En estos días, finales de septiembre del 2023, los profesores de las escuelas públicas, alegres pintaban azul claro sus salones, pulían sus pizarras acrílicas y hasta se atrevieron a comprar marcadores azules para sus acrílicos, Azul que del azul del cielo emana, y azul de este gran mar que me consuela, mientras divisaban en ese azul, la ilusión vana de un drama.
Pero este drama, en este cielo azul, en que nos ocupa hoy Maduro, empezó hace rato.
Hay escudriñar en la historia de la Harina precocida de los Mendoza, ya que la Harina pan y ONAPRE, tienen los mismos principios y las mismas víctimas
La riqueza de los Mendoza se originó del Estado Venezolano, sostenido en el drama de la reducción agrícola, en el hambre de los campesinos que producía una agricultura de puertos. Ello se iniciaba en 1941 con Eugenio Mendoza como ministro de fomento y elementos multifactoriales que doblegaban el área rural. Luego los adecos y Pérez Jiménez, no tuvieron la menor intencionalidad de modificar estas políticas, ya que ella brindaba anarquía, base fundamental de la corrupción y, premeditada e intencional protección ventajista de los ramos empresariales y transnacionales, en su agricultura de puerto. Bajo esta propuesta Keynesiana, de la mano de un estado-empresarial, nace la harina pan.
La ONAPRE, nace como una decisión sensata del presidente Maduro al asumir la tesis Keynesiana y así poder cumplir con los nuevos preceptos capitalistas y de mercado propuesta por sus asesores.
Maduro con la pócima del estado Empresarial, asume la gallarda idea, de mantener sueldos de pobreza, ya que ello es la garantía de una mano de obra, que se ve obligada a vender su tiempo, a los términos de pago que les dé la gana las trasnacionales y empresas privadas. Consolida así el "Homo servus".
La ONAPRE, base fundamental de zonas económica especiales y de la marca de harina precocida, son harina de un mismo costal, es un icono que muestra, como los dueños de los medios de producción y políticas de estado, crean patrones de explotación humana.
Recuerdo que para el año 1970 en mi casa existía la máquina de moler maíz, el maíz pilado, factor básico de la arepa venezolana, pero la harina precocida, una nueva biotecnología inventada por Luis Caballero Mejías, Masa de Maíz deshidratada, luego denominada Harina de Masa de Maíz o, luego lueguito llamada "Harina Pan", crea nuevos patrones de consumo, llevándonos por caminos inciertos y hace que hoy muy pocos conozcan la máquina de moler maíz.
El competidor de la harina precocida era para 1960, el maíz pilado y la maquinita de moler. Para eliminar la máquina de moler, se eliminó la producción del maíz pilado y con ello quedaron cesantes miles de campesinos. Logrado ello pasamos a comprar la paquita de harina pan, sencillo, solo había que eliminar la materia prima, la producción de maíz.
Recuerdo, que, para los años de 1970, cientos de profesores egresados de diversos pedagógicos del país y universidades, invadían los salones de clase y con ellos, una masiva población originaria de las clases más desposeídas del país.
Hoy Maduro y su equipo económico, para sostener la inversión extranjera, lo único que hace es, consolidar sueldos de miseria.
Hoy los sueldos de miseria, son los garantes del crecimiento de colegios privados, ya que las escuelas se quedan sin maestros y la carrera magisterial no es apetecida. Ya todos nuestros bachilleres desean es estudiar inglés para largarse. Ya nuestros niños no tendrán caminos para el ascenso social, ello es la garantía para consolidar una mano de obra esclava para las empresas privadas y zonas económicas especiales. Dentro de poco ya nos recordaremos que en esta Venezuela existió educación gratuita
Estos hechos, se concretan por la migración empobrecida de las zonas rurales de ayer y la hoy emigración de nuestros jóvenes.
La búsqueda del mayor rendimiento del capital, es una forma y estrategia de pensar del capitalismo y para ello, ayer estaban los Mendozas, los Tinoco, en el gobierno y hoy, nuevos empresarios que nacen sostenidos al igual que ayer, en un apoyo de un Estado-Empresarial.
Hoy el presidente Maduro para asegurar su proyecto político empresarial, inventa la ONAPRE. Hoy eclipsaremos a la juventud pobre, la masificación educativa es una quimera.
Un mundo incomprensible para el común; más cuando un estado de origen popular y una oposición, se unen en un pensar.
Nacen así iconos como el caso de "la harina Pan Y LA ONAPRE", causantes del desplazamiento de la población campesina a barrios de una ciudad neurótica, ciudad saciada de grupos vulnerables, empobrecidos debido a la perdida de posesiones y factores económicos y educativos agresivos descontextualizados socialmente, fácil presa para consolidar el Homo esclavo.
Maduro, intenta convencernos –existen los convencidos- de que la pobreza es un problema individual y no de un contexto socio político. La ONAPRE crea un nuevo modo de producción. Sostenidos en una visión país de tecnologías precarias y un empresariado parasito, se propone una nueva relación económica, en donde los pobres son la garantía de sus políticas equivocadas.
El daño causado y las cosas que hicieron y que hace el dúo, Empresa-estado, para lograr la implantación de la harina precocida y consolidación de la educación privada, es irreversible o por lo menos de gran costo para quienes busquen confrontar la deuda histórica social del país.
En este mundo paradigmático, se muestra una doble moral, es difícil acceder, ver y percibir la realidad, ante un complejo mundo de variables multifactoriales que lo conforman.
Hoy la ONAPRE no permite alcanzar nuestra arepa acostumbrada, y entre arepa y arepa, marchamos alienados, en busca de una vida mejor y con la esperanza de maestros que pintan sus escuelas de azul "triste azul de mis líricos ensueños, que no calma mis íntimos hastíos".
Los ciclos parecen cumplirse, hoy pareciera que la única salida es huir.