El Veredicto Climático de Charles Brewer Carías

Lunes, 14/08/2023 01:36 PM

Las declaraciones de Brewer Carías sobre el calentamiento global dejan al descubierto no sólo su ignorancia, sino su confusa irresponsabilidad con generaciones futuras ante la amenaza más devastadora que ha enfrentado la humanidad en toda su historia (https://twitter.com/i/status/1690074723109994496 )

Carías sentencia que el calentamiento global que se registra en la actualidad se debe sólo a lo que llama "Ciclos de Miljanovich":

" El calentamiento global no es culpa del hombre.

Es culpa de los Ciclos de ‘Miljanovich’

Es una inclinación en el eje de la Tierra. Un cambio en el eje de la tierra es lo que produce las glaciaciones o los calentamientos globales. En los últimos dos millones de años, durante el Paleozoico, ha ocurrido 40 veces "

Pocas veces se han visto tantos errores en tan pocas palabras.

El Paleozoico se inició hace 540 millones de años y culminó hace 252 millones de años.

Los últimos 2,6 millones de años pertenecen al Cuaternario.

Brewer Carías se equivoca por apenas 250 millones de años.

Si el "cambio en el eje de la Tierra" ha ocurrido 40 veces en los últimos 2 millones de años, habría ocurrido aproximadamente cada 50.000 años.

Sin embargo, el giro del eje de rotación de la Tierra, la recesión de los Ciclos Orbitales de Milankovitch (no existen los ciclos de "Miljanovich" que menciona Brewer Carías) ocurre cada 25.772 años.

Su efecto sobre el clima se debe a la modificación de la posición relativa de los solsticios y los equinoccios respecto al afelio y al perihelio.

En la actualidad el solsticio de verano coincide con el afelio en el hemisferio norte. El norte de la Tierra apunta hacia la Estrella Polar. Dentro de unos 12.700 años se cumplirá el ciclo y el solsticio de verano coincidirá con el perihelio. El norte de la Tierra apuntará hacia la estrella Vega, en la constelación de Lira.

Faltan 12.700 años para que se cumpla el giro del eje de la Tierra. Mientras que el calentamiento global actual ha ocurrido en apenas cien (100) años.

El acelerado calentamiento global actual es independiente de la precesión de los ciclos de Milankovitch.

La influencia de los ciclos astronómicos en el clima terrestre fue propuesta en el siglo 19 por científicos como Joseph Adhemar y James Croll. Ambos relacionaron las glaciaciones con cambios climáticos debidos a variaciones cíclicas en la órbita terrestre.

El modelo de Milutin Milankovitch de inicios del siglo 20 se basa en tres parámetros cíclicos debidos a las interacciones gravitatorias del Sistema Solar: la excentricidad de la órbita, la oblicuidad y la precesión.

La excentricidad mide la forma de la órbita terrestre en torno al Sol; es una elipse que aumenta y disminuye en ciclos de 100.000 años.

La oblicuidad se refiere al ángulo que forma el eje de rotación terrestre con una línea perpendicular al plano de la órbita. Varía de 22,1° a 24,5° en ciclos de 41.000 años. La oblicuidad actual es de 23,5°.

La precesión describe el giro del eje de rotación alrededor de la perpendicular al plano de la órbita, describiendo un cono. El eje da una vuelta completa cada 25.772 años.

Dado que señala al norte, este movimiento implica que no siempre apunta hacia la estrella Polar, como sucede ahora. Hace unos 13.000 años, el norte lo marcaba Vega. Volverá a hacerlo dentro de 12.700 años.

Evidencias geológicas confirman la sucesión de épocas glaciares y períodos cálidos durante cientos de miles de años, con una regularidad de aproximadamente 120.000 años, mientras que el giro del eje de rotación de la Tierra (precesión) es de sólo 25.772 años.

Los ciclos de Milankovitch, particularmente la precesión, sirven sólo como detonantes de estos cambios. Inician el ciclo de calentamiento en los períodos interglaciares. Derriten el hielo, se reduce el albedo, el planeta absorbe más energía, aumenta la temperatura, se derrite más hielo y se acelera el calentamiento. Al aumentar la temperatura del océano se reduce la solubilidad del CO2 y aumentan las emisiones a la atmósfera. La acumulación de CO2 en la atmósfera amplifica el aumento de temperatura.

