"La política no puede ser el paraíso de ciertos charlatanes".
Fin de la cita.
Anónimo.
La ‘alerta de diarrea fascista’ Notas a propósito de Diosdado Cabello ¿Es posible un fascismo de izquierda? www.aporrea.org/ideologia/a324423.html no cala en la opinión publica para llamar la atención, con fines pecuniarios. Ya que en ella se anotan, titiriteros, y busca la vida a sueldo de la politiquería ramplona como Enrique Ochoa Antich. La verdadera amenaza es el fascismo de los oportunistas.
¿Serán fascistas los altos precios de los alimentos que pululan en los mercados y auto mercados del país? No hay duda de que lo son, así como la diaria, y sudorosa subida del dólar que nos llega, dos veces al día, al poner una tasa de cambio suicida, que mata al pueblo de hambre. Fascismo cambiario, podría llamársele a este genocidio.
Hoy todos esos politiqueros de baja estofa ideológica como Ochoa Antich son fascistas, y tramperos ideológicos, según una opinión extendida en la sociedad venezolana. El poder político, tal como lo enseñó Foucault, resaltan el significado de las palabras, y ese mismo poder señala quién es fascista y quién no lo es. Pero el asunto es más complejo. Siempre que se habla de fascistas se nos viene a la mente Benito Mussolini. Este fascismo estúpido que quiere imponer a la opinión publica Ochoa Antich, hijo legítimo del alacranismo politiquero, no es el único.
En Venezuela, el supuesto fascismo heredero de Mussolini es residual. Sin embargo, los que mandan a Ochoa Antich: Rosales, Capriles, y sus corifeos se empeñan en asociar a Diosdado Cabello con ese fascismo fantasmagórico. Lo seguirá haciendo, por razones espurias y oportunistas, en esta eterna campaña electoral, por las primarias, y las presidenciales del 2024. Es una completa majadería.
Estas declaraciones de Ochoa Antich en contra de Diosdado, calan solamente en tísicos mentales, que son muchos. ¿Dónde se ha visto que a un líder fascista lo agredan, insulten y hostiguen, y no se defienda? "¡Pobre fascistico de capirote!", diría don Benito Mussolini y sus camisas negras.
Ochoa Antich ha pretendido activar una manida ‘alerta antifascista’. Se ha escuchado en su escrito, muchas cosas estúpidas, le ha faltado en su misiva a Diosdado, recordar los campos de concentración nazis. Es una frivolidad, y una falta de respeto a la verdad histórica las declaraciones de este planfetario de pacotilla. Dada su irrelevancia, agita el "pacto de las hienas, y demás compañía titiritera.
Entre las izquierdas y las derechas: es una historia erudita, y honesta la del fascismo, donde el sesgo ideológico se encuentra ausente. Y prima la objetividad y los hechos históricos, arrojando una claridad sobre el tema muy necesario hoy a discutir.
El término «fascismo» se ha convertido en la actualidad en una suerte de muleta para mochos ideológicos como Enrique Ochoa Antich. En el léxico de una parte determinada del ignorante espectro político venezolano, el término de uso peyorativo «fascista» se ha instalado de manera incontestada e irresponsable, cuando lo cierto es que no existe hoy ningún grupo político venezolano cercano al fascismo. Ni siquiera con tintes fascistoides. De hecho, aquí no se ve una lucha contra el sistema liberal, principal enemigo del fascismo, esto se encuentra únicamente en las verborreas políticas de la extrema izquierda, que anida marginalmente en el Ejecutivo de nuestro país. Este uso torticero de Ochoa Antich e, incluso, malintencionado del término acarrea realidades peligrosas, como la deformación interesada de las palabras, tras lo cual se esconde la manipulación y el engaño.
El único antídoto existente para contrarrestar esta estupidez no puede ser otro que la historia, testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, en palabras de Cicerón sobre el orador. En este sentido la historia del fascismo viene a arrojar claridad sobre una cuestión excepcionalmente tan compleja como es la del fascismo, y que ha sido, y es, tan tergiversada, como la hecha por el articulista de marras.
El fascismo ha sido siempre un movimiento político difícil de definir, y fue un antecedente de indefinición de algunas corrientes políticas, al proceder del socialismo izquierdista, pero también el tener claros antecedentes derechistas. Una afirmación esta que seguramente a muchos resultará odiosa, pero que se sostiene sobre un armazón teórico sólido y sin fisuras.
Desde el movimiento nacionalista francés de Charles Maurras y el sindicalismo revolucionario de Georges Sorel, siempre se ha expuesto sintéticamente, y claramente los antecedentes del movimiento que terminaría cristalizando en la Italia de posguerra de la mano de un ex socialista como Benito Mussolini.
Una importante cuestión en los antecedentes de esta historia es la de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial en toda una generación de excombatientes italianos que, si ya antes del estallido de la gran conflagración estaba inflamada de nacionalismo y rechazaba la sociedad burguesa liberal, tras el conflicto, con la inauguración de la cultura de masas, se convertiría en una fuerza difícil de parar. Si una de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial fue empujar a muchos actores a abrazar el pacifismo, otra fue, sin embargo, espolear a otros, y esto fue una característica común con otros casos como el alemán, hacia una combatividad política constante, incluso la lucha y el uso de la violencia en el ámbito político.
El destino del fascismo tras la Segunda Guerra Mundial, o la muerte del fascismo de combate, destaca el interesante recorrido de los movimientos políticos herederos de algunos aspectos del fascismo y su enfrentamiento con la izquierda más radical italiana, para acabar con un análisis preclaro de los actuales partidos, y movimientos derechistas italianos. Esta micro información va dirigida hacia a un público ajeno al tema, para entender teórica e históricamente lo que fue el movimiento fascista, y para alejarse, paralelamente, de lo que voces como las de Enrique Ochoa Antich confundidas, o malintencionadas pretenden imponer a las mentes desinformadas.