"No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer"
José Félix Ribas
Al cumplirse 210 años de una de las más grandes victorias del Ejército Republicano comandado por el Libertador Simón Bolívar, por expulsar de nuestras fronteras al invasor europeo, es meritorio recordar y estudiar tan importante acontecimiento heroico donde una multitud de jóvenes venezolanos de aquel momento, se inmola en aras de la emancipación y la Independencia Nacional.
Bolívar y José Félix Ribas, entre una pléyade de héroes de la Patria, desde Nueva Granada, dan inicio a una de las más heroicas campañas patrias, que registra nuestra historia, como fue la Campaña Admirable, 14 de mayo de 1813, en la que se desarrollan importantes operaciones militares en el marco de la Guerra de Independencia, logrando con gran éxito, la liberación de las provincias occidentales de Venezuela: Mérida, Barinas, y Trujillo, hasta la región central conformada por la provincia de Caracas, cobrando importantes triunfos que logran acoplarse a las victorias obtenidas en los combates librados por las tropas patriotas, de oriente, encabezadas por el General Santiago Mariño, que contribuyen de manera esplendida a la retoma republicana, alcanzando la conformación de lo que históricamente hemos llamado la Segunda República.
Después de varias Batallas en el Occidente de Venezuela, como: la Batalla de Agua de Obispo, dirigida por neogranadino Atanasio Girardot, derrotando al Comandante Cañas, que comandaba las fuerza realistas, el 18 de junio de 1813; la Batalla de Niquitao, el 2 de julio de 1813, dirigida por José Félix Ribas, el General Rafael Urdaneta y Vicente Campo Elías, derrotando a las fuerzas realistas dirigidas por el comandante José Martí; en las sabanas de Barquisimeto se produce la Batalla de Los Horcones, bajo el mando de los generales José Félix Ribas, Jacinto Lara y Florencio Jiménez, el 22 de julio de 1813 y derrotan al Comandante Realista Francisco Oberto y para cerrar la Campaña Admirable, antes de hacer su entrada triunfal en Caracas, El Libertador Simón Bolívar el 6 de agosto de 1813, dirige la Batalla de Taguanes, acompañado de uno de sus más fieles oficiales, como lo fue el General Rafael Urdaneta, el 31 de julio de 1813.
Luego en el año 1814, durante los meses de enero y marzo, como el resto del año, Venezuela fue escenario de feroces batallas entre las fuerzas patriotas y realistas. Algunas de las batallas más destacadas durante ese período incluyen la Batalla de Bárbula, donde rindió la vida el prócer neogranadino, Atanasio Girardot, la Batalla de La Victoria y la Batalla de San Mateo, donde se inmola otro prócer neogranadino Antonio Ricaurte, y otras donde valientes bríos, fueron tributados por parte de los patriotas, en aras de rescatar y mantener aquel momento republicano, que tanto sacrificio ya había costado, por el denodado afán de controlar los territorios estratégicos y asegurar el dominio republicano. Estos eventos fueron cruciales en el desarrollo de la guerra de independencia, generando un impacto significativo en el curso de la historia del país, que se debatió entre triunfos y derrotas, y eso fue el año 1814.
Iniciando el año 1814, el 3 de febrero se presenta la Batalla de La Puerta un enfrentamiento bélico que tuvo lugar el 3 de febrero. En la Batalla de La Puerta, las fuerzas patriotas, comandadas por el general José Félix Ribas, se enfrentaron a las fuerzas realistas bajo el mando del asturiano José Tomás Boves. El escenario de la batalla fue el paso de La Puerta, una localidad estratégica en el camino hacia Caracas. A pesar de estar en desventaja numérica, las fuerzas patriotas lograron resistir los ataques realistas. Sin embargo, la superioridad y la ferocidad de las fuerzas enemigas, llevaron a la derrota de las fuerzas republicanas en esta batalla.
Como podemos ver, todos estos ejercicios bélicos entre triunfos y derrotas, conforman un preámbulo abrupto de lo que fue la Batalla de la Victoria, comandada por José Félix Ribas, el 12 de febrero de 1814, siendo uno de los triunfos más gloriosos, por el arrojo con el que presentó aquella tropa, conformada por jóvenes inexpertos, la mayoría seminaristas y estudiantes universitarios.
En las memorias de la historia de Venezuela se ha dicho que Boves, después de haber derrotado a Vicente Campo Elías en la Batalla de La Puerta, el 3 de febrero de 1814, estableció un plan para tomar Caracas, organizó tres columnas: una comandada por Francisco Rosete, que marchaba hacia Caracas por los Valles del Tuy; otra que dirigía Francisco Tomás Morales, que iba hacia La Victoria; y la tercera estaba en Villa de Cura, en calidad de reserva. Este era el plan estratégico de Boves, para tomar el control del Territorio de la República.
