El control que ejerce el gobierno de Maduro sobre los medios de comunicación, es la acción más clara que Venezuela vive una dictadura. Se puede decir sin temor a equivocaciones, que es la medida gubernamental en estos 25 años de chavismo, que junto a la destrucción de la producción nacional, ha tenido éxito. No es para menos, el Estado venezolano ha cerrado cientos de emisoras, canales de televisión y a creado otros a su conveniencia.
Estamos indudablemente ante una dictadura mediática donde manejan un mismo discurso, un eje central en los mensajes históricos llenos de tergiversaciónes y un solo objetivo: torcer la realidad de nuestro país para hacer digerible y normal, una situación caótica.
Venezuela está llena de pobreza, con pésimos servicios públicos e inflación galopante.
En la alocución presidencial de "rendición de cuentas" el lunes 15 de enero de 2024, Maduro no
dió cuentas de nada.
En la práctica el presidente encarna la frase que en el siglo XVII expresara el rey Luis XIV ante el Parlamento de París: "El Estado soy yo".
En Venezuela está prohibido disentir del gobierno, pues se corre el riesgo de ser acusado de conspiración y terrorismo. Reclamar los derechos laborales, puede ser causa para ir a prisión.
El caso del educador y dirigente gremial presidente de FENATEV Victor Venegas, preso como un delincuente, es una muestra de la garra dictatorial de este gobierno.
Todo el andamiaje económico basado en cooperativas, comunas o todo lo referente a producción colectiva en el modelo de "socialismo del siglo XXI", es, ha sido y será un gran fracaso que sometió a Venezuela al más estruendoso caos y a un atraso de más de cien años.
¡ Cosas veredes que no crederes !