La Historia del Negro Invisible(III)

Rómulo Betancourt y a Rafael Caldera: Los anestesiólogos

Domingo, 11/02/2024 12:08 PM

En mi calidad de Negro Invisible, ubicado existencialmente en el sector de los vencidos de siempre, tengo una percepción de la realidad y de los acontecimientos, que difiere muchas veces de los cuentos e historia que construyen los Vencedores Sempiternos y que son los que escriben la Historia Oficial. El periodo histórico, que corresponde a los años 1958-1998, los viví con intensidad y tuve el privilegio de haber estado cerca y algunas veces en contacto visual y oral con alguno de los protagonistas de esa época. Es por esa razón que puedo dar mi versión de los hechos desde una óptica que puede diferir de la que oficialmente el sistema educativo esté transfiriendo en las aulas escolares.

Les correspondió a estos dos personajes (BETANCOURT Y CALDERA) el trabajo de aplicar la anestesia al pueblo venezolano para que este se quedara quieto y no fuera a tomar el mismo camino de los barbudos cubanos. A los dos máximos representantes de la Social Democracia y el Social Cristianismo, que eran las dos corrientes ideológicas emergentes anticomunistas en el continente, se les inyectaron todo tipo de recursos económicos a través de las ONGs., para que hicieran, con los dos Partidos Políticos que liderizaban, el mismo papel que en EE. UU hacían los Demócratas y Los Republicanos y dar la sensación de alternabilidad en la lucha por la obtención del Poder Político. Cada 5 años se alternaban en el ejercicio de gobierno, el cual se obtenía mediante la participación popular en elecciones democráticas, lideradas por los dos partidos que se organizaron a escala nacional, como eran: Acción Democrática (AD) y Copei.

Durante el periodo 1958-1998, cuarenta años de nuestra historia republicana, ó eras Adeco ó eras Copeyano. Urredistas y Comunistas eran minorías que no lograban captar la atención de más del 10% de la población electoral. Yo, como militante y activista de un movimiento de jóvenes obreros católicos, fui captado por el partido Social Cristiano Copei y me identifiqué plenamente con el socialcristianismo hasta 1984 (26 años). Milité en el abstencionismo, apoyé a Andrés Velásquez y cuando apareció Chávez con el MVR, me inscribí en ese nuevo partido que luego se convirtió en el PSUV hasta hoy febrero del 2024.

Yo llegué a creer que había diferencias insalvables entre AD y Copei. Que los copeyanos éramos mejores personas y más honestos que los adecos. Con la Masacre de Cantaura en 1984, durante el gobierno de Luis Herrera Campins, terminó mi enamoramiento con el Copey venezolano, aun cuando mantuve relaciones y trabajé con el Socialcristianismo a nivel sindical hasta el año 2000.

Los dirigentes de los dos partidos que gozaban del favoritismo del imperio, el día primero de enero de cada año enviaban una misión al Departamento de Estado del Gobierno Norteamericano, a solicitarle que le aumentara la CUOTA PETROLERA, o sea que por favor extrajeran más petróleo del subsuelo venezolano. Mientras más petróleo sacaban las compañías petroleras, más regalías recibía el gobierno para cubrir sus gastos. Los gringos robándonos y nosotros creyendo que nos estaban haciendo un favor. Así hicimos durante 100 años, hasta que llegó Chávez y le dio un parao a esa práctica de saqueo, producto de la conchupancia entre la burguesía nacional pitiyanki y el imperio.

Para poder hacer ese saqueo y que nuestro bravo pueblo no reaccionara, había que mantenerlo borracho, dopado o anestesiado y para eso toda la estructura de El Estado venezolano se organizó y plasmó su modelo con la Constitución de 1961, la cual estuvo vigente hasta el año 1999, cuando el recién electo presidente Chávez convocó a una Constituyente para que el pueblo elaborara una nueva. El papel de "anestesiadores" les correspondió a Rómulo Betancourt y a Rafael Caldera, los cuales firmaron un pacto de no agresión y dieron origen al bipartidismo, que se mantuvo 40 años (1960-2000) hasta el arribo del comandante Chávez al poder, comenzando una nueva Era en la historia patria.

No debo dejar de reconocer que los Anestesiadores, con el apoyo de todo tipo de los gobiernos norteamericanos y el de Alemania Socialcristiano, hicieron bien el trabajo que les asignaron los verdaderos dueños del mundo. Después de la llamada 2da. Guerra Mundial, lo poco de Patria Soberana que le quedaba a Venezuela se perdió.

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