Acaba se hacerse publico, la declaración de la señora que Maduro tiene como ministro de educación. Dentro de su demostrada incapacidad moral e intelectual para comprender y asumir las riendas de la educación nacional como un componente estratégico del proyecto país, y para tratar con maestra sensibilidad situación desastrosa y de humillación que viven los docentes venezolanos, la señora en cuestión, no tenía más nada que decir, sino, presentarse a un programa de VTV y amenazar a los docentes, con una confesión como ordenada por el Gran Hermano" personaje de la novela: "1984" de George Orwell. Esta señora, trata al docente como un peligroso delincuente que hay que vigilar y suponemos que la orden del Gran Hermano orwueliano (maduriano), es de ahora en adelante, que los esclavos del magisterio deben ser férreamente controlada por el sistema QR, para de esa manera impedir que sigan reclamando un salario justo indexado de mínimo 380 $ mensual, demandar que el estado invierta el 7% del PIB para actualizar el sistema educativo venezolano, que la contratación colectiva sea discutida y elaborada por la democracia participativa y protagónica docente.
Sospechamos, después de haber escuchado a la señora que maduro puso como ministra de educación, que ese fue uno de los esplendidos negocios que Maduro hizo en China, comprar tecnología para mantener bajo vigilancia a los maestros y maestras de Venezuela, y que la señora que Maduro tiene como ministra considera como peligrosos delincuentes, porque hasta donde todo el mundo sabe, solamente se vigila a quien se le demuestre fehacientemente ser un potencial agente de daño contra la sociedad. Entonces, le preguntamos en este caso a Maduro, no a la señora, ¿su gobierno considera que los maestros venezolanos somos peligrosos delincuentes a los que el estado deba vigilar? Esperamos en primer lugar que la señora sea separada del cargo y en segundo lugar, la respuesta de un jefe de estado, porque con la confesión pública de la señora que usted tiene como ministra de educación, esto me parece que llegó a donde tenía que llegar.