En los ciclos de Milankovitch las emisiones de CO2 proceden del aumento de temperatura con un retraso promedio de aproximadamente mil años. Una vez que se inicia, la acumulación de CO2 en la atmósfera acelera los aumentos de temperatura, impulsando a su vez mayores emisiones de CO2.

Los ciclos de Milankovitch, particularmente el giro del eje de rotación de la Tierra, la precesión, es sólo el precursor de estos cambios. La acumulación de CO2 en la atmósfera es lo que determina el nivel de calentamiento que finalmente se establece.

Entre las primeras advertencias sobre el calentamiento global se destaca la del matemático y físico francés Joseph Fourier, quien en 1824 describía con sorprendente precisión el efecto invernadero, en un intento por explicar lo que mantiene en equilibrio dinámico la temperatura de la Tierra.

Fue Fourier quien acuñó el término balance energético planetario, el equilibrio entre la energía que la Tierra recibe del sol y la que emite como radiación infrarroja (calor) hacia el espacio.

Veinte años más tarde, John Tyndall construyó un espectro-fotómetro para medir el calor que gases como el CO2 y el ozono pueden absorber. Pudo demostrar que los principales gases que forman la atmósfera, como el nitrógeno (78%) y el oxígeno (21%) son esencialmente transparentes tanto a la luz solar como a las radiaciones infrarrojas. Pero otros gases, como el CO2 y el metano, son opacos a la radiación de calor: absorben cerca del 95% de las ondas infrarrojas, acumulando calor "como los ladrillos de una cocina".

A finales del siglo 19, un físico sueco, Svante Arrhenius, amplió las investigaciones de Tyndall para determinar el efecto de cambios en la concentración de CO2 en la atmósfera sobre la temperatura media del planeta. En 1896 publicó los resultados de sus investigaciones: si la concentración de CO2 se duplica, la temperatura debería aumentar unos 3°C.

Un siglo más tarde, el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambios Climáticos (IPCC) confirmó que, de duplicarse la concentración de CO2 en la atmósfera la temperatura promedio aumentaría 3°C. Este parámetro se conoce hoy como sensibilidad climática.

Es también un hecho incontrovertible que durante el Holoceno, los últimos diez mil (10.000) años, la concentración de CO2 en la atmósfera se mantuvo relativamente constante, alrededor de las 280 partes por millón (ppm). La temperatura promedio se mantuvo también relativamente constante, con variaciones máximas de 0.5°C en ambas direcciones. Fue durante este corto período que se desarrolló la civilización humana.

Es igualmente incontrovertible que en los últimos cien (100) años los humanos han venido inyectándole a la atmósfera gigantescas cantidades de CO2, principalmente por consumo de combustibles fósiles, un acumulado de 2.500 giga-toneladas entre 1900 y el 2022, aumentando la concentración en 50% para alcanzar en la actualidad 420 ppm.

Tomando en consideración los otros gases de efecto invernadero, como el metano y el óxido nitroso, la concentración total actual de gases de efecto invernadero es de 530 ppm de CO2-equivalentes, casi el doble de la concentración de equilibrio de la época preindustrial.

La temperatura de equilibrio correspondiente a la concentración actual de gases de efecto invernadero en la atmósfera es tres grados centígrados (3°C) por encima de la que reinó sobre la superficie de la Tierra durante los 10.000 años de desarrollo de la civilización humana.

El aumento registrado es de apenas 1,2°C en la actualidad. Los aerosoles, en su mayor parte provenientes del consumo de hidrocarburos, neutralizan aproximadamente 1,3 W/m2 de energía, temporalmente bloqueando el equivalente a 1°C de aumento en temperatura. Mientras que la inercia climática retrasa entre 20 y 30 años el registro de 0.8°C adicionales.

Las condiciones están ya establecidas para un aumento en la temperatura superficial promedio de 3°C sobre el promedio de la época pre industrial, con consecuencias catastróficas no sólo para la especie humana, sino para la sobrevivencia de la mayoría de las otras especies animales y vegetales con las que compartimos la vida en la Tierra.

