Fin y renacer de la democracia

Miércoles, 13/03/2024 11:44 PM

En forma casi que risueña porque tanto sinismo, tantos niveles de opresión bajo una caricatura del que se divierte con los niveles de pauperización y destrozo de las bases mínimas de las estructuras funcionales e institucionales de un país es difícil conseguir prácticamente en el mundo entero. Hablar del fin de la democracia ya parece una perogrullada frente a la materialidad concreta. Ellon Musk, dueño de Twitter, repite sin retroceso que la palabra y la obra democrática ante sus adversarios comunicacionales esta completamente agotada. Esto sería una abstracción sin prueba si no fuera totalmente verdadero, pero este amigo solo se refiere al hecho comunicacional. Desde nuestro lugar en la tierra ese final de la obra democrática es mucho mas profundo, aunque por supuesto toca el hecho comunicacional. El estado_ gobierno tiene prácticamente controlado todos los medios de comunicación pero lo hace en función de un objetivo principal, ocultar el empobrecimiento forzado y esconder su fusión con el neoliberalismo global. La democracia como forma libre y autogobernante de cualquier formato de gobierno muere en cualquiera de estos formatos, representativos o directos, simple y sencillamente porque el poder en su instalación estatal la sustituye por el suyo propio. Esta es la primera evidencia de lo que viene ocurriendo en este peldaño del mundo. La muerte de la democracia es la muerte de la comunidad activa y creadora, con capacidad de confrontar cualquier enemigo sin destruirse a sí misma. Pero que pasa?, nos estamos sumisamente destruyendo a nosotros mismos porque no hemos sabido confrontar quien es el primer enemigo; en nuestro caso el propio gobierno.

Las múltiples moviizaciones que vienen produciéndose a lo largo del país tienen como aspecto fundamental denunciar la miseria y la destrucción nacional que todos vivimos. La denuncia en sí misma configura una reiteración de argumentos que en el fondo es una demanda sobre lo sabido, son actos que solo en magnitudes como la huelga general cumplen la función que se esconde en la particularidad de cada quien, de cada una de las víctimas de una democracia destrozada. Si no cumple esas magnitudes pues sencillamente lo que pareciera tener el sabor de una revuelta termina siendo caldo de alimento para un gobierno que apenas siente algún empuje de masas en lo que se refiere a la denuncia justiciera frente a régimen que se sostiene sobre la pura falsedad. Muerto el salario el gobierno ante la movilidad popular inventa un conjunto de subsidios, o bonos que parecieran una humillación acelerada pero es precisamente gracias ello que han logrado mantenerse en el poder. La democracia muerta tiene su propia forma de sobrevivir a partir de la miseria que ella misma crea. Esto no es un juego de niños es la fórmula desde la cual lo que es odiado masivamente y con toda razón, se convierte en alimento para ese mismo odiado, mientras el odiante se va hundiendo en su propia palabra.

Nosotros somos el laboratorio para un imperio global que mas alla de los imperialismos tradicionales necesita buscar las fórmulas para destruir buena parte de la humanidad, y nosotros somos uno de sus mejores resultados. La guerra por la sobrevivencia material y espiritual del ser humano ha comenzado. Y ese comienzo por supuesto que tiene que ver con el rescate de las condiciones de libertad y el buen vivir de la totalidad del mundo, pero dentro del mismo camino podemos decir que el reto del rescate de la democracia en su forma mas auténtica y spinozina (como un absoluto que tod@s vivimos) es la condición de este rescate propiamente. Son los derechos que en nuestro caso hemos desdeñado, pero la fórmula no se queda entre leyes, el derecho humano no es solo una ley bondadosa que se aplica, es ante todo la conciencia de que mas allá de derechos humanos preestablecidos, existe un mundo por delante donde la ganancia de derechos es una constante hasta que tengamos mundo por trabajar y crear.

Recrear la democracia en su forma directa, real, es un reto al mundo, y en el caso nuestro un problema de vida o muerte para nuestra nación. Se recrea no desde un estado que se diga democrático y ponga tanto instituciones como su formato legal en orden, limpio, honesto y transparente. Por ello repetimos no basta con las buenas intenciones, no basta con denunciar el neoliberalismo que ha destrozado la economía real de los pueblos, la democracia habría que leerla bajo el signo de una revolución que logre quebrar la lógica enferma y mafiosa que nos tiene atrapados y el mundo en guerra. Cualquier democracia es una nueva revolución que es capaz de agitar las conciencias y modular un mundo libre que aún no conocemos.

 

Roland Denis

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