Así actuaron los guarimberos, señor Karim Ahmad Khan: "Hay que matar negros porque ofenden la civilización…"

Domingo, 12/11/2023 04:01 PM

El heroísmo de la veracidad consiste

en que un día dejemos de ser juguetes.

F. Nietzsche

¿Quién puede creer que un británico, como Karim Ahmad Khan presidiendo la Corte Penal Internacional, pueda ser imparcial en el caso del Esequibo, un territorio que se robaron precisamente los ingleses? ¿Quién puede creer que un súbdito del Reino Unido, como Karim Ahmad Khan pueda dictar justicia, alguien que nunca ha condenado las monstruosas sanciones contra Venezuela, quien jamás se ha pronunciado contra el robo que nos hicieron precisamente los piratas ingleses de más de 30 toneladas de oro? Ahora está moviendo lo de condenarnos por crímenes de lesa humanidad. A Karim Ahmad Khan lo nombro otro agente de los gringos, el señor Antonio Guterres, Secretario General de la ONU.

He llevado un diario sobre los crímenes ejecutados por los guarimberos a partir de 2014, cuando el asesino Leopoldo López dio la orden de la Salida. He aquí un extracto:

Para los que habíamos vivido los días gloriosos con Chávez, aquéllos cuando colmábamos las avenidas y las calles, las plazas, los campos, los estadios, en frenesí de victorias y batallas heroicas; para los que tuvimos nuestros días de dolor en los fúnebres acontecimientos de febrero de 2014, nos destrozaba ver cómo estaban arrasando con el país. Incendiaban universidades, escuelas, bibliotecas, liceos, cientos de autobuses del transporte público y centros hospitalarios, sedes del ministerio del Ambiente y de la Gran Misión Vivienda Venezuela; se talaban miles de árboles en plena ciudad; docenas de chavistas, policías y guardias nacionales bolivarianos eran asesinados con tiros en la cabeza. Y unidos a esas arrolladoras fuerzas del terror, iban surgiendo, producto del chantaje, paros del transporte, de profesores y médicos burgueses; literalmente estaba desatada una demencial cacería de brujas contra todo aquel que llevara gorras o franelas rojas. Un viento de insania se apoderó básicamente de la clase media, llegando incluso ésta a penetrar hasta ciertos sectores humildes.

En todas partes se formaban corros de autómatas hablando en voz alta y de manera histérica contra el gobierno. Y el chavista se mantenía en silencio, callado, como esperando el milagro de una sublevación sublime, de alguna resurrección del alma del Comandante para ponernos a sus órdenes. No sabíamos si ese milagro se podría dar, pero lo esperábamos. Confiábamos ardientemente en el presidente Nicolás Maduro. Intuíamos que él sería poseído por la luz sublime de aquel gran capitán y que nos llevaría a buen puerto. Y marchábamos firmes y convencidos de nuestra lucha y de nuestra determinación victoriosa, aunque con los huesos del alma molidos, en medio de aquellos infiernos de guarimbas, de bachaqueros, de aquella jauría de miserables traidores, mercenarios y vendidos a los malditos gringos.

Pero en una racha de tempestades de odio, fuimos sacudidos a unos niveles de demencia que ya no fue posible la convivencia en ninguna residencia. He aquí la primera parte de la conmoción:

8 de diciembre de 2013, todos los diarios locales traían en su primera página, a full color, una bandera de Venezuela con el titular a ocho columnas: "Leopoldo López llamó a la calle para medirse con Capriles".

7 de enero de 2014: "Horrendo asesinato de la actriz Mónica Spear", y CNN a partir de este hecho emprende una campaña contra Venezuela, dirigida desde la CIA. Día tras día, CNN mantiene un encabezado en sus noticias: "Asesinato de Mónica Spear causa condena en Venezuela y EU de políticos y artistas por la violencia en el país sudamericano".

Toda la programación de CNN se concentra en el tema de Mónica Spear y se entrevistan a cientos de artistas venezolanos y del mundo sobre este crimen (en el fondo es gente que busca promocionarse y pantallear): a Karina, Gaby Espino, Jeancarlos Canela, Carlos Baute, Alejandro Sanz, Luis Chataing, Laureano Márquez, Óscar de León, María Alejandra Requena. En entrevista a Alicia Machado ésta dice con brutal cursilería: "La muerte de Mónica Spear no es más que la punta del iceberg". El propio padre de Mónica, el señor Rafael Spear, se regodea en el asesinato y cada día aparece en las pantallas de CNN mostrando aristas que los politiqueros manejan con sevicia, relacionando siempre con el asunto con la inseguridad y el horrendo crimen de su hija.

El sonsonete diario de CNN era: "Venezuela registró en 2013 un promedio de 79 asesinatos por cada 100.000 habitantes, según un informe del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV, dirigida por la CIA). El informe también ubica a Venezuela entre los cinco países más violentos del mundo."

El día del entierro, CNN montó un show similar al de la entrega de los Oscar en Hollywood, con alfombra roja y todo lo demás. Y los días subsiguientes, cadenas de politiqueros fueron entrevistados por CNN con la consabida alarma de que el país se caía a pedazos, y que lo que debía venir era un cambio político urgentemente.

25 de enero de 2014: "Se venden cientos de miles de franelas con la frase: MÓNICA SOMOS TODOS".

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