"A mediados del plioceno, hace 4 millones de años, la concentración de CO2 en la atmósfera oscilaba alrededor de las 400 partes por millón (ppm), similar al nivel actual. La temperatura superficial promedio oscilaba entre 2,5ºC y 3ªC sobre el promedio actual y el nivel de mar se encontraba entre 20 y 24 metros sobre el que conocemos"

Academia Nacional de la Ciencia de EUA: Climate Change - Evidence and Causes 2013

"Un calentamiento de 3 a 4°C tendría consecuencias desastrosas. La continuación de las emisiones provenientes de combustibles fósiles sería un acto de extraordinaria y deliberada injustica inter-generacional"

Assessing Dangerous Climate Change 2013. Instituto de Estudios Espaciales de la NASA, Universidad de Columbia, Institut Laplace, Francia, Universidad de Estocolmo, Universidad de Harvard, Universidad de California.

"En el período interglaciar Emiense, hace 125.000 años, cuando la temperatura superficial promedio aumentó cerca de 2°C sobre el promedio de la época preindustrial, el nivel del mar oscilaba entre 5 y 9 metros sobre el nivel actual. El límite de los 2°C no garantiza seguridad, pues provocaría un aumento en el nivel del mar de varios metros, junto a numerosas otras consecuencias disruptivas para los ecosistemas y la sociedad humana… Un aumento en la temperatura superficial promedio de 2°C sobre el promedio de la época preindustrial es altamente peligroso"

- NASA, Columbia University, Institut Laplace, Academia de Ciencias de China. Atmos. Chem. Phys. Discuss., 15, 20059–20179, 2015.

Es en este contexto que debemos considerar las grotescas declaraciones de Brewer Carías.

Bordeando la demencia señala: "Un solo volcán que se prenda es más que todos los automóviles y todas las industrias prendidas durante años"

Los movimientos tectónicos activan la actividad volcánica para emitir carbono desde las entrañas de la Tierra. De acuerdo tanto con USGS (US Geological Survey), como con las investigaciones del Centro de Estudios Espaciales de la NASA y con los resultados del mas reciente informe del IPCC (AR6 2021), la actividad volcánica global emite un promedio de 300 millones de toneladas de CO2 por año, menos del uno por ciento (1%) de las emisiones de CO2 provenientes de la actividad humana: 40.000 millones de toneladas anuales.

"La contribución de la actividad humana al ciclo de carbono es mas de cien (veces) superior a la de todos los volcanes del mundo juntos" - NASA ( https://climate.nasa.gov/faq/42/what-do-volcanoes-have-to-do-with-climate-change/ )

"La investigación científica acumulada hasta la fecha indica que la actividad volcánica, tanto aérea como submarina, emite menos de uno por ciento (1%) de las emisiones de CO2 provenientes de la actividad humana. Las emisiones combinadas de la actividad volcánica global varían entre 0,13 y 0,44 giga-toneladas anuales" – US Geological Survey

https://www.usgs.gov/programs/VHP/volcanoes-can-affect-climate

De acuerdo con las estadísticas de la Agencia Internacional de Energía (EIA) la flota de automóviles (carros, camionetas, camiones, motocicletas, SUVs) emite en la actualidad 6.000 millones de toneladas de CO2 por año, mientras que la actividad industrial emite 6.400 millones adicionales, para un total combinado de 12.400 millones de toneladas por año, cuarenta (40) veces más que toda la actividad volcánica anual, tanto superficial como submarina. Lo que afirma Brewer Carías es completamente falso.

En supina y senil ignorancia, Brewer Carías afirma: "El calentamiento global es una propaganda de los ecologistas".

Es evidente que desconoce el acervo científico condensado en los informes periódicos de los últimos 30 años por parte del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático, órgano asesor científico de la Organización de Naciones Unidas.

Ignora también que a solicitud del gobierno norteamericano, 300 científicos especializados en diferentes aspectos del calentamiento global, incluyendo a la Academia Nacional de las Ciencias, NASA, NOAA, EPA y especialistas de otras 11 agencias gubernamentales, académicos e investigadores de MIT, universidades de Washington, Michigan, Arizona, Lousiana, Alaska, Boston, Ohio, Kentucky, Oregon, Maryland, Florida, Illinois, entre otros, prepararon la Evaluación Nacional sobre el Clima 2014 (2014 National Climate Assessment).

Entre sus contundentes conclusiones:

"El calentamiento provocado por la actividad humana es real y sus consecuencias son ya evidentes en la agricultura, el suministro de agua, la salud humana, la energía, el transporte, los bosques y otros ecosistemas".

