A193 años de la muerte de Simón Bolívar

La tuberculosis y la decepción mataron al Libertador

Domingo, 17/12/2023 12:19 PM

En el trapiche de la hacienda San Pedro Alejandrino en Santa Marta, propiedad de Joaquín de Mier, los esclavos cantan con el ritmo de su música africana. El libertador, instalado allí desde el 1 de diciembre de 1830 los escucha en el silencio de sus últimos días de vida. La casa colonial espaciosa y con jardines internos donde se hospeda, está ubicada en medio del ingenio azucarero y fue lograda como residencia por las gestiones tenaces del general Mariano Montilla.
El general Bolívar fue atendido hasta su muerte por el médico Alejandro próspero Réverend, francés de 38 años nacido en Normandía, quien le diagnosticó tuberculosis y del 2 al 5 de diciembre de 1830, le ayudó en esa tarea el Dr. George Mac Night, quien vino de pasajero en el barco estadounidense "Grampus" que escoltó al bergantín "Manuel" donde viajó el Libertador desde Barranquilla hasta Santa Marta.

Los olores a caña de azúcar y melao, le hicieron recordar por instantes a Bolívar, su estadía del año 1802 en la hacienda de San Mateo con su esposa María Teresa del Toro y Alaiza, quien murió en enero de 1803 en Caracas, a los pocos meses de haber contraído matrimonio.

Manuela Sáenz, defensora y amante de Bolívar desde el año 1822 cuando lo conoció en Quito, no logró llegar a Santa Marta para acompañarle en sus últimos momentos.

Necesariamente debo hacer mención de Antonio José de Sucre, quien fue considerado por el mismo Bolívar como su posible sucesor. Sucre fue asesinado el 04 de junio de ese año de 1830 cerca de pasto, en un estrecho camino de Berruecos cuando se retiraba de la vida pública para reunirse con su familia.
El Libertador al conocer la noticia un mes después, dijo: "han derramado la sangre de Abel". La muerte del Gran Mariscal de Ayacucho aceleró la tristeza y la muerte del general Simón Bolívar.

El Libertador no dejó de agradecer nunca los servicios prestados por José Palacios, esclavo de la familia Palacios a quien su madre designó para apoyarlo en el cuido personal y su privacidad. El libertador le dejó una herencia de ocho mil pesos que no le motivaron a vivir con libertad y terminó José Palacios sus últimos días, en un asilo de soldados de guerra de la independencia en Santa fe, Colombia.

Bolívar moría el 17 de diciembre de 1830 a la 1pm. Se le rindieron todos los honores en la aduana, la más antigua casa de Santa Marta. EL día 20 de diciembre trasladaron su cuerpo y se realizaron los funerales en la catedral, donde por doce años quedó en una de sus bóvedas, hasta que durante el gobierno de José Antonio Paez fue trasladado a Venezuela en el año de 1842. Su cuerpo se encuentra actualmente, en el Panteón Nacional. Las familias del lugar y el pueblo llano de Santa Marta le expresaron sus respetos y honraron al héroe de la independencia. Bolívar estuvo acompañado por sus edecanes y generales, entre ellos Mariano Montilla, el capitán Andrés Ibarra, el coronel Belford Wilson, Joaquín de Mier, José María Carreño, José Laurencio Silva, su asistente doméstico José Palacios, su sobrino Fernando Bolívar, el médico Alejandro Révérend, entre otros. No murió pobre ni abandonado. Fue proscrito de Venezuela por el Congreso de Valencia.
Su muerte se produce en medio de rivalidades, odios y traiciones. No le quedaba nada ya, sus fuerzas para comenzar de nuevo se apagaron por el dolor espiritual, el cansancio de su alma, la decepción.

Texto de la carta del Libertador enviada al Ministro de relaciones exteriores Etanislao Vergara, del 25 de septiembre de 1830:
" ...No espero salud para la patria...yo creo todo perdido para siempre".

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