¿Dónde están los que van a defender el Esequibo?

Jueves, 09/11/2023 12:36 PM

Cuando un perro ladra, todos los perros ladran. En Guyana un perro ladró, y desde aquí otros comenzaron a ladrar. Sería bueno saber cuántos de los perros que ahora ladran están dispuestos a morir por los tránsfugas del madurismo, que entregaron su propia patria hace rato al capitalismo.

Una guerra significa muerte, miseria, muertos de carne y sangre; y como en todas las guerras siempre pierden los pendejos, mueren los jóvenes desempleados del capitalismo, reclutados por la FA; no los instigadores patrioteros, mueren los hijos de los más pobres y los crédulos. La salida de maduro de enfrentarse al gobierno de Guyana invocando un patriotismo que no practica en su propio país, puede provocar reacciones fascistas en un grupo de exaltados. De eso se ocupa la propaganda de guerra, de la ofuscación patriotera de muchos cándidos que creen que están frente a un juego de Caracas Magallanes, la oportunidad de una sarta de hipócritas aprovechadores y de cazadores furtivos.

Las redes sociales están cargadas de propaganda guerrerista en contra de Guyana, y del del otro lado seguro están haciendo lo mismo, acatando instrucciones de Washington, que va por el petróleo del Esequibo y de Venezuela (o de Venezuela) a como dé lugar. En una eventual guerra entre perros rabiosos el único que gana es el que los pone a pelear, no Venezuela o Guyana que son víctimas de sus respectivos gobiernos… Hoy la zona en reclamación para los chavistas, para la Venezuela honesta y socialista es más amplia, ocupa TODO EL TERRITORIO NACIONAL, cedido al capitalismo internacional, local y extranjero, por el pragmatismo, por la flojera del madurismo, incapaz de gobernar un país, mucho menos de comprometerse con el socialismo.

Venezuela no es Gaza. En Venezuela cabe 20 veces lo que hoy es Israel, y 2 mil veces Gaza. En Gaza la gente pelea literalmente por la vida, más de 2 millones de habitantes, familias hacinadas en una superficie de 45 kilómetros cuadrados, una ciudad tan pequeña como Petare. Para los palestinos la guerra por la vida y la permanencia como pueblo, se justifica. Para los venezolanos (y para los guyaneses) ir a guerrear, matar y morir, por defender un territorio desconocido y despoblado es un despropósito, y es vergonzoso, si comparamos la dignidad de los Palestinos en Gaza con la de los patrioteros que van a defender el Esequibo desde sus casas tomando café, o por tuiter.

La propaganda de guerra es la antesala del Fascismo. Todo aquel que se oponga a ella o no la defienda puede ser perseguido acusado de traidor a la patria, por cobardes exaltados, instigados por un gobierno traidor, astuto y manipulador. Todo aquel que no se deje manipular será acosado y señalado, así empieza todo. Más tarde, el gobierno aprovechará para perseguir a sus contrarios y críticos de sus políticas entreguistas, y distraer a sus leales del desastre económico y social que vive el país, de sus felonías al socialismo y a Chávez y de la caída final del madurato – como lo hizo Leopoldo Galtieri en la guerra de las Malvinas con Argentina, para esconder el desastre que hizo de su país y su caída inminente.

Para nosotros lo obvio es que debemos pensar en retomar el camino de Chávez, corregir los entuertos de Maduro y el madurismo, volver a la revolución socialista y olvidarnos de guerrear con Guyana, cuando el enemigo es el capitalismo, los imperios, la codicia en medio de la guerra mundial intercapitalista. De nada vale que nos matemos mientras que, de este lado o del otro, nuestro petróleo se lo lleva el imperio..., o los imperios.

La lucha de los pueblos no es la misma lucha de los imperios. Las de los pueblos es social, las de los imperios es por codicia, egoísta, es económica, por el control de los mercados y de las fuentes de riquezas, les son indiferentes quienes luchen y se maten por sus intereses. Maduro y su gobierno irresponsable son complacientes con el capitalismo, nuestro mayor y nuestro verdadero enemigo, y aliados naturales de MCM. Entre la desesperación de Maduro y la revancha de María Corina no hay mucha diferencia, los dos confluyen en un solo objetivo, privatizar el país AL COSTO QUE SEA.

¡CUIDADO CON EL FASCISMO Y EL PATRIOTERISMO OPORTUNISTA!

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