteamericanos), los cuales debían ser estudiados y citados para optar a los títulos universitarios y grados académicos que otorgaban y eran requisito indispensable para subir en la escala social que daba derecho a gozar de los privilegios que las sociedades de cada país otorgan, a los que han seguido y obedecido las reglas de convivencia establecidas por los grupos que detentan El Poder. Éramos felices con eso y no lo sabíamos. De pronto insurgen hombres y mujeres que se atreven a Pensar por Cuenta Propia y ponen al mundo científico positivista patas arriba y se formó el paran pampam.
Yo, por estar leyendo lo que no debía leer y estar pensando en lo que no debía pensar, me he dado por publicar lo que no debo y desde entonces me encuentro formando parte de los grupos condenados y excluidos por atreverme a pensar y a decir lo que no debo. Como ya tengo 83 años de edad y para más vaina soy Negro y no tengo nada que perder, voy a dedicarme a labrar mi camino al Infierno, donde le prometí a mi compadre Oscar Ortega encontrarnos. Amigo lector o lectora, estas a tiempo de echarte para atrás y dejar de leerme.
Desde, que me topé con el Dr. Miguel Ruiz, chaman de la sabiduría tolteca mexicana ( El o la que no sepa quién es este señor y quiera saberlo, que lo busque en google) me entró la pensadora. Eso es como un germen que se va apoderando de la mente, el cual me saco de ser Víctima y me transformó en Guerrero para luchar contra los Verdugos, jueces y Tiranos opresores que me impedían ejercer mi derecho a la felicidad, razón por la cual vine a este mundo transformado en Ser Humano. En esa parte del proceso invertí 10 años y ahora llegue a la etapa de la sabiduría, donde podré dejar plasmada mi Obra de Arte. Y eso es lo que voy hacer de ahora en adelante, dejar por escrito El Mensaje que me corresponde dejar, antes de pasar a otro plano.
Comenzaré relatando como fue que caminé el camino andado y a través de este relato comunicar lo que ahora yo pienso. No vaya nadie a pensar que dejar de CREER es fácil. Fue a los 50 años de edad que dejé de hacerme la señal de la cruz cuando pasaba frente a un templo de la iglesia católica. Yo a los 8 años hice mi primera comunión y pasé a ser monaguillo en la iglesia de mi parroquia. A los 17 años ya era dirigente nacional de la Juventud Obrera Católica de Venezuela y a los 19 (año 1959) viajé al Perú como delegado por Venezuela a un Congreso Continental y estuve en Machu Picchu, ciudad sagrada de los Incas. Cuento todo esto para que mis lectores puedan tener elementos para evaluar el contenido de mis escritos.
Tampoco es fácil descubrir que existen dos mundos, El Real y El Virtual. Uno Verdadero y otro falso que trata de reflejar al verdadero y lo va distorsionado con mentiras que aceptamos por nuestra incapacidades y limitaciones para entender y explicar la realidad que nos rodea. Los que llegaron primero tratan explicar a los que vienen atrás y usan el lenguaje oral para hacerlo y por ello describen lo que han visto y le colocan nombres a esas cosas y se ponen de acuerdo en cómo llamar e identificar eso que están viendo. Sin ACUERDOS previos la convivencia humana sería imposible. Es por ello que EL CREER Y NO PENSAR, ha sido el Primer ACUERDO con el cual nos hemos sostenidos y mantenidos durante los tres milenios de los cuales podemos dar cuenta como civilización humana. Continuaremos en la próxima entrega…