Sería muy sencillo salir del "madurismo" si la oposición fuese menos torpe, menos arrogante y menos egoísta. Si verdaderamente existiese una oposición cohesionada con vocación de servir al país y no, una oposición narcisista al servicio de sus intereses personales. Sería muy sencillo salir de la maldad, la traición y la destrucción que ha estado enquistada en el poder, si la oposición pensara en el bienestar de la nación y sus ciudadanos y no en lucrarse de este para beneficio propio.
Es muy posible un cambio político en democracia con la unión de todos los Venezolanos, en un movimiento monolítico orientado a llevar de vuelta a Venezuela hacia el camino de la prosperidad y el desarrollo. La arremetida de destrucción que ha resistido Venezuela y los Venezolanos desde adentro y desde afuera, incluida aquella que proviene de las manos de sus propios ciudadanos, es inédita y no tiene precedente.
En tiempos de elevados ingresos, quienes se encargaron de llevar las riendas de la nación para propiciar su desarrollo y elevar el nivel de vida de sus ciudadanos, no lo supieron hacer; por el contrario, se dedicaron a expoliar el dinero de todos y a repartirse el poder entre una misma cúpula putrefacta una y otra vez.
Desde 1959 hasta 1998 el PIB per cápita de Venezuela se abatió en más del 80%, mientras pasamos de ser un país sin deuda y con superávit, a ser un país endeudado y dependiente; de ser una nación donde prácticamente no había pobres, ni ranchos, a tener un país minado de ranchos, con más del 50% de pobreza a mediados de los 90 en plena apertura petrolera, cuando la producción de crudo se enfilaba hacia 3,400,000 BPD y cuando la empresa privada y fedecámaras tenían carta blanca para hacer y deshacer. Es así como aparece el Chavismo.
Luego de 1998 esos mismos intereses vende patria al verse despojados del poder, intentaron destruir a través de un ataque terrorista la principal industria del país, en un intento por eyectar a Chávez del poder, ocasionado pérdidas a la nación de más de $32,000 millones de hoy. Son los mismos intereses que hoy están detrás de la entrega de Citgo hacia las manos de los capitales foráneos [Einstein Millan Arcia on X: "La saga de #Citgo y su entrega a intereses extranjeros de parte de el clan de @jguaido y @PDVSA_AdHoc va más allá de #Delek. Están los capitales de riesgo representados en #Blackrock, #Vanguard y #JPMorgan, tal y como lo hemos advertido desde 2019 (Sigue) https://t.co/K8DbRJAVvr https://t.co/vFzbQNwZIt" / X (twitter.com)].
Nadie que se identifique con intereses extranjeros, nadie que haya pedido intervención militar de nuestra nación, ni nadie que haya participado en el sabotaje terrorista de PDVSA, puede jamás poner mano a industria, ni recurso alguno de nuestra patria.
El gobierno de H. Chávez junto a algunos otros miembros del golfo dio un giro de 180 grados a la decadencia de la OPEP entrado el siglo XXI. Un cartel donde para entonces el incumplimiento de los acuerdos era la orden del día, comenzando por una Venezuela donde el ministro de petróleo estaba de adorno y donde en las directrices del mercado se dirigían en esencia desde el pent-house de PDVSA en La campiña, con un traidor y hoy señalado en múltiples casos de estafa al frente; L.Giusti [Einstein Millán Arcia: Pdvsa, de ejecutivo del año a acusado por estafa - Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org)]; [Einstein Millán Arcia: La patética actuación de Luis Giusti en curazao. La penosa huella del jefe de la mitocracia - Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org)].
La revolución en casi la totalidad de su primer lustro abatió de forma importante la pobreza total, propició un alza sustancial del salario real y apoyó la política de mínima interferencia de una industria petrolera nacional de la cual formamos parte.
Usted podrá argumentar que toda esa mejora en lo social fue a punta de petrodólares; pero ¿qué gobierno Venezolano no ha utilizado abiertamente esa fuente de ingresos para financiar el gasto público y su proyecto político social?
Mas aun, ¿qué gobierno cuarto republicano no permitió la centrifugación de nuestros dineros hacia manos privadas y luego, hacia la banca extranjera?
