Nicolás Maduro Moros, el presidente incómodo para Washington

Lunes, 04/03/2024 11:48 AM

En nuestra anterior reflexión exponíamos como propuesta: "…En esa línea de reflexión de las derechas alineadas "a lo Metternich", en lógica consecuencia, necesitan de "enemigos y escenarios". En esa línea de acción aparecen en los escenarios internacionales Vladimir Putin, la República Popular China, los palestinos y Nicolás Maduro Moros…". En consideración el título de la presente propuesta está íntimamente relacionado con los escenarios actuales en dialéctica geoestrategia imperial, la praxis geopolítica que el Estado estadounidense considera como la "correcta" para confrontar las políticas de la Revolución Bolivariana y Chavista aunque, en lo fundamental, precisar con vehemencia a su enemigo fundamental a "su contradicción primordial" en la persona del Presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros, en su calidad de continuador del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías tanto así como ejercer como el líder fundamental del proceso revolucionario nacional, continental y social en el marco de la revolución permanente.

Para comprender los tiempos actuales en curso, siendo tiempos en revolución en Venezuela con su expansión allende, deberíamos conocer los paradigmas a exponer.

Consideramos que hay suficiente bibliografía, entrevistas y artículos para alcanzar precisiones políticas obligadas así poder transitar los caminos actuales como comprender los contenidos de las políticas, discursos, exposiciones y contenidos de los programas que Maduro Moros promueve, proclama y aprueba como Presidente y líder en permanente contacto y conversación con toda la sociedad en sus particularidades de "pueblo en movimiento".

La "Revolución Moderna Venezolana" en su contexto nacional como continental podría haber comenzado con las inquietudes de una intelectualidad sensibilizada cual era heredera de los "acontecimientos pretéritos" que se expresaron durante el siglo precedente. Esa intelectualidad se encontraba motivada a tener que realizar profundos cambios en un proto-estado-chucuto cuando consciente de sus propias realidades y debilidades estructurales más cuando el "oro negro" fue "parido por la tierra venezolana".

Aquella imaginada idea de transformaciones necesarias se vio impactada, políticamente obligante tanto como necesaria, por realidades internacionales que concluyeron en exilios de esa intelectualidad criolla que ya había emitido sus pensares por las calles de Caracas en un mes de febrero, mes cual a la larga sería el "mes referente en revolución".

Unos "alborotadores" se ubicaron en México, otros en el Caribe y Centroamérica, en praxis divergentes a pesar del discurso contenido en el "Plan de Barranquilla", por cierto criticado por ser "reformista" por MOS en carta en cursiva redactada desde las adoquines calles parisienses aún en sonidos revolucionarios a quien se suponía autor del texto, RB, por cierto acompañado por "un grupito de esos alborotadores" quienes serían "base y savia" de "revolucionarios venezolanos e internacionalistas" para las transformaciones de cambios profundos hacia la "creación del aspirado Estado" venezolano.

Aquel conjunto de alborotadores se lanzaron por dos y diferentes vías revolucionarias, contrapuestas y contravenidas, quizás por influencias que se fueron creando como surgiendo en continuo desarrollo en aquellas lejanas tierras eslavas tanto por confrontaciones político-revolucionarias en aquellas tierras también lejanas en el "país en moda imperial" como lo era la China republicana para aquellas fechas. La fecha catalizadora de aquella contravía sería el año de 1928 tanto en China como en Moscú como, también, en México, Cuba y Colombia y, claro, Venezuela, impactando en el seno de quienes hemos denominado como "los alborotadores venezolanos".

Aquellas animadversiones entre-grupos transitaron durante casi tres cuarto de siglo con diferentes experiencia a considerar como la denominada "Revolución Cívico-Militar de Octubre", "la Lucha Armada", el MAS como catalizador, el "27 de febrero" como "espejo de realidades decadentes", el "4 de febrero" como inevitable canto a la esperanza y, por fin, aquel diciembre constitucional del triunfo inevitable y rotundo del Comandante.

