"De todos los animales de la creación,
el hombre es el único que bebe sin tener sed,
come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir"
John Steinbeck
En mi época de estudiante de primaria –en sexto grado– tuve un compañero de estudio con varios sobrenombres o apodos y rara vez alguien lo llamaba por su nombre de pila, ya que, la mayoría de las veces lo nombraban de manera sarcástica ¡se lo voy a decir a papá! porque en cualquier discusión o pelea salía corriendo lloroso tapándose los ojos ¡Se lo voy a decir a papá! Nadie le ponía cuidado, pero siempre estaban pendiente del progenitor, porque se la daba de guapo y muchas veces se presentaba en la escuela con la queja, que se estaban metiendo con su muchacho, hasta que el director se lo dijo bien claro ¡Ese muchacho está así, porque usted le apoya las sinvergüenzuras, es él que vive provocando sin ninguna razón y es más llorón, que un recién nacido!
No sé, si la actitud asumida por el presidente de Guyana, tiene alguna comparación con este caso, pero por los vientos que soplan va terminar con el mismo lloriqueo, a pesar que es un provocador, incitador y usurpador de una porción de tierra, el cual legítimamente le pertenece a Venezuela, pero al saberse apoyado, porque de guapo es bastante dudoso por la forma, como ha venido reaccionando, con declaraciones viendo hacia los Estados Unidos y en la última terminó por darle una patada a la mesa al informar* que se comunicó con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y con el Comando Sur de Estados Unidos para informarles de lo ocurrido, y el miércoles llevará "el asunto al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que ese organismo tome las medidas apropiadas"
El Irfaan Alí, quien llegó a la presidencia de Guyana, después de una polémica suscitada luego de una serie de impugnaciones y recuentos que paralizaron la confirmación de los resultados electorales durante varios meses. Finalmente resultó electo para asumir la presidencia el 2 de agosto del 2020. Ahora le abrió las puertas a la Exxon móvil para la explotación del petróleo en una porción de terreno ajeno, que por supuesto no le corresponde donde ejerce la presidencia, después de una serie de anomalías en el conteo electoral. Pero lo más grave de la situación, es la forma, como el gobierno de los Estados Unidos se está aprovechando de un títere convicto y confeso dispuesto a venderle el alma al diablo, con tal que le garanticen el apoyo en una controversia de las muy comunes creadas por los gobiernos gringos a través de la historia.
Alí, ni corto ni perezoso no es raro, que siga llamando para ver si consigue el apoyo necesario, después del referendo consultivo realizado por el gobierno del presidente Nicolas Maduro, donde quedó ratificado la firme decisión patriótica para recuperar el Esequibo. Pero, por si las moscas no consigue lo que busca con esas llamadas desesperadas, le podemos recomendar una serie de personajes venezolanos, quienes no vacilan un instante, cuando se trata de atentar contra la patria de Simón Bolívar: Julio Borges, el mismo que no ha dado la cara, después de atropellar a un niño; Rafael Ramírez, quien se siente gozoso, cuando el imperialismo arremete contra Venezuela y Andrés Izarra, quien deshonra a su padre, al asumir una posición contraria a los principios, verticales de un fiel defensor, hasta la muerte.
No me vayan a preguntar por María Corina Machado, ya que, esta dama de las primarias parece que se va a quedar anclada ahí y por eso se merece un capítulo aparte, porque parece hecha para representar al gobierno de los Estados Unidos en Venezuela, en cualquiera acción, que vaya en detrimento de los intereses de la patria al plegarse sin ninguna vergüenza a la decisión del presidente Irfaan Alí, cuando trató de sabotear el referendo. Es decir, María Corina y el presidente guyanés, son políticamente unos verdaderos arrastrados a los intereses del gobierno gringo y si dejamos ese territorio al libre albedrío de estos personajes, dentro de poco, no solamente se estarán anexando el Esequibo, si no toda Venezuela, como intentaron hacer, desde Colombia con el empleado de Uribe Vélez, bajo la dirección de Donald Trump, Iván Duque. ¡A bichitos!