"La temperatura en el Ártico aumenta al doble de la tasa promedio del planeta, provocando la pérdida del hielo marino ártico a muy corto plazo, 80 años antes de lo previsto hace sólo una década".

"La capa de hielo en la Antártida Occidental se encuentra condenada, lo que provocará un aumento de aproximadamente ocho (8) metros en el nivel del mar".

"Cien millones de habitantes de Bangladesh tendrán que buscar otro lugar donde vivir".

"Ciudades costeras alrededor del mundo tendrán que mudarse, un reto magnificado por la crisis económica y las enfermedades".

"Mil millones de personas sufrirán hambrunas en 20 a 30 años".

"El calentamiento global es primordialmente causado por la actividad humana, predominantemente por la combustión de combustibles fósiles. El cambio climático inducido por la actividad humana tiende a acelerarse significativamente si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en aumento".

En Enero 2016, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos emitió la Directiva 4715.21 titulada: "Cambio Climático – Adaptación y Resiliencia". Ordena a todos los componentes del Pentágono y a todos sus comandantes militares alrededor del mundo "colocar al calentamiento global al frente y centro de su planificación estratégica". "Todas las dependencias del Departamento de Defensa en cualquier parte del mundo deben estar en capacidad de adaptar sus operaciones actuales y futuras al cambio climático, con el fin de mantener la efectividad y la eficiencia de las fuerzas militares de Estados Unidos"

Esta directiva complementa la Estrategia Nacional de Seguridad, establecida por el presidente Obama en el 2015 (US National Security Strategy 2015 – The White House), en donde se establece: "El cambio climático es una amenaza urgente y creciente a la seguridad nacional de los Estados Unidos".

El Informe Sobre el Desarrollo Mundial del Banco Mundial (WB WDR 2015) señala:

"Responder al cambio climático es uno de los retos definitorios de nuestro tiempo. Una masiva evidencia científica establece que la actividad humana es la causa de los cambios en el clima del planeta, con consecuencias potencialmente catastróficas. La evidencia sobre los riesgos del cambio climático se reporta en el más reciente informe de IPCC 2014, ampliamente considerada la evaluación más autorizada del conocimiento científico sobre el cambio climático".

"En la historia de la civilización moderna, la superficie de la tierra nunca ha estado tan caliente. Las causas están claramente definidas. Las concentraciones de gases de efecto invernadero, tales como el dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, son demasiado altas, como nunca antes en los últimos 800.000 años".

Una de las más recientes evaluaciones de publicaciones científicas sobre el calentamiento global, titulada Cuantificando el Consenso Sobre el Calentamiento Global Antropogénico en la Literatura Científica (Quantifying the consensus on anthropogenic global warming in the scientific literature, ERL May 2013), publicado en la revista Environmental Research Letters en Mayo 2013, concluye que el 97% de las publicaciones y de los autores concuerda en que el calentamiento global es una amenaza cierta y creciente para la estabilidad planetaria y que su origen radica en la actividad humana.

Un estudio similar fue realizado por un equipo de especialistas de la Universidad Tecnológica de Michigan, la Universidad de Reading, Inglaterra, Memorial University, Canada y la Universidad de Queensland, Australia. Analizaron 11.944 trabajos de investigación publicados entre 1991 y el 2011. Sólo el 0.7% rechazó el origen antropogénico del calentamiento global. El estudio concluye: "Los trabajos que rechazan el consenso del origen antropogénico del calentamiento global es una pequeña y languideciente proporción de la investigación científica publicada".

Powell realizó una evaluación de 13.950 artículos publicados en revistas científicas arbitradas entre enero 1991 y noviembre 2012. Sólo 24, el 0.2%, "negaban clara y explícitamente el calentamiento global o sostenía que algún otro proceso, diferente a la actividad humana, explicaba el calentamiento observado" (Climate Deniers have no scientific credibility, Desmog April 2015).

La revista especializada Environmental Research Letters publicó en febrero 2016 un lapidario análisis sobre el consenso científico internacional sobre el calentamiento global (Environ. Res. Lett. 11 -2016 - 048002). Preparado por un equipo de especialistas de las universidades de Harvard, Princeton, Michigan, California Institute of Technology, Edinburgh, Bristol, Queensland, Brisbane, Luisiana, Utah y Amsterdam University College, destaca que el 97% de 12.000 trabajos especializados de investigación científica sobre el calentamiento global concuerda tanto en su alarmante magnitud como en su origen antropogénico.