¿Comprendieron Washington y las derechas criollas el proceso histórico revolucionario por inevitable?

Nuestra experiencia nos responde que no y un no rotundo por demostrable.

¿Por qué ello sucedió en desfavor de aquellas derechas nacionales, por quienes detentaban el Poder, real y fáctico, del Estado venezolano aún en desarrollo?

Quizás por la presencia en las filas de las derechas de dos paradigmas político-ideológicos confrontados objetivamente expresados con esa nuestra precisión subjetiva. Los pecados capitales son destructivos aún en Política.

Las izquierdas, relativamente, callaban, observaban y actuaban a lo Lenin. Tenían razón ambos, tanto DB como HRChFrías, en sus exaltadas conversas en tierras campesinas de Barinas. "Lo militar" era lo fundamental, era lo necesario tanto como lo obligante porque no hay revolución sin civiles, viejos y jóvenes, militares y políticos. Así lo comprendieron, ellos y otros, aun por diferentes caminos cuales aún laten.

Los avatares se desarrollaron, las derechas actuaron pero sin bases atractivas que convencieran "al pueblo" pero si a las clases medias y altas acompañadas por los "mayameros". La Revolución se había instalado en Miraflores con conciencia de clase, con sólidas columnas revolucionarias, con claridades sobre todo lo que estaba sobre el "tablero de ajedrez" y no dudaron, no traicionaron, no desfallecieron, se estaban jugando el futuro, el futuro revolucionario en aquellas alteraciones golpistas. La Revolución aguantó con firmeza y drama.

Las "aguas se tranquilizaron temporalmente".

Cierto es que el tránsito hacia la Eternidad, hacia lo Eterno, del Comandante, "movió el piso revolucionario", fuertemente, a todas y a todos pero ahí se encontraba el "constitucional Maduro Moros" como Presidente. Aguantó siempre acompañado por el pueblo como por "lo militar"; en las actuales presiones, aún es así, el pueblo y "lo militar", ambos conscientes, son y están "topo a todo".

La realidad es revolucionaria e incontestable porque toda revolución es un conjunto de políticos, militares y pueblo. Washington lo sabe pero las derechas no lo aceptan "…ni tantico así…".

Estamos, globalmente, inmersos en un inestable "maremotum". Hablamos de "agua" porque, geoestratégicamente, el mundo pareciera se está rigiendo por las "corrientes marinas". Nombremos.

Tendríamos las más trágicas en el denominado Cercano Oriente. El proceso continúa en dos precisos mares como son el Mar de la China Oriental y el Mar Meridional o el Mar del Sur de China con una extensión más amplia. En este particular caso, Washington está empeñado en incorporar lo que ha denominado como la Región Indo-Pacífico derribando las "columnas griegas" en dirección oeste-este, "donde nace el Sol", para poder constituir un solo bloque geoestratégico en el continente asiático cuando incorpora a Taiwan, Japón, Corea del Sur, las Filipinas y el Ártico. Por último, nos consideramos la importancia del Mar Caribe no solo por su histórica importancia geoestratégica para los EEUU de Norteamérica sino y fundamental los costos en el transporte de crudo y gas hacia las costas este-meridional estadounidense por no mencionar "lo militar".

Es, en este último escenario, donde entran en lo fundamental la Revolución Bolivariana y Chavista, el Presidente constitucional Nicolás Maduro Moros junto con la objetiva realidad geográfico-costera-venezolana sobre el Caribe como las reservas de "gas y petróleo" venezolano en las "aguas territoriales en todas sus extensiones históricas" de Venezuela junto con lo geoeconómico de los costos en traslado del crudo y gas a las refinerías de CITGO en las costas meridionales de los Estados Unidos de Norteamérica.

Pero hay "una roca granítica" en el camino que se llama Nicolás Maduro Moros.

Tomar conciencia de esa realidad en los "nuevos tiempos", en la "nueva época", en la "nueva era y el nuevo camino" es no solo importante como fundamental en lo revolucionario bolivariano-chavista.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.

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