A 194 años del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho

Sábado, 03/02/2024 02:49 PM

"Como soldado fuiste la victoria,

como magistrado la justicia,

como vencedor la clemencia y como amigo la lealtad"

Simón Bolívar

El Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, fue uno de los líderes militares más destacados durante la Guerra de la Independencia de América del Sur. Nació en Cumaná, el 3 de febrero de 1795, Fue el hijo de Vicente de Sucre y Urbaneja, militar que participó en la lucha por la independencia de Venezuela, y de María Manuela de Alcalá.

La infancia de Sucre estuvo marcada por la influencia de su padre, quien le inculcó valores patrióticos y le brindó una educación esmerada. Cuando apenas Sucre tenía siete años muere su madre, luego recibe sus primeras instrucciones por parte de su tía María de Alcalá Rendón, pero su educación formal la hizo en Caracas, siendo llamado por su padrino y pariente, el Padre Antonio Patricio Alcalá, quien lo matriculó en la Escuela de Ingenieros del Coronel español Tomas Mires.

Sucre se unió a la lucha por la independencia a muy temprana edad, en los inicios de la gesta independentista en 1810, cuando apenas contaba con 15 años de edad, se incorpora a las Milicias de infantería, siendo asignado al cuerpo de ingenieros. En 1811, fue ascendido a subteniente y en 1812 se encontraba en Barcelona, con el cargo de Comandante de Infantería mostrando un gran valor y habilidad militar.

En 1814, se integra al grupo de Los Libertadores de Oriente, como Edecán del General Santiago Mariño. En 1816, se desempeña como Jefe del Estado Mayor del General Santiago Mariño con el grado de Coronel, con apenas 21 años de edad. En 1819 cuando ya estaba a las órdenes del Libertador simón Bolívar, es ascendido a General de Brigada; un año después ocupa como interino, el cargo de Ministro de Guerra y Marina y Jefe titular del Estado Mayor General.

El 11 de enero de 1821 Bolívar lo nombra Comandante del Ejército del Sur y lo envía a liberar a Ecuador, y en el cumplimiento de aquella honorable misión logró la independencia de las provincias de Ecuador desde la batalla de Río Bamba el 21 de abril de 1822, con las fuerzas independentistas de Guayaquil y de la Gran Colombia, comandadas por Él, con el apoyo de la división peruana que conformaba la Expedición Auxiliar de Santa Cruz a Quito, contra las fuerzas realistas comandadas por el Coronel Nicolás López, y una de sus más memorables victorias como fue la batalla del Pichincha, ocurrida el 24 de mayo de 1822 en las faldas del volcán Pichincha, cerca de la ciudad de Quito. Esta batalla fue crucial para la independencia de Ecuador y de toda la región. Sucre comandó las fuerzas independentistas, en estas dos batallas, que culminaron con la victoria decisiva sobre las fuerzas realistas.

Luego, designado Comandante del Ejército Unido y Jefe Supremo Militar, marcha hacia el Perú dirigiendo la campaña que condujo al triunfo patriótico en la Batalla de Junín el 6 de agosto de 1824. Aquí Sucre acompaña a Bolívar, que comandaba las fuerzas independentistas en combate contra las fuerzas realistas del General José de Canterac, obteniendo una importante victoria sobre los realistas.

Sucre logra coronar su brillante hoja de servicios de manera espléndida en la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre, al frente del ejército patriota en ausencia de Bolívar, venciendo al Virrey José de La Serna, triunfo que marcó el fin de la dominación española en América del Sur. En esta batalla brillaron en el General Sucre, de manera única, las extraordinarias aptitudes de estratega militar, obteniendo la victoria que lo hizo merecedor del título de Gran Mariscal de Ayacucho. Por ese espectacular triunfo el Parlamento Colombiano le otorga el grado General en Jefe y el Congreso del Perú le confiere el más alto grado Militar con que se le conoce: Gran Mariscal de Ayacucho.

Después de la guerra, Sucre fue nombrado presidente de Bolivia, que fue creada en Honor y Gloria al Libertador Simón Bolívar, proclamada el 6 de agosto de 1825, donde trabajó incansablemente para establecer un gobierno estable y democrático. La relación entre Sucre y Bolívar fue una de profunda amistad y respeto mutuo. Bolívar confiaba en Sucre y lo consideraba uno de sus más leales y valiosos colaboradores. Sucre, a su vez, admiraba a Bolívar y seguía sus ideales de libertad y justicia

El Gran Mariscal de Ayacucho estuvo casado con la Condesa de Solanda, Mariana Carcelén y Larrea, con quien tuvo una hija llamada Teresa. Fue asesinado el 4 de junio de 1830 en la región de Berruecos, en Colombia. Los responsables de su muerte fueron miembros de una facción política opositora, liderada por José María Obando entre otros enemigos de Simón Bolívar, que veían en Sucre su sucesor y continuador de su acción libertaria. El asesinato de Sucre fue un duro golpe para la causa independentista en América del Sur

El legado de Sucre como líder militar y estadista sigue siendo recordado y celebrado en los países sudamericanos. Su valentía, habilidades militares y compromiso con la libertad y la justicia lo convierten en un héroe indiscutible de la independencia de América Latina. Su nombre y su Título, está asociado con la victoria en la Batalla de Ayacucho, que marcó el fin del dominio español en América del Sur, y su papel en la construcción de naciones libres y soberanas es fundamental.

La vida y obra del Gran Mariscal de Ayacucho, es un ejemplo de valentía, liderazgo y compromiso con la libertad y la justicia social. Su contribución a la independencia de América del Sur y su relación con el Libertador Simón Bolívar lo convierten en una figura relevante de nuestra historia.

Cuando el 4 de julio de 1830 fue asesinado en las montañas de Berruecos, su esposa dispone de manera clandestina el traslado de sus restos a una hacienda de su propiedad, (Hacienda Dean) siendo enterrado en el oratorio de dicha hacienda, luego es trasladado al Convento del Carmen Bajo y después enterrados en la Catedral de Quito, Ecuador. En 1842, fueron trasladados a la Catedral de Chuquisaca, en Sucre, Bolivia. En 1900 los restos pasaron hasta la plaza de Santo Domingo y luego pasan a reposar en la Capilla de Las Almas de la Catedral y luego se le otorgó un lugar especial que es mausoleo donde hoy reposan, en la Catedral Primada de Quito, desde 1933, cuyo mausoleo está resguardado por el Batallón Libertario, que emula a los Soldados Gran Colombianos de la época de la Batalla de Pichincha.

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