La escalada bélica de la OTAN contra Rusia mantiene al mundo con la garganta apretujada, ante la posibilidad de que estalle la tercera guerra mundial. Hasta ahora las condiciones objetivas y subjetivas están dadas para una confrontación total, que indiscutiblemente va a poner fin a la humanidad como la conocemos actualmente. La guerra de la OTAN contra Rusia, con la mirada vigilante y ceñuda de China, es uno de los episodios bélicos más preocupantes del siglo.
Ante esta situación de guerra mundial que realmente comenzó con la batalla por el control de Siria, y donde la OTAN fue derrotada militar y políticamente por el comandante Presidente Bashar Al Asaad con ayuda de Rusia y China, y donde el COVID fue una de las respuestas militares de EEUU y sus aliados, marca un rumbo geopolítico que signa todas las medidas que en los próximos años va a tomar EEUU.
Es en este contexto donde debe ubicarse la actual posición de Guyana y la Exxon Mobile en el territorio Esequibo que históricamente ha pertenecido a Venezuela. EEUU tiene tiempo intentando protegerse de la posibilidad de una conflagración de este tipo, para ello ha intentado en varias oportunidades a través del levantamiento de sanciones, disuadir a Cuba de su participación en una confrontación de esta naturaleza, y acabar con el gobierno bolivariano con el objetivo de controlar el acceso al petróleo que es el combustible que mueve la maquinaria de guerra, y proteger una zona militar que considera vulnerable.
Aliado a las trasnacionales petroleras que son las grandes maquinarias de guerra, la nueva élite mundial encabezada por el sector de los Neocons de EEUU viene azuzando desde hace algunos años la controversia por el territorio Esequibo con la finalidad de controlar ese espacio territorial, es decir para EEUU y sus socios el Esequibo es un pedazo de tierra geoestratégico que se ubica dentro de un plan global de defensa ante el inicio de una Guerra Mundial. Su posesión va a permitir a EEUU instalar una zona de guerra, recordemos que durante el gobierno de Hugo Chávez se intentó crear una base aeroespacial con el objetivo de controlar la región.
Desde esta perspectiva mundial la respuesta del gobierno venezolano de convocar un referéndum y movilizar al pueblo venezolano, puede ubicarse desde el punto de vista militar y político, dentro de la doctrina, la guerra de todo un pueblo que permite la incorporación masiva de la sociedad en defensa de la soberanía a través de la movilización y la participación activa.
Mirar el actual referéndum solo desde el punto de vista jurídico es una ingenuidad, nuestro gobierno necesita en primer lugar unir a toda la sociedad venezolana alrededor de una verdad histórica: "EL ESEQUIBO ES VENEZOLANO", después necesita movilizar a toda la sociedad para la defensa de un territorio que le pertenece, y por último es necesario defender en la práctica con las armas que se tengan ese territorio. Allí está resumida la posición práctica de nuestro gobierno y su nueva doctrina militar.
La noción jurídica es importante ante la opinión mundial, pero más allá esta la verdad histórica de la pertenencia de esa franja de tierra a nuestro país, es realmente esa verdad la que va a permitir que el pueblo se movilice ante algún fraude jurídico de los que acostumbran a organizar los países poderos para despojar a las naciones más pequeñas de sus derechos naturales. La historia está llena de este tipo de fraudes.
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Es necesario que nuestro pueblo se prepare ante la posibilidad de que las instancias internacionales, organismos creados por EEUU con la única finalidad de mantener su hegemonía militar y económica, se pronuncien en contra de los derechos naturales que como nación tenemos, con el objetivo de tratar de imponer la visión guerrerista de los carteles petroleros aliados a la elite guerrerista de los Estados Unidos que hoy mantiene al mundo en vilo ante las pretensiones de librar una tercera guerra mundial para reorganizar el nuevo modelo post capitalista, porque es una realidad que el modelo de acumulación hace aguas ante la imposibilidad de mantener unas tasas de ganancia que calmen la voracidad económica de la elite mundial.