Qué puede esperar el mundo de estos sureños que se roban un avión para entregárselo a los gringos…

Qué puede llegar a sentir uno ante ese hecho bochornoso, abominable y de lo más miserable, por parte del gobierno argentino entregándoles nuestro avión de Emtrasur-Conviasa a los gringos para que se lo roben. El Sur, el Sur de Suramérica, con esos países canallas (Argentina, Chile y Uruguay), que toda la vida se ha comportado como lo más siniestro y asesino con sus pueblos y con sus hombres honestos. Cualquier cosa de indecible bajeza se puede esperar de estos sureños. Bueno, en verdad, que más que ya lo estamos viendo al haber sido capaces de elegir como presidente a ese hijo de puta de Javier Milei.

En Argentina, ninguno de sus altos dirigentes se salva de este gran crimen cometido contra Venezuela, ni Cristina de Kirchner ni Alberto Fernández. Ellos dos fueron unos traidores y malagradecidos con nuestra patria. Y así como fueron traidores contra nuestro país, también lo han sido con su pueblo. O viceversa, por serlo con su pueblo, acabaron siéndolo con nosotros.

Con muy exclusivas y reducidísimas excepciones en las últimas décadas (por ejemplo, Allende y Néstor Kirchner), jamás he creído en los sureños, principalmente en los que han dirigido la política en Argentina, Chile y Uruguay. Para mí, histórica, política y humanísticamente hablando, éstos son tres países de mierda. Sobre ellos he escrito abundantemente, y pueden conseguir mis análisis en las redes. Son, en sí, los países cuyos líderes creyéndose una gran cosa, siempre ha buscado dividir a Latinoamérica. Son unos rapaces, cobardes y miserables, arrastrados hasta las náuseas a Europa y Estados Unidos, incluyendo al gurú de Pepe Mujica (este último, devoto del jeque de la OEA, su colega, Luis Almagro).

Esos tres países, en realidad, nunca se independizaron de Europa, fueron unas viles cuñas de sus más feroces asesinos y fascistas. Los fundadores de la república argentina fueron en sí más asesinos con los habitantes originarios que los mismos españoles y que gringos con los suyos. Imagínense, cuando ese genial de don Domingo Faustino Sarmiento llegó a decir que el indio bueno era aquel que estaba muerto, y que con sus políticas pedía exterminar a los aborígenes para así alcanzar la ansiada civilización de los fascistas europeos.

Y en medio de tantos robos y saqueos a Venezuela en el exterior, el imbécil de Uruguay, el Luis Lacayo Pou, se lanza también contra nosotros. Recuerden que Luis Lacayo Pou pertenecía al extinto Grupo de Lima, junto con Piñera y Duque. El presidente de Uruguay Luis Lacayo Pou dice que en Venezuela hay una dictadura, y calla como el cerdo que es ante lo que ocurre en Perú, por ejemplo.

Muy bien a este Luis Lacayo Pou le ha respondido nuestra vicepresidenta Delcy Rodríguez a través de su cuenta en la red social X, diciéndole: "Tiene cara de lacayo, se dobla y mueve la cola cuando sus amos del norte le dan órdenes. Que alguien me niegue que es Lacalle Pou? Le valdría mejor atender los problemas del pueblo de Uruguay en lugar de inmiscuirse en los asuntos de Venezuela. El golpismo y extremismo no pasarán en Venezuela…

Es Luis Lacayo Pou es el mismo que apoyó al interino Juan Guaidó. El mismo que echó moco por los guarimberos. El mismo que ha pedido invasión contra Venezuela. El mismo que se embanderó con Trump para aplaudir el atentado contra el presidente Maduro. El cerdo infinito que ama a los narcotraficantes colombianos como Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque. El mismo que ha apoyado insistentemente las 930 sanciones de los gringos contra nosotros. ¡Ay sureños de mierda!, no veo lejano el día en el que ustedes comenzarán a pedir cacao, porque les falte el agua y los alimentos, y entonces veremos quién carajo será, el que les va a echar una mano. Olvídense que serán los gringos…