Pero por mucho que hayamos votado por H. Chávez en 1998 y por mucho que hayamos sido protagonistas de la defensa y el rescate de PDVSA de manos del sabotaje terrorista de 2002, hay que reconocer que luego de 2008 la revolución dio un giro equivocado, que desembocó en la destrucción de la cual hoy somos testigos.
No sabemos si la enfermedad que desde ese entonces comenzaba a padecer H. Chávez lo distrajo de sus responsabilidades, desviando cada vez mayor poder hacia ese mismo círculo que hoy se mantiene a cargo, pero si sabemos que es durante 2009-12 cuando desaparecen de la nación el grueso de nuestros dineros.
El seudo liderazgo irresponsable, incapaz y hasta entreguista que de allí en lo adelante ha secuestrado el escenario de la política en Venezuela, ha regalado y regala nuestros recursos a intereses extranjeros, prácticamente sin rendir cuentas a nadie valiéndose del control total y monopolio de todas las instituciones del estado. Ha permitido la invasión silenciosa de nuestra Guayana Esequiba hasta el punto de que, hoy exxon guyana produce 650,000 BPD y monetiza diariamente unos $50,000,000 de nuestras aguas en conflicto. Se asocia con islas y países que han abiertamente apoyado a guyana en el diferendo limítrofe y coloca a extranjeros recién naturalizados en posiciones estratégicas y de mucho poder.
Un gobierno que ha permitido la explotación descontrolada y saqueo de nuestras reservas de minerales preciosos y estratégicos; diamantes, oro, coltán, bauxita, cobalto y hasta tierra raras por propios y extraños. Que permite la destrucción de una PDVSA fagocitada por políticos, militares y sus allegados su penetración silenciosa por intereses extranjeros y la entrega irresponsable de parte de su producción de crudo y derivados a otras naciones, aun a pesar de la inmensa necesidad de dicho recurso a lo interno del país.
Como no va a haber escasez, pobreza y subempleo en Venezuela, si a lo que menos se han dedicado estos gobiernos, es a promover "el desarrollo y la manufactura responsables" en un país preñado de recursos naturales y oportunidades. A lo menos que se han dedicado es a multiplicar la riqueza sino a secuestrarla y hacer uso de nuestros dineros y recursos como si fuesen su propia hacienda.
Salvo contadas excepciones, a ningún bando político luego de 1958 le ha interesado eliminar el clientelismo y reducir la pobreza y la dependencia del estado, sino más bien aumentarla para tener acceso a ese mismo votante que latiguea. Ejercen el control de las grandes masas creando dependencia y pobreza. Utilizan criminalmente el hambre y la necesidad.
Si antes se regalaban nuestros recursos a los imperios, hoy no es menos cierto. Venezuela en el nuevo milenio con un barril a $147 y más de 3,200,000 BPD no supo crear riqueza sustentable. Se buscaron enemigos que eran antiguos clientes premium y en su lugar se buscaron "aliados" que más bien llevaron al país hacia un innecesario y masivo endeudamiento, a sabiendas de la galopante corrupción que subyacía dentro del estado. Pusieron dinero fácil en manos de representantes del estado para que mordieran el anzuelo y crear dependencia.
Mas de $1,450,000 de millones ($1.45 Trillones) ingresaron a Venezuela entre 1999 y 2016 solo por concepto de renta petrolera bruta y nada le quedo al país más que un sinnúmero de proyectos abandonados y otros tantos que ni siquiera arrancaron.
La madre de todos los males llega a Venezuela luego de 2012. Desde entonces la pobreza comenzó a repuntar tras tocar un mínimo de alrededor de 7 % desde un pico de más del 50 % a mediados de los 90, para superar un exorbitante 96 % a finales de la segunda década del nuevo milenio.
Para 2022 la base de empleados de la administración central superó los 5,500,000 empleados; aproximadamente un 18% del total de la población, pero lo más preocupante es que de dicho total, unos 4,440,000 eran empleos del sector militar, representnado un 80% del total de la nómina.
