Cuando yo era niño, hace ya un largo largo tiempo, recuerdo los lindos pesebres que para esta época de Navidad se hacían en nuestras casas, el pesebre con sus vacas ovejas y burros, con su pienso. con María, José todo Belén era reproducido por las manos de la familia, que en la construcción de ese pesebre participaba toda la familia: Mamá, papá y hermanos, cada uno con una mejor idea para que se viese más bonito, cascadas, caminos, casas de la época con las que formar las aldeas y la estrella, si la estrella de belén que condujo a los reyes magos hasta Belén, en estos pesebres de la Caracas de entonces no faltaban los reyes magos, sus camellos ni los regalos del niño que nacería.
Los niños buscábamos el musgo verde, y había en esa Caracas de los años 50 tiendas que vendían toda clase de figuras hechas algunas de yeso otras de madera y hasta las finas virutas de pino para el pesebre y las tiras de plata para simular las cascadas y los río, cada pesebre era una unión de manos, ideas y trabajo en familia, para ver concluido con gran satisfacción, nuestro pesebre terminado, que al igual que la hallara era el mejor y más bonito, el nacimiento y la hallaca de nuestra casa.
La noche del 24 con todo el cuidado y solemnidad familiar mamá colocaba el niño Jesús en si cunita humilde, y para cada familia caraqueña, nuestro niño era sin duda el más lindo.
Hoy yo he perdido al niño Jesús mi niño de Belén, me lo han robado, secuestrado o lo he perdido
Nada por entonces de estas costumbres de hoy importadas de países, extranjeros, nada de San Nicolás, ni de arbolito de pino importado del Norte, o sembrados en uverito recientemente, adornados con luces y tiras de colores, estrellas, angelitos y cascanueces o campanas jinglebells
Los que traían los regalos como fue en el antiguo cristianismo eran los Reyes Magos. Yo les dejaba en el balcón de la casa en una cajita de cartón grama para sus camellos, recuerdo con qué alegría esperaba ese día y la ilusión de lo que me dejarían de la larga lista que en la carta pidiendo regalos le escribía.
En ese entonces se cantaban villancicos cristianos, en alabanza al niño que nacería.
En mi época, no existía aún televisión Internet ni los juegos pl-ay stations, o los visores de juegos de realidad virtual, casi todos violentos que deforman y modifican desde niños su mente, si esos niños que hoy en vituperas de Navidad vemos en las noticias como asesinan por miles los judíos sionistas con armas modernas en Palestina, lo mismo que miles de años antes hiciera Herodes con los niños recién nacidos de la ciudad de Belén donde Cristo naciera.
Hoy, el Herodes moderno ha asesinado cerca de 6.000 niños palestinos o más, en su afán al igual que entonces de exterminar la nación y la raza palestina de la faz de su propia Tierra.
La Tierra parece que hoy ya no quieren dejar ni rastro de Nazaret ni del portal de Belén. Nazaret donde nació el redentor, acaso para no dejar rastro de su crimen inicial la crucifixión de Cristo. Condenado a morir por el Sanedrín judío.
Luego venía la procesión y el peregrinar casa por casa de los vecinos y amigo cual de los pesebres o nacimientos era el más bonito, para tomar ideas para el próximo año.
Habían en ese entonces dos nacimientos que fueron muy famosos uno el nacimiento mecánico y el otro el de los hermanos de San Juan de Dios hoy Clínica Nuestra Señora de Guadalupe, eran de figuras importadas de España de tamaño grande con numerosas luces, efectos luminosos y cascadas de agua de verdad, que para aquel entonces era toda una novedad, no hubo año que el pequeño Joselín, que así me llamaban no fuese con mamá a ver este maravilloso nacimiento.
Esta si era una Navidad con sabor Caraqueño, las famosas patinatas en los Caobos con mis patines de ruedas con rolineras de la marca Winchester, la misa de gallo por la madrugada, y los lecheros y panaderos que ponían apenas amanecía el pan y la leche en el portal de las casas.
Da pena que hoy en el 2023 hemos enterrado el nacimiento olvidado al niño Dios casi por completo y cambiado el nacimiento y el pesebre por un arbolito lleno de luces de colores y Guirnaldas los villancicos cambiados por el Rudolf the red nosed reindeer, Santa Claus is Coming to town. Y Otros cantos en inglés el árbol totémico de los normandos paganos o el Santa Claus hoy un Don gordo con barbas blancas y barrigón con su Jo, Jo, Jo, Jo, que abraza en los locales de comercio a los niños de hoy y les recibe sus cartas pidiéndole los regalos navideños.
Hoy las tradiciones realmente cristianas van muriendo con la transculturización el trabajo de los medios la televisión satelital o por internet, los teléfonos inteligentes y las tablet o los computadores con su ya famosa telaraña, todo lo han cambiado.
Hoy ya no hay nacimientos sino arbolitos, se cantan en inglés Jingle Bells, y se le piden regalos a Santa Claus del Polo Norte. Adiós patinatas, Misa de Gallo,
no hay ya casi nacimientos en familia ni reyes magos todo eso es hoy un feliz recuerdo nada más un lindo recuerdo de nosotros los pocos ancianos de la edad dorada de aquel entonces que aún recordamos aquellas sabrosas y típicas Navidades caraqueñas.
Que ya hoy esas navidades de antaño, han pasado a ser historia, para juglares abuelos o escribir como yo hago en la Web o libros de historia.
Menos en esta Navidad del 2023 con tantos hijos y nietos que se fueron a otros países, con la ilusión de buscar mejor vida, de abrirse nuevos caminos o marcharon engañados por otras personas interesadas en dividir a la familia venezolana.