Bolívar vuelve a Cartagena con sus dificultades latentes

La fragua de los tiempos insurgentes de la gesta patriótica de Simón Bolívar (XIV)

Viernes, 29/09/2023 11:54 AM

Luego de la pérdida de la segunda etapa de la época republicana, (la Segunda República), El Libertador Simón Bolívar, desde Carúpano, se embarca de nuevo hacia Cartagena el 20 de septiembre de 1814. En el trayecto de ese nuevo viaje, recibe noticias muy satisfactorias al saber que los emigrantes venezolanos, que habían arribado a Puerto Rico, han sido muy bien recibidos y atendidos, gracias a la bondadosa acción del español Salvador Meléndez, marinero, explorador y cartógrafo español, quien ejercía, para el momento, la Gobernación de Puerto Rico.

En Cartagena, su más elemental intensión es rendir cuenta a las autoridades de Nueva Granada y solicitar de nuevo la colaboración para continuar la guerra por la independencia y emancipación de su patria, ya lo hacía por segunda vez, pero las cosas ahora no eran del todo favorables para el momento; de nuevo choca con su viejo contrincante: el Coronel Castillo, el mismo militar neogranadino que le había causado embarazosos contratiempos, cuando en 1813, se proponía Bolívar desde Cúcuta, iniciar la Campaña Admirable.

Este pérfido militar neogranadino, se ocupa en desvirtuar la acción revolucionaria de Bolívar, lo supone como un criminal, por lo del Decreto de Guerra a Muerte, que había decretado el 15 de junio de 1813, en Trujillo, durante la Campaña Admirable; mientras otro oficial neogranadino, el Brigadier Joaquín Ricaurte, le hace la recomendación a las autoridades de Tunja para que se la abra un juicio al Libertador. Ante estas desafortunadas consecuencias, Bolívar se dirige a Tunja, donde propone a las autoridades que se le juzgue detalladamente su conducta, pero el noble patriota Camilo Torres, Presidente de las Provincias Unidas de Nueva Granada, se opone a tal juicio Expresándole: "General vuestra patria no ha perecido, mientras exista vuestra espada; con ella volveréis a rescatarla del dominio de sus opresores"

Bolívar en Nueva Granada recibe la orden de unificar por la fuerza, al seno de la Confederación, la provincia de Cundinamarca y su capital Bogotá; objetivo que fue logrado después de dos días de recios combates, por lo que el Gobierno de la Confederación le otorga el grado de Capitán General, a la vez que consigna la autorización para que avance en la expedición sobre la provincia de Santa Marta, que estaba bajo el mando realista y por esta ruta poder llegar a Venezuela, para nuevamente liberarla; pero no pudo ser. Una vez más el entrometido Coronel Castillo, no sólo le niega el apoyo, para la campaña, sino que prohíbe el paso por su territorio, a las tropas comandadas por Bolívar, incluyendo instrucciones a los oficiales de Magdalena, para que no se cumplieran ninguna orden de Bolívar, con la intrigante sugerencia de usar la fuerza, si intentaba el paso hacia Mompox. Bolívar no pudo lograr una solución, por lo que se dirige personalmente al Presidente de Cartagena, Miguel Rodríguez Torrices y le expresa:

"… Salvemos la República, señor Presidente, yo convido a Ud. Para esta obra generosa, justa y gloriosa, Pongámonos de acuerdo: de mi parte tendrá Ud. Toda la deferencia posible. Estoy pronto hasta sacrificar el honor de ser el Libertador de mi país. Renuncio al mando del ejército si se desconfía de mi buena fe. Haré todo pero estoy decidido a no demorar más las operaciones, un tan bello ejército no merece perecer en la acción, por el capricho de algunos suspicaces, que temen lo que no deben temer, y no temen la responsabilidad ante Dios y los hombres de ser destructores de su patria".

Ya la anarquía había llegado a los extremos en los momentos más neurálgicos vividos por el Libertador. Castillo y sus soldados se ensañan de manera caprichosa contra Bolívar, llegando a desterrar al general D´Eluyar siendo comandante civil y militar de la plaza de Cartagena de Indias, es encarcelado y expulsado a Jamaica. Luego, luego este ilustre militar trata de regresar, pero muere en un naufragio, cuando intentaba llevar auxilios a los sitiados por las Tropas de Pablo Morillo en diciembre de 1815.

Castillo, incluso llega a atacar por sorpresa, a las tropas de Bolívar, es entonces cuando decide presentar su renuncia oficial, al mando del ejército, para salir de Nueva Granada, dirigiéndose al Presidente con la siguiente expresión: "Si yo permanezco aquí, la Nueva Granada se dividirá en partidos y la guerra doméstica sería eterna. Retirándome no habrá más partido que el de la Patria, y por ser uno siempre será el mejor".

Bolívar abandona a Cartagena, el 9 de marzo de 1815, sube a bordo para dirigirse a Jamaica. En el trayecto, recibe una nueva desconcertante noticia: la llegada a las costas venezolanas de la más grande expedición española, enviado por el Rey Fernando VII, al mando del Teniente General Pablo Morillo, la cual venía en cuarenta y dos buques, escoltados por 18 unidades de guerra, constituida por quince mil soldados experimentados en las guerras contra Napoleón Bonaparte.

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