"El final,
no se sabe hasta el final"
Gloria Fuertes
Ella bien lo dijo y para allá va ¡Vamos hasta el final! El único fin que nadie puede evitar es la muerte, todo lo demás depende de las circunstancias y de la manera, como se encaren los problemas, que se presentan en el diario trajinar de la vida, marcada en la mayoría de los casos en la lucha de clases, con una burguesía anidada en todo el poder del dinero y desde esa trinchera arremeten con y contra todo lo que consiguen a su paso, cuando no les favorece, pero para eso necesitan un verdadero rebaño incondicionalmente a sus pies, siempre dispuesto a ejecutar las más atrevidas acciones, sin importarles los resultados de la violencia y para ejemplo solamente recordemos las guarimbas.
Uno de los primeros vaticinantes de los finales y no precisamente en las apasionantes carreras de caballos, fue el Capriles Radonsky, pero, desde el mismo momento, cuando presagio una derrota, el cual lo pasó a la lista de los fracasados en los intentos por derrotar el proceso bolivariano, se convirtió en el promotor y director de las guarimbas, con el saldo conocido de muertos y heridos, sin haber recibido ningún castigo, para después seguir en el mismo camino buscando el final por su condición de clase, pero se le ha perdido y las frustraciones lo ahogan cada momento.
Después apareció el prefabricado de Guaidó, quien se convirtió en un verdadero lorito con la libreta en la mano para repetir el mismo mensaje, pero el tiempo de duración en escena sirvió para terminar de conocer la miserable participación del imperialismo en la vida interna de nuestro país. Desde el mismo momento de aparecer anunciando tempestades se sabía de antemano, que no tenía ninguna perspectiva de salir adelante, pero hizo tanto daño junto a la pandemia del Covid-19, que todavía me pregunto ¿Cómo hizo el gobierno del presidente Maduro para salir de esta hoguera encendida, desde los Estados Unidos?
Ahora los medios al servicio del imperialismo y la oposición apátrida, vienen utilizando sus mejores adelantos tecnológicos, para proyectar la figura de María Corina, aunque saben, que no tiene la mínima posibilidad de ser candidata en los próximos comicios presidenciales, pero no les queda otra, si no seguir arreando el burro, hasta ver lo que ella ha llamado el final. Esto se parece a los preparativos del golpe de estado del 2002, cuando un ex militar alocado y atrevido desvió una marcha hacia Miraflores, buscando una verdadera tragedia, para después llamar a las fuerzas mercenarias de los Estados Unidos y de esa manera agarrar las riendas del país.
De María Corina Machado, se puede esperar de todo, ya que, al pedir desesperadamente una invasión, contra su propio pueblo, porque es bien sabido, que a la hora de una incursión armada por un ejército integrado por mercenarios, que sale a matar o morir no está escogiendo a quien van agredir. Además su clara posición al servicio de cuanto gobierno se instala en la Casa Blanca, nadie lo puede dudar. Sin ningún titubeo se pone del lado de cuanto ultraderechista aparece y su admiración por Javier Milei, es para tomar en cuenta, ya que, sus disparates deben estar preocupando a los encargados de la salud mental. Todos los movimientos de la Corina, es para dar muestras de arrecha, guapa y valiente, incluso, cuando se monta y se baja de la motocicleta de alta cilindrada, encargada de llevarla algunos actos. No puede ser de otra manera, porque de lo contrario termina pareciéndose al macilento de Guaidó, pero con una astucia para robar, que asombra y a lo mejor por eso, lo tienen a buen resguardo en Estados Unidos, para que imparta los conocimientos a la hora de incursionar tierras ajenas.