Cuando en Venezuela si hubo un "régimen autoritario", cuando en Venezuela si había torturas y desaparecidos, cuando en Venezuela ni se hablaba de Derechos Humanos: era la Venezuela gobernada por una elite política servil a las oligarquías y al imperialismo gringo. Si. Era aquella Venezuela que firmaba en inglés "acuerdos" de deuda con la banca transnacional hipotecando al país a pesar del mar de petrodólares que sustraían de nuestra tierra, nuestro Lago de Maracaibo, y del sudor y sangre de la clase trabajadora. Aquella Venezuela arrodillada a los designios del Comando Sur, donde las Fuerzas Armadas entrenadas en la tétrica Escuela de las Américas bajo la Doctrina de Seguridad Nacional, veían al pueblo pobre como "enemigo interno". Por eso dispararon a mansalva, masacraron a varios miles que protestaban un paquete de medidas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y que el gobierno lacayo del "Pacto de Punto Fijo" (AD-Copei) aplicó sin la más mínima reflexión sobre las secuelas que provocaría en la población.
Estalló la indignación contra aquellos jerarcas corruptos que vendían el país y pisoteaban nuestra Bandera Nacional para luego irse a vivir como aristócratas en las metrópolis del capitalismo mundial. La respuesta de esa clase política cobarde e inmoral, fue utilizar las armas de la República para cometer un crimen de lesa humanidad contra nuestra gente humilde.
Lo más paradójico -35 años después-, es que la derecha proyanqui responsable de aquel régimen represor, violador de todos los Derechos Humanos, cacaree con el gran megáfono de la transnacional mediática, que el Gobierno Bolivariano "no es una democracia". Hay que ser muy hipócrita, cínico, inmoral.
La mayoría de nuestro pueblo, decente, trabajador, amable, digno, tiene memoria, y sabe defender la Verdad de Venezuela. Somos una democracia profundamente humanista, garantista y solidaria, pero perseguida por los imperialismos y sus peones, que han tratado de derrocarnos con la violencia física, psíquica y económica, destruyendo las conquistas sociales que habíamos alcanzado los tres primeros lustros del siglo.
Nosotros no olvidamos a las víctimas de la masacre más horrenda de nuestra historia, sólo comparable a las perpetradas por los colonialistas durante la invasión europea y los realistas que intentaron detener con terror la Independencia.
La violencia y el odio padecidos por Venezuela este siglo, vinieron en planes de la CIA y fueron ejecutados por la derecha fascista que se trajea de "demócrata" para hacer teatro a conveniencia.
¡No volverán! ¡Prohibido olvidar!
Sólo la verdad histórica forma pueblos libres.