Auditórium
¿El nuevo alacrán en escena?
Por: Edgar Perdomo Arzola
Jueves, 17/08/2023 12:44 PM
En su destartalada y vieja camioneta, el alacrán Delsa transita, acompañada de su pequeño hijo, por las carreteras del país, en actos de proselitismo electoral en las principales ciudades del país, rumbo a las primarias opositoras del próximo 22 de octubre.
Ahora muy quitada de la pena cuando el alacrán anidaba mamando, y la defendió de una agresión en la Asamblea Nacional-AN-, ahora ella anda íngrima y sola, por calles, y carreteras de la Venezuela petrolera cuando en esos itinerarios se ve avasallada por un “contingente oficial alacrán vehicular” de camionetas, y automóviles de alta gama, desde el cual guardaespaldas, y choferes de mirada feroz, y conducción agresiva, le exigen a conductores, peatones y motociclistas cercanos hacerse a un lado porque transportan a un gordo alacrán político, y candidato presidencial muy importante.
Nada nuevo, la prepotencia usual de los mismos de siempre, pensó la dama alacrán forzada a detenerse para ceder el paso al inmortal alacrán Brito, su rival político del momento. ¿Desde cuándo están separados?, uno se pregunta, si también el arácnido hace un esfuerzo por recordar si alguna vez los políticos opositores han sido de otra manera o menos arrogantes y prepotentes, cuando ése es precisamente “el chiste” de ser “diputado alacrán”: ejercer el cargo con impunidad, capacidad de abuso y posibilidad de arreglos económicos, a favor propio o de los demás alacranes de la trama.
El lector no recordará tanto, pero se vinieron a la mente, cuando a este alacrán de marras le dieron una paliza, en la AN defendiendo a Delsa de una agresión en el 2016, y llorando desde el suelo les pedía clemencia a sus verdugos, y con los pantalones abajo exhibía su hilo dental, según los videos que circulan por las redes sociales.
Cuando en estos días apareció la candidata alacrán denunciando que estaba siendo amenazada de muerte, esto causó mucha sorpresa en los analistas, y estrategas políticos y militares, que de inmediato los obligo a buscar información de inteligencia, del show de esta nueva “Juana La Avanzadora”, una alacrán vestida de negro, con capucha, y una escoba con el cual se prepara para brincar la talanquera, porque en esas primarias no tiene vida, y se acerca muy rápido el 22 de octubre, alertando a empresarios, burócratas y políticos corruptos, que ya esta lista para pasar por taquilla buscando su tajada. Ahora vemos, desde hace unos pocos años, que estos políticos opositores, han vivido siempre en el terreno de la impunidad, corrupción, y la prepotencia, según nos muestran también las redes, principalmente la cantinflerica comedia de esta pre candidata, en sus declaraciones fuera de contexto tratando de aclarar su comiquita politiquera, ambientadas en la Venezuela revoloteada.
"Ponderando a la actual 'clase política opositora' venezolana, esta dama alacrán no advierte, ni de cerca un cambio de actitud de los políticos alacranes"
La alacrán pudo por fin denunciar el presunto atentado en su contra luego del incidente vehicular, en unas carreteras, y calles del país con el importante político alacrán, y sus guaruras, pero se enganchó en la reflexión sobre el cambio de ella, y su sequito de alacrancitos -“encuentro ciudadano”- políticos previsto para estas elecciones primarias de este 22 de octubre, las mayores en la historia de Venezuela, se insiste. Gane quien gane, ¿cambiarán los políticos alacranes?, se pregunta la ranita de la fabula. ¿Dejarán de disponer de carretadas de dinero para su beneficio político o personal? ¿Cambiarán los títeres, y los tiriteros politiqueros, donde se reparten instantáneas fortunas multimillonarias? ¿Cambiarán los arreglos entre arácnidos, y de los giros negros? ¿Seguirán las caravanas de vehículos “oficiales alacranes” y su paso por encima de los ciudadanos?
La ranita recuerda el epitafio del pesimista: “Se los dije”, y de que pata cojean. Así pues, ponderando a esta “clase politiquera” venezolana, la ranita de la fabula no advierte ni de cerca un cambio de actitud en los alacranes. ¿Quién dice, que sí?.