Desde niño, allá en mi humilde barrio cumanés, llamado "Río Viejo", como suelo decir para ubicarlo, entre Cochabamba y Las Palomas, solía escuchar la frase, "a ese yo me lo meto en el bolsillo".
Es una frase que tiene un significado cuantitativo y también cualitativo. Pues alguien puede decir, siendo valedero, "en materia de real, posesiones, fulano de tal, hasta a Rockefeller, se mete en el bolsillo".
En mi niñez como en mi juventud, Nelson Rockefeller era sinónimo de multimillonario y figura descollante, insignia del capitalismo mundial. Se acercó a Betancourt, todavía en los tiempos que éste apareció en ciertos espacios como una figura importante del "progresismo", la democracia y hasta izquierda latinoamericana, lo hizo su amigo y lo comprometió en el proyecto de sustitución de importaciones, mientras lograban que el gobierno de Estados Unidos se distanciase de Pérez Jiménez, pese el dictador le hubiese servido lo necesario y hasta ayudado a reunir la X Conferencia Interamericana, realizada en Caracas en 1954, donde se acordó, con el voto de Venezuela, sacar del gobierno mediante un golpe de Estado a Jacobo Arbenz, presidente de Guatemala, "el presidente del pueblo", quien encabezó un gobierno de avanzada en favor de los campesinos y trabajadores y por lo que acabó, por un momento en su país, con el monopolio de tierras y producción de la United Fruit, empresa norteamericana.
Es decir, Nelson Rockefeller, "se metió en el bolsillo" a Pérez Jiménez y Betancourt. Pues aparte del poder del dinero, tuvo suficiente inteligencia y paciencia, para acercarse al último mencionado; lo que empezó a hacer desde años atrás, mediante "dirigentes sindicales estadounidenses", que no eran tales, sino agentes de ese país.
Porque tiene la frase, "me lo meto en el bolsillo", un significado cualitativo, como que alguien como novelista o poeta, "se mete en el bolsillo" a éste y aquel.
Por supuesto, es aplicable en política, por lo que digo que, Fedecámaras, en este país, terminó metiéndose en el bolsillo a todos los partidos políticos y sus dirigentes, pues si alguien ha salido ganancioso en este proceso que se inició en 1999, ha sido ese organismo empresarial. Y al hablar de esto, es justicia hacerle un gran "reconocimiento" a Jorge Roig. Cuando digo lo anterior me refiero a su habilidad y sutileza de lograr sus objetivos.
En 1999, cuando Chávez tomó posesión del gobierno, ya antes que dijese o hiciese algo como presidente, Fedecámaras lo asumió como enemigo y cuando comenzó a actuar, lo que incluyó la promoción de la Constituyente, luego las leyes habilitantes y la toma del control de PDVSA, que los gobiernos anteriores habían dejado en manos de la "meritocracia", para que esta hiciese su política, más en favor de los grandes compradores y comerciantes del hidrocarburo, como los capitales estadounidenses, que de los venezolanos, el órgano empresarial arreció su conducta anti gobierno. Tanto que decretó aquella huelga empresarial, sin obreros, de portones cerrados y luego, asociada con la CTV de Carlos Ortega, todavía importante figura de AD, y de seguidas la paralización de las actividades asociadas a la industria petrolera, con el respaldo de la "meritocracia", todo con la intención de tumbar al gobierno. Y no olvidemos el golpe de Carmona, donde Fedecámaras estuvo metida "hasta el cogote".
Y a todo esto se le agregó la declaración de Obama como país de "alta peligrosidad y enemistad" para Estados Unidos y siguieron con las sanciones, que terminaron afectando a todos, hasta a Fedecámaras misma, mientras que los gobernantes se mantuvieron en sus puestos.
La historia, por demás conocida, no demanda que aquí aportemos prueba alguna, basta recordarla.
Y luego vinieron las guarimbas y hasta "La salida" y Fedecámaras, manejada por gente sin visión y atosigada de viejos esquemas y sentimientos, aún después de la muerte de Chávez, continuaba apegada a aquella aberración que sólo contribuyó, junto con las debilidades y hasta contradicciones en el seno del gobierno a meternos en una crisis a todo nivel que nos llevó a donde ahora estamos, si no a la orilla del barranco, si muy próximo a él, en un terreno resbaladizo y en pendiente.
Pero en Fedecámaras se comenzó a producir un cambio en la dirigencia. Empezaron a emerger nuevas figuras, entre ellas Jorge Roig, que se percataron que la estrategia política de los más radicales opositores, lejos de lograr sus propósitos, atornillaba al gobierno y que las gestiones de EEUU, entre ellas la injerencia descarada en los asuntos internos y las sanciones, no sumaban respaldo a aquella oposición, pese tampoco al gobierno. Más crecía una actitud de indiferencia por la política y los políticos y eso, pudiera implicar la generación de un cuadro similar a aquel que originó el Caracazo y hasta el alzamiento del 4f.