En ese momento, el punto estratégico para ambos bandos, era La ciudad de La Victoria. Para Boves era el punto clave para poder, desde allí, emprender las maniobras ofensivas sobre la ciudad capital que era Caracas, contando con una fuerza de alrededor unos 4.000, entre infante y jinetes, soldados a su disposición, con la cual planeaba tomarla, lo que originaría que las comunicaciones entre Valencia y Caracas quedaran interrumpidas para las fuerzas patriotas.
Ante esta inminente amenaza José Félix Ribas, que ejercía el cargo de Gobernador militar de Caracas para el momento, decidió organizar un ejército para hacerle frente al avance de esa fuerza realista que comandaba el temible Boves. Pero las fuerzas patriotas para ese momento presentaban un grave problema, estaban deficientes de soldados de línea, debido a que en los combates que habían sucedido desde el inicio de la guerra, muchos habían rendido sus vidas en los campos de batalla, aparte de que también se habían producido deserciones, entonces se le ordena al Coronel Ramón Ayala, que comandaba el Batallón La Guaira, armar a ochocientos estudiantes de colegios y seminarios y de la Universidad Real de Caracas.
Y fueron llamados aquellos jóvenes, a trocar las aulas de clases por el campo de batalla, que apenas contaban entre 12 y 20 años de edad que desconocían por completo el manejo de las armas, sin embargo se aprestaron heroicamente a asistir al combate, donde la gran mayoría de ellos ofrendaron su sangre por la Patria. Estos jóvenes estudiantes se unieron al batallón La Guaira, junto a otros voluntarios, sumando unos 1500 combatientes. Antes de entrar en batalla, el general José Félix Ribas arengó a aquellos jóvenes, que se disponían a entrenarse bajo el furor de su intrepidez y el fuego de la batalla, les dice:
"Soldados: Lo que tanto hemos deseado se realizará hoy: he ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria; mostrales vuestra omnipotencia. En esta jornada que será memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡necesario es vencer! ¡Viva la República!"
Sobre el desarrollo de la batalla se cuenta que Morales llegó con sus tropas a las 7:00 horas del día 12 de febrero, por el camino de San Mateo, cruzando el río Aragua, con un ejército que contaba con unos 2500 jinetes y 1800 infantes, que dividió en tres columnasː una intentó entrar en la ciudad por el camino principal de San Mateo, mientras las otras dos flanqueaban las posiciones republicanas, tomando El Calvario (al norte de la población) y El Pantanero (al sur).
Nueve asaltos, salvajemente descargaron los realistas, siendo sucesivamente rechazados por el fuego de fusiles y artillería de los republicanos. Sin embargo, los republicanos se mantenían en una situación de asedio en la Plaza Mayor, pero con honrosa resistencia. Ribas hacia prodigios de valor, así lo relata la historia, veía como le mataban a tantos de sus mejores oficiales, cómo aquellos heroicos jóvenes derramaban su sangre de manera tan bizarra; ver cómo el valiente merideño Luis María Rivas Dávila, "El Invencible" (así lo había llamado Bolívar), ofrendaba su vida, y así llegaba la tarde de aquel funesto día, de terribles momentos, cuando se observa la aproximación de un cuerpo de caballería de doscientos veinte jinetes, que llegaba por el camino de San Mateo al mando del coronel Vicente Campo Elías, que atacan por la retaguardia al centro de la tropa realista rompiendo el cerco.
Es el momento cuando Ribas manda al coronel Mariano Montilla con 150 soldados a atacar, en ayuda para facilitar la entrada a Campo Elías. Y abriéndose paso con soberbio arrojo, por entre las filas enemigas, le habilita el paso de sus jinetes, y ahora con los refrescante refuerzos, lanzan el último contraataque que permitió tomar las posiciones que ocupaba el enemigo, lo cual propicia decidir la victoria, en favor de la causa patriota, después de prolongarse por más de diez horas, aquel feroz combate. Morales, que comandaba las tropas realistas, huye con sus reductos, en dirección al Pao de Zárate, perseguido por la caballería patriota. Se dice que el campo de batalla quedó colmado de cadáveres, de soldados de uno y otro bando.
Bolívar, al enterarse del triunfo de Ribas y la heroicidad de aquellos jóvenes en La Victoria, se retira del sitio de Puerto Cabello y marcha hacia el centro del país, para juntarse a las fuerzas de Ribas y Campo Elías. Juntos, que organizarían para enfrentar a Boves en la sangrienta batalla de Carabobo, el 29 de mayo de 1814.
La Batalla de La Victoria fue un ejemplo de heroísmo y sacrificio de los jóvenes estudiantes, que se convirtieron en símbolos de la independencia, razón por la cual, El 12 de febrero de 1947, la Asamblea Constituyente decretó celebrar cada aniversario de la batalla de La Victoria, como el Día de la Juventud, en homenaje a aquellos heroicos jóvenes, que con su sacrificio en defensa de la patria, ofrendaron su vida, por la Independencia de Venezuela.