Salud, alimentación, educación, precios y salarios

Sábado, 20/01/2024 12:54 PM

Indudablemente, el desarrollo de las naciones depende de la salud de sus habitantes. La salud no es un don natural, hay que cultivarla y mantenerla, así mismo, está vinculada a una serie de variables que sin el control de las mismas es imposible tener un cuerpo o una población sana. La idea de este escrito es establecer la relación de cinco parámetros cuyo control permitirá desarrollar las estrategias adecuadas para erradicar las enfermedades. Una persona saludable, con sistema inmunológico fortalecido es menos propensa a sufrir padecimientos.

No es una perogrullada que la alimentación es el consumo de alimentos, porque alimento no es todo comestible que se puede masticar o beber. Un alimento es una sustancia que tiene elementos nutritivos como los hidratos de carbono que proporcionan energía y tiene función estructural; además, los lípidos o grasas, proteínas, vitaminas y minerales. Estos son los llamados nutrientes. Es decir, los alimentos son aquellos que contienen nutrientes, los tres primeros son los llamados macronutrientes y los dos últimos, los micronutrientes, que solo están presentes en muy pequeñas cantidades. Sin olvidar otro, tan importante como los anteriores: el agua. Es significativo destacar que las proteínas son las encargadas de apoyar a las células a cumplir su labor diaria para regular la función de los tejidos. También ayudan a producir nuevas células, reparar las viejas, crear hormonas y enzimas, así como mantener el buen funcionamiento del sistema inmune.

Es substancial referir que los nutrientes cumplen básicamente con varias funciones en el organismo: proporciona energía para las actividades diarias, reparan y renuevan el organismo y, por último, regulan las reacciones químicas que se producen en las células. Son estos nutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) los que proporcionan energía al organismo. Esta energía es la que mantiene latiendo al corazón, además, conserva activo al cerebro. De esto se deduce que una buena alimentación sana y balanceada, es la que proporciona la energía adecuada para realizar las actividades, tanto física como intelectual. Una mala alimentación ocasiona desgano y una deficiente actividad intelectual que permita analizar y resolver un problema. La pregunta más inmediata es cuáles alimentos se encuentran estos nutrientes.

La interrogante del párrafo anterior la responde la Educación Alimentaria o Nutricional, es decir aquella que proporciona información, conocimientos, herramientas y capacitación en materia nutricional. La Educación Nutricional no contempla sólo la difusión de información acerca de los alimentos y sus nutrientes, también proporciona las herramientas para saber lo que se debe hacer y cómo actuar para mejorar la nutrición. Se aprende a caminar, a leer a escribir, modales en la mesa, entre otras conductas, por lo que es una práctica obligatoria aprender a comer, es decir, es necesario tener conocimiento sobre lo que se debe y lo que no se debe ingerir. La Educación Nutricional puede influir sobre el consumo de alimentos y las prácticas dietéticas, pero también sobre la seguridad alimentaria, pues bien estructurada, una buena Educación nutricional inculca además, hábitos de higiene básicos.

No cabe duda, una buena salud depende de una educación sana y balanceada, el sistema inmunológico solo se refuerza con una buena ingesta de alimentos obtenidos de la madre naturaleza. Es importante e indispensable que se incluya en los currículos de las escuelas y liceos sobre Educación Nutricional, ya que de una buena digestión de alimentos depende un cuerpo y una mente saludable. La sangre, que recorre todo el organismo, toma los nutrientes de los alimentos, si estos no son los adecuados los diferentes órganos y glándulas del cuerpo no podrán hacer bien sus funciones. Se debe realizar una cruzada, entre los padres y maestros, para erradicar los malos vicios y pésimas costumbres de las prácticas alimenticias actuales. Una forma de prevenir la obesidad, hoy considerada un mal endémico a escala mundial, causante de diversas enfermedades. Hay que desterrar de la mente de los niños, jóvenes y adultos el consumo de comidas chatarras y de comidas ultra procesadas, además de las gaseosas y jugos pasteurizados; esto solo se logra con una buena Educación Nutricional.

Como referí en los párrafos anteriores la salud depende de una buena alimentación, indudablemente, los alimentos se compran o bien en los mercados o en los supermercados. Es decir, que la buena alimentación y los precios de los productos están vinculados. Con un agravante, casi un alto porcentaje de los productos que se exhiben en los supermercados no tienen valor nutricional, la mayoría son víveres ultraprocesados con ingredientes industriales (con colorantes, preservantes, químicos, azúcar…) son nocivos para la salud y por lo general de precios elevados. Es por eso que los padres, los responsables de realizar las compras, deben tener claro que los únicos alimentos que proporcionan los nutrientes necesarios son los que provienen de la tierra, el mar y los ríos, es decir los que nos ofrece la madre naturaleza. Siempre será mejor los plátanos, la yuca, el ocumo, la papa, la batata, entre tantos tubérculos que el pan o los productos derivados de la harina. Siempre será mejor un trozo de piña, patilla, lechosa, durazno, mango… que un jugo pasteurizado. Es por eso que se debe aprender a comprar para evitar el consumo de bazofias perjudiciales para la salud. De igual modo, los gobiernos, junto con los productores deben tener una política alimentaria para que las personas de bajos recursos tengan acceso al consumo de proteínas, carbohidratos sanos, grasas y vegetales.

La compra y el consumo de alimentos están vinculados con los salarios, un obrero o un empleado que devengue un bajo jornal nunca podrán tener una alimentación sana y balanceada, ni para él ni para la familia. La alimentación es un derecho y sobre todo se les debe asegurar a los niños una dieta sana y balanceada que contribuya a la formación de un sistema inmunológico que permita construir una compleja red de células, tejidos y órganos. De tal manera que todos estos juntos ayudan al cuerpo a combatir las infecciones y otras enfermedades. Esto solo lo puede asegurar con un salario cónsono con los precios de los alimentos y una cultura referida a la compra de los que realmente se necesitan para que la familia se mantenga sana.

La salud de un pueblo está vinculada con la alimentación y esta está unida a una red de decisiones políticas de los gobiernos y la voluntad de los productores de tener precios asequibles para los consumidores. Indudablemente el trabajo no es fácil y para conseguir que el pueblo se alimente bien se debe reprogramar la política alimentaria y desaprenderse de una serie de aprendizajes que perjudican tanto a niños, como a los jóvenes y adultos. Un niño mal alimentado conduce a una sociedad enferma. Por esto voy a repetir la frase del escritor y periodista Michael Pollan: "No comas nada que tu tatarabuela no reconozca como comida. Hay una gran cantidad de artículos similares a los alimentos en el supermercado que tus antepasados no reconocerían como alimentos. Mantente alejado de estos". Lee que algo queda.

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