Pero también se percató la nueva dirigencia de Fedecámaras, además de la incompetencia de la oposición para deshacerse del gobierno, lo que incluyó la ridiculez de la presidencia interina y la corrupción que caracterizó a esta, que entre el gobierno, los intereses de los venezolanos en su mayoría, sometidos a grandes privaciones, los de los empresarios a ese organismo afiliados y los Estados unidos, comenzaron a perfilarse intereses comunes. Supo Fedecámaras que, el gobierno de EEUU en los tiempos de Biden, había llegado a la conclusión que esa oposición y su política de nada le servían; como también supo cuánta necesidad había en el gobierno, pese dentro de este nadie lo expresase públicamente, de llegar a acuerdos con EEUU en varias áreas y sentidos.
El presidente Maduro acaba de declarar que; "Donald Trump y yo casi nos encontramos, los dos queríamos vernos y ya estaba listo para ir a reunirme con Trump pero recibimos la llamada que se posponía la reunión, aunque ya estaba hecha la coordinación".
https://www.aporrea.org/tiburon/n390251.html
Desde cierto tiempo para acá, bajo el gobierno de Biden se viene trabajando en ese sentido, y para eso ha habido frecuentes y largas conversaciones de todos conocidas en el plano de lo estrictamente político, con representación de un bando opositor y en el área económica y, como en secreto, entre ambos gobiernos. Llegamos a los "Acuerdos de Barbados" y sus consecuencias, en lo que ha habido decisiones en lo económico y de las sanciones-. Y en todo esto, como secretamente, ha estado de intermediario Fedecámaras.
Y es por demás conocido, pese a eso poco se le publicite, porque se sale del foco de lo estrictamente político, lo más noticioso y erizado, como Fedecámaras y el gobierno, se han venido acercando, para por lo menos lograr que EE UU alivie las sanciones de inmediato, activar la economía y establecer las relaciones necesarias, que ambos gobiernos quieren, para reactivar la producción petrolera y la exportación del combustible a EEUU que tanto lo requiere.
No fue nada azaroso ni emocional que Fedecámaras acudiese al acto en el cual el gobierno promovió la realización del referendo por el Esequibo, mientras la oposición radical, la de la llamada Plataforma Unitaria, formalmente, se mantuvo al margen y, de hecho, estuvo contra aquello, como si estar en oposición a Maduro implicaba ponerse de parte de Guyana. Lo que es también una muestra de la falta de claridad de ese sector, que privilegia lo emocional, el odio y no la racionalidad, las necesidades colectivas y hasta las de su propia clase.
Por esto último, Fedecámaras se salió de su ámbito estrictamente económico y optó por asumir un rol en la política. Quienes debían hacerlo, de conformidad a sus intereses comunes, perdieron la brújula y terminaron "en el bolsillo" de Fedecámaras. Es decir, esta institución, la de los inversionistas, se vio obligada a salir "a defenderse", tomar el control de lo político, dado que quienes debían hacerlo resultaron demasiado incompetentes.
El gobierno, dadas las sanciones, la falta de claridad en muchos de quienes lo conforman y por ende de una política coherente y eficiente, tanto que pese sus vínculos con sectores de mucho poder en materia de inversión de capitales y tecnología, no ha podido resolver de conformidad a los intereses nacionales, se vió obligado a volver sus ojos hacia EEUU, como una manera de salir del atolladero y encontró en Fedecámaras un inesperado aliado, para lograr eso y hasta aislar a su más enconada oposición.
Pero el ente empresarial, que no juega en favor de nadie distinto a él mismo y sus integrantes, después de haber estado metido en sus jugadas, como el manejo de las divisas, las subidas de precios, la aceleración de la inflación, ha venido bajándole el ritmo a sus movidas, como antes hemos dicho en cuanto a sus nuevas relaciones con el gobierno y ahora se enfila a lograr la modificación de la LOT para cambiar la forma de liquidar las prestaciones sociales.
Ya su discurso en este sentido es abierto, sin simulaciones ni escondrijos. Está diciendo abiertamente, dado que las circunstancias le favorecen, dado su rol en cuanto a lo que el gobierno quiere y de lo que hemos hablado se lo permite, que están dispuestos a hablar de aumentos de salarios si la ley se modifica en los términos que quieren. Pero al mismo tiempo están confesando que es la LOT lo que está imponiendo y justificando la congelación del salario y no lo que dicen los discursos de los monetaristas y sobre eso, comienzan a abrirse las compuertas, caerse las viejas creencias y adhesiones.
Pues Fedecámaras, a esta altura, como ya dije, en materia política, como estratega, a todo el mundo, "se está metiendo en el bolsillo". Y el gobierno en sus atavismos, sus viejos compromisos, se mueve de un lado a otro, sin saber qué hacer exactamente, aunque en verdad, no se está cayendo ni tampoco quiere que eso suceda.