El informe señala explícitamente: "Los científicos climáticos coinciden abrumadoramente en el origen antropogénico del calentamiento global. Este consenso se encuentra fielmente articulado por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) cuando señala que la influencia humana es la causa dominante del calentamiento global registrado en el siglo 20. Las academias nacionales de ciencia de 80 países se han pronunciado apoyando este consenso".

Los escépticos y negacionistas, tanto del calentamiento global como de su origen antropogénico, han sido reducidos a una agonizante minoría debido fundamentalmente a la incoherencia y falta de evidencias de sus argumentos, aunque los enmascaren en retórica científica. La abrumadora contundencia de crecientes y cada vez más precisas evidencias científicas reafirma que el calentamiento global, producto de la actividad humana, no es una predicción, sino un fenómeno presente y en acelerada evolución, socavando con inusitada efectividad el equilibrio natural del que depende la sobrevivencia misma de la humanidad.

El abrumador consenso de la comunidad científica internacional sobre el origen y la magnitud de éste fenómeno, ha servido como basamento para la suscripción del Acuerdo Climático de París por todos los países del mundo en diciembre del 2015, tras 23 años de negociaciones y una explosión de la investigación científica sobre los diferentes aspectos de este fenómeno durante el mismo período.

"Es ahora más cierto que nunca que los humanos están cambiando el clima de la Tierra. La evidencia es clara. La actividad humana, especialmente la quema de combustibles fósiles desde la revolución industrial, ha aumentado la concentración de CO2 en la atmósfera en un 40% entre 1800 y 2012. Las mediciones de diferentes isótopos de CO2 revelan que su aumento en la atmósfera se debe a la actividad humana. El calentamiento durante este período es el resultado principalmente de los aumentos en la concentración de CO2 y otros gases de efecto invernadero… Un análisis riguroso de la información y las evidencias demuestran que el calentamiento global observado no puede explicarse partiendo de causas naturales".

National Academy of Sciences, USA; The Royal Society – UK: Climate Change – Evidence and Causes 2014

Para mediados del 2023 y durante el 2024 se encuentra previsto el regreso de El Niño. Como sus efectos suelen registrar un retraso de 3 a 4 meses, para finales del 2023 se presentarán sequías en Venezuela, que se extenderán durante el siguiente año. El 2023 se perfila como el año más caliente de los últimos 800.000 años. El 2024 será un año de sequías intensas en el norte de Sud América.

El calentamiento global es el reto más importante al que se enfrenta la humanidad. Una catástrofe que se agiganta aceleradamente con el tiempo y que amenaza nuestra propia seguridad a corto plazo.

El aumento en la temperatura superficial promedio registrado hasta la fecha es de 1,2°C. El límite de 1,5°C, establecido por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU como la frontera entre lo peligroso y lo catastrófico, será irremediablemente rebosado en apenas 8 años, para el 2030 a más tardar. Y el de los 2°C para el 2050. La tendencia actual es hacia un aumento en la temperatura superficial promedio d 4°C para finales de siglo, un escenario infernal.

El más reciente análisis de los compromisos asumidos por todos los países del mundo, signatarios del Acuerdo de París, preparado por el World Resources Institute en octubre 2022, alerta que, si todos los países del mundo cumplen todas sus promesas, un escenario extremadamente improbable, las emisiones se reducirían sólo 5% para el 2030, mientras que el objetivo del Acuerdo de Paris es reducirlas a la mitad para el 2030 y a cero para mediados de siglo (WRI:The State of Nationally Determined Contributions: 2022)

Un aumento de temperatura entre 2°C y 2,5°C convertirá en inhabitable a la mayor parte de la franja tropical de América Latina. El efecto será más severo en las regiones más cercanas al ecuador y en altitudes más cercanas al nivel del mar.

Venezuela se encuentra justo al norte del Ecuador y una buena parte a niveles cercanos al del mar: llanos, costa, sur del lago, buena parte de Guayana.

La seguridad nacional de Venezuela se encuentra seriamente amenazada a muy corto plazo.

Usted puede, como hace Brewer Carías, inventar argumentos para ignorar la realidad. Lo que no puede es ignorar las consecuencias de ignorar la realidad.

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