Si los deseos empreñaran, ya Maduro habría corrido la misma suerte de Gadafi. Leyendo a algunos escribidores en esta página, destilan tanto odio contra nuestro actual Presidente Constitucional, que uno se pregunta: ¿Valdrá la pena luchar por lograr la Presidencia de un país para generar tanto odio? ¿Es que no hay nada de nobleza o hidalguía en la lucha política para dedicar la vida a buscar la mayor Suma de Estabilidad Política y el Mayor Bienestar para todos los ciudadanos? ¿Es que Bolívar y Chávez lo que hicieron fue caernos a coba? ¿Entonces Rómulo Betancourt y Rafael Caldera eran unos delincuentes psicópatas que merecieron la cárcel, antes que reconocerles el haber aportado algo bueno al país que los vió nacer? . ¿Así es y tienen que seguir siendo las contiendas electorales en los regímenes políticos de las llamadas "democracias" en Occidente?
¿Será que el caso venezolano es atípico?, pues aquí se da el fenómeno, que mientras más títulos universitarios tienen acumulados en sus currículos, los que participan en estas lides, son más agresivos en sus odios contra los que les adversan. ¿De dónde sale ese pensamiento, de que todo el que no piensa como yó, es un ser vil, que merece la muerte? .
Ayer fue 23 de enero y las imágenes que muestran los televisores son de personas en las calles recordando y celebrando esa fecha con alegría, porque según la prensa, eso significó el fin de una tiranía o dictadura. Me imagino que igualmente celebraran el fin de la "dictadura" de Maduro, si algunos de los que hoy quieren su derrocamiento logran sus deseos. Yo pienso que el 23 de enero debe ser una fecha de luto, pues yo la viví y lo que recuerdo no tiene nada que celebrar: Sangre, violencia, muerte y destrucción.
El 23 de Enero de 1958, yo tenía 17 años de edad y vivía en La Parroquia La Pastora de Caracas, trabajaba en un Estudio Fotográfico y me gustaba tomar fotografías de todo lo que veía, tenía lo que se llama el complejo de: "Reportero de sucesos". Algo parecido a lo que hacen muchas personas hoy con sus celulares. Tuve tanto éxito que una fotografía que yo tomé, salió publicada en la portada del diario La Esfera, de la Cadena Capriles y me pagaron Bs. 50. O0 por ella.
Hoy, 66 años después de aquellas experiencias y habiendo participado activamente en todos los acontecimientos que hemos vividos; algunas veces como actor y la mayor de las veces como espectador, me he dado cuenta que la lucha política por obtener El Poder y disfrutar de los beneficios y privilegios que eso conlleva, no logra satisfacer las necesidades de los seres humanos que en esas lides participan. No conozco a nadie que me diga: "Estoy satisfecho por lo que hice y feliz por haberlo hecho".
Yo cuando estudié Ciencias Políticas, me sembraron en la mente, que la política era la más excelsa y virtuosa de las actividades a la cual se puede dedicar el Ser Humano, pues ésta iba dirigida a lograr el Bien Común y no a satisfacer necesidades individuales con fines lucrativos. Que eso era como un apostolado. Casi me los pintaron como Ángeles protectores de la sociedad y orfebres del Bien Común. Eso es tan inexistente como LA SOBERANIA DE LA NACION. Voy a insistir en la necesidad de crear la Misión LOCOVEN, pues ya, algunos de los escribidores en Aporrea comenzaron a ALUSINAR y van a entrar en crisis, si para Los Carnavales todavía Maduro continua en Miraflores.
No quisiera transmitirle a nadie una visión pesimista de La Política y su ejercicio, pero siento a mi alrededor tanto odio y resentimiento entre los que se dedican a ella, que perdí la esperanza de ver algo diferente antes de partir a otro plano. Por eso he llegado a pensar que la humanidad está condenada a vivir en permanente lucha por El Poder de unos contra los otros y que el "amaos los unos a los otros", le va a tocar bastante tiempo en llegar.