Luego de 2012 se ha visto una mayor incidencia en casos de una corrupción sin rubor, ni vergüenza desde individuos que forman parte del alto poder, de militares posicionados en cargos civiles y de allegados a todos estos. Múltiples casos lo ilustran, siendo uno de los más recientes el que provino de la mismísima cúpula del ejecutivo; un prócer del oficialismo, un exministro, exvicepresidente de nada menos que del sector de la economía, el otrora todopoderoso de PDVSA tareck aissami, un individuo de descendencia sirio-libanesa supuestamente nacido en Venezuela de primera generación, se le da acceso al poder a través de cargos de muy elevado nivel. Es el responsable de expoliar al menos y que se sepa, unos $23,000 millones solo a su paso por la industria. Aun nadie sabe nada de él.
Pero el saqueo de los dineros de los Venezolanos no es solo un mal del nuevo milenio, sino del post perejimenizmo también. Allí está el caso de Vinicio Carrera, exministro de Transporte y Comunicaciones en el Gobierno de Luis Herrera Campins y de decenas de otros exministros adeco/copeyanos, ex militares y allegados al poder, que no fueron tan notorios quizá por la ausencia para entonces de las redes sociales, o quizá porque en esencia fueron más sigilosos y que hoy gozan y derrochan libres y sin haberle rendido cuentas a la justicia y los Venezolanos, al costo de la pobreza que dejaron atrás en nuestro país.
Las leyes y la constitución en Venezuela no están hechas para proteger nuestra nación a través del castigo severo y ejemplarizante, sino para permitir este y otros tipos de desviaciones. Nuestro país no parece tener dolientes, el patriotismo escasea entre muchos que dicen ser Venezolanos. Esos supuestos ciudadanos pisotean y mancillan nuestra patria día a día desde dentro y desde fuera de el.
Usted puede tildarnos de xenófobo, pero cuando se trata de defender nuestra patria, vale serlo y mucho más que eso. Como puede ser que en nuestro país la ciudadanía se regale a cualquiera. Como puede ser que, para principio del nuevo milenio, al menos un 40% del país eran extranjeros y que hoy nadie sabe a cuantos irregulares de diversas latitudes se les ha otorgado en mala hora nuestra ciudadanía. Como puede ser que nuestra cedula en pleno siglo XXI sea aún un pedazo de papel, que nuestro pasaporte este hoy por hoy desacreditado por el mundo en manos de terrorista de países maulas y entredichos, cuando antes un Venezolano era sujeto de admiración.
En varios estados del golfo pérsico donde nos ha tocado trabajar desde 2010 en el área petrolera, la ciudadanía solo se transfiere desde el padre; no de la madre. Las leyes son implacables contra la corrupción y ni se hable de la traición a la patria, venga de donde venga, así sea de la mismísima familia real.
El éxito de esos estados del golfo no es por casualidad; es por el amor y el respeto a su país, su gentilicio, sus tradiciones y un admirable patriotismo en cada uno de sus habitantes.
¿Porque creen ustedes que los sirios, libaneses, palestinos y hasta los egipcios, no están muy ganados a establecerse en dichos estados del golfo y muchos; por el contrario, prefieren irse a países como Venezuela?
¿Como es posible que haya extranjeros recién naturalizados y solicitados en sus paises de origen, que nombren para ocupar cargos de alto nivel y nada menos que en áreas medulares como las inversiones internacionales?
¿Acaso en 30,000,000 de habitantes no existe un solo Venezolano capaz para el mismo?
¿Sería aceptable para el hoy oficialismo que; por ejemplo, en un eventual cambio de gobierno los hoy opositores dieran la nacionalidad Venezolana a Marcos Rubio o Alvaro Uribe; por ejemplo, y lo nombrasen ministro de relaciones exteriores, presidente del BCV o presidente de PDVSA?
¿Aceptaría eso el hoy oficialismo?
La anarquía, el estancamiento y el desastre que invade a Venezuela no es cuestión de oposición, ni de gobierno; sino de ambos y de los ciudadanos también; es cuestión de todos. Es el antipatriotismo y la conveniencia personal lo que parece privar y no el bienestar e interés por la nación y sus ciudadanos. Ese mal solo puede terminar con una profunda reforma constitucional, con la aplicación inequívoca, severa e imparcial de las leyes, con el saneamiento de todas las instituciones civiles y militares, y con el reseteo profundo de nuestra sociedad. Reeducar la sociedad desde sus cimientos.
Urge una opción política fresca, proba, responsable y, sobre todo, patriota